Cada vez más personas experimentan agotamiento, falta de motivación e ideas repetitivas. El esfuerzo por mantener un ritmo parejo durante todo el año muchas veces choca con una realidad biológica más profunda. Los seres humanos también son cíclicos y los procesos mentales y emocionales no se mantienen estáticos frente a los cambios del entorno.
Desde esa mirada surge el concepto de creatividad estacional, una propuesta innovadora que invita a sintonizar el proceso creativo con los ritmos de la naturaleza.
Inspirada en evidencias científicas y en la observación de los cambios que trae cada estación, esta metodología plantea una forma más sostenible de generar ideas, tomar decisiones y trabajar sin forzar la mente ni el cuerpo.
Una forma de crear más consciente
¿Y si la creatividad también tuviera estaciones? ¿Y si crear en invierno no tuviera nada que ver con hacerlo en verano? Estas preguntas fueron el punto de partida para creatividad estacional, un concepto desarrollado por la neurocientífica y mentora Lucila Cáceres, que propone trabajar las ideas en sintonía con los ritmos de la naturaleza para evitar el agotamiento crónico y favorecer procesos más profundos, personales y sostenibles.
“Ser creativo no es hacer algo distinto por el simple hecho de romper moldes. Es mezclar lo que ya sabemos y sentimos desde una mirada única”, explica Cáceres. Según su enfoque, cuanto más nos conocemos, más fácil es acceder a ese “escritorio” mental lleno de ideas, vivencias, recuerdos y aprendizajes. “Hoy miramos demasiado hacia afuera, cuando el diferencial está adentro”, dice.
Un método para crear sin desgastarse
Cáceres desarrolló esta metodología en respuesta a su propia experiencia con la hiperproductividad. “Aunque manejaba mis tiempos, terminaba siempre agotada, y eso afectaba mi capacidad creativa”, cuenta.
Inspirada en los ciclos de la naturaleza y respaldada por evidencia científica, observó que la energía creativa también es cíclica. “No somos lineales: cambia nuestra atención, nuestro estado de ánimo y hasta la forma en que procesamos estímulos según la estación del año”, afirma.
Así nació el concepto de creatividad estacional, una herramienta para diseñar proyectos creativos sin forzar a estar “a full” todo el tiempo. “Esto no se trata de hacer menos, sino de hacer mejor y con menos desgaste”, resume.

La ciencia detrás del método
Este enfoque no es sólo intuitivo: tiene base científica. Distintos estudios muestran que los procesos cognitivos, como la atención y la memoria de trabajo, varían con las estaciones. Un trabajo publicado en 2016 por la Universidad de Lieja mostró que el rendimiento atencional tiene un pico en verano y desciende en invierno, influido por la cantidad de luz natural.
A nivel biológico, también se sabe que con más luz producimos más serotonina (clave para el bienestar), y con menos luz, más melatonina (la hormona del sueño). Estos cambios afectan el ánimo y el tipo de ideas que se pueden generar.
Qué tipo de creatividad florece en cada estación
- Verano: con mayor energía, atención y estímulos sensoriales, es ideal para la creatividad asociativa y para conectar ideas.
- Otoño: tiempo de seleccionar proyectos, hacer foco y procesar información. Predomina una creatividad minimalista y estratégica.
- Invierno: aunque la atención decae, aumentan la introspección y la capacidad de innovar si se le da espacio al descanso y la pausa.
- Primavera: es tiempo de expansión y de compartir ideas, pero puede llegar con síntomas de burnout si no se respetaron los ritmos previos.
¿Es esto romantizar la pereza?
“No”, responde sin vueltas Cáceres. “Romantizar es otra cosa. Lo que se romantiza hoy es la ocupación constante como sinónimo de éxito. Creatividad estacional es un recordatorio de que no podemos estar en modo rendimiento todo el año sin consecuencias. Argentina lidera el ranking de burnout en la región. El problema es real”, advierte.
Su propuesta busca justamente lo contrario: sostener la creatividad como parte esencial del trabajo y la vida sin agotarse en el camino. “No se trata de no hacer. Se trata de hacer con conciencia del momento en que estamos y del estado de nuestra energía”, aclara.

Tres invitaciones para reconectar con la creatividad
Lucila no da “tips” clásicos, pero deja tres claves para empezar a mirar la creatividad desde otro lugar.
- Preguntáte siempre “¿qué otras formas hay?”. Crear desde la calma, moverse distinto, encontrar caminos más amables.
- Aburrite sin culpa. Las ideas necesitan espacio para emerger. Evitá tapar cada hueco con el celular.
- Bajá el ritmo. El apuro sólo activa respuestas obvias. Las buenas ideas llegan cuando la mente tiene tiempo para jugar.
Una nueva forma de crear, más humana y más viva
El método de creatividad estacional no promete resultados inmediatos, pero sí un cambio de perspectiva, es decir, dejar de forzar la productividad constante y empezar a crear desde lo que sentimos, desde lo que somos, en conexión con los ciclos que también habitan en nosotros.
“La creatividad no es algo que se enciende y apaga a demanda. Es un proceso. Y como todo proceso, necesita tiempo, pausas y escucha”, concluye Cáceres.