Todo comenzó como una idea. ¿De qué manera se le podía rendir homenaje a uno de los juguetes por excelencia que entretuvo a Miles de generaciones de niños y niñas?
En la zona sur de Córdoba capital, existe un Parque Educativo que intenta llevar adelante un trabajo social de contención, en un sector de la ciudad dónde las carencias asoman por calles y esquinas. Allí, dónde hace falta estrechar una mano a niños, niñas y adultos, un grupo de personas lo hace, apelando a la creatividad y el trabajo en equipo.
Fue en ese lugar donde alumbró la idea de “celebrar al barrilete”. ¿Cómo? Con un taller donde los chicos y sus familias participaran del proceso de creación y armado de este juguete.
Una tarde de sábado fue la cita para todos. Se repartieron volantes, se hizo el “boca a boca” respectivo por los barrios y la convocatoria fue impresionante.
Más de 300 chicos y sus familias se congregaron par armar los barriletes. La materia prima para todos estaba, incluidos el papel de diario provisto por La Voz. La fiesta recién empezaba.
Un barrilete gigante, una historia emotiva
Los organizadores, todos trabajadores del Parque, se pusieron a pensar de qué manera podrían dar inicio al taller con algo que generara impacto entre los chicos y quiénes los acompañaban.
Y pusieron manos a la obra. Construyeron un barrilete de más de seis metros para dar la bienvenida al taller entusiasmando a todos.
En principio, iba a ser un elemento decorativo, pero todos quisieron ir más allá. Y utilizando globos de helio lo pusieron a remontar.
Y allá fue. Con un mensaje en su cola para quien lo encontrase.
El taller siguió, hubo fiesta, merienda, globos y juguetes. Y todos se fueron a sus casas con las creaciones bajo el brazo. Pero, horas más tarde llego la sorpresa. Un llamado llegó al teléfono que se había dejado en el mensaje del barrilete gigante. Alguien lo encontró.
El barrilete impulsado por los globos de helio viajó 150 kilómetros hasta la localidad de Hermando. Y cayó finalmente en el campo de la familia Piazza.
Allí, Alicia Barzola lo encontró. Se topó con él y no lo podía creer. Y menos aún cuando le contaron la historia detrás de ese juguete.
“Los niños son el futuro de nuestro país. Sembrar amor es lo más importante para un crecimiento sano. Dios los bendiga”, ese fue el mensaje de la señora. Nadie podría decirle lo contrario.
