Un perro mestizo de aproximadamente 3 años conmueve a los vecinos del barrio Centro América de la ciudad de Córdoba. Abandonado, aparentemente tras la hospitalización de su dueña hace 10 días, el animal se niega a moverse de la esquina de la calle Hernández Ramírez al 200, esperando pacientemente su regreso.
Los vecinos, testigos de la fidelidad inquebrantable del perro, se han organizado para cuidarlo, brindándole alimento y agua. A pesar de los esfuerzos por reubicarlo, el can se resiste a abandonar la zona donde vio por última vez a su dueña.
“Apareció hace 10 días, acá lo alimentamos y estamos buscando al dueño”, dijo Karina Charra, propietaria de una agencia de quiniela, donde el can pasa sus días.
“Eligió este lugar... pero también va acá es al lado, en la barbería, en la pinturería, pero acá es como que si ve la puerta abierta entra y no lo puedo sacar, quiere quedarse”, comenta la vecina conmovida al noticiero de Telefe Córdoba.
Qué dicen los vecinos sobre el perrito
Una vecina dijo que vio cómo una mujer adulta mayor se descompensó hace unos 10 días. Un servicio de emergencias vino a socorrerla, pero nadie sabe más del caso. Los vecinos también desconocen quién es la mujer.
“Hay un señor acá a la vuelta que lo subió a un auto, se lo llevó, pero cuando se descuidó el perro se vino otra vez”, señala otra testigo.
La historia ha conmovido a la comunidad, y se han realizado esfuerzos para encontrar a la dueña o algún familiar a través de redes sociales y grupos vecinales. La esperanza es que el perro pueda reunirse con su familia o encontrar un nuevo hogar donde reciba el amor y cuidado que merece.
Este caso nos recuerda la profunda lealtad y el amor incondicional que los perros son capaces de brindar. La imagen del perro esperando pacientemente el regreso de su dueña es un testimonio conmovedor de la conexión especial que existe entre humanos y animales.
Para contactarse con al vecina que cuida al perrito el teléfono es: 2615460399.
Los casos de Capitán y Alicio
En Córdoba hay casos increíbles de perros que esperaron a sus dueños, como el de Capitán, de Villa Carlos Paz que visitaba la tumba de su amo muerto, o el de Alicio, en Monte Cristo, un perrito que esperó hasta su muerte en un dispensario local a su dueño que había fallecido. La historia es similar de conmovedora a la de Hachiko que terminó convirtiéndose en una película.
