Si uno visita por primera vez el muy pintoresco paraje El Durazno, en lo alto del Valle de Calamuchita, quizá no le ocurrirá. Pero si quien recorre el trayecto de tierra que se desprende de la ruta S-228, desde Villa Yacanto, y serpentea en plenas sierras hasta ese sitio ya lo hizo con anterioridad, el impacto será fuerte.
El Durazno, sobre el río de ese mismo nombre, es uno de los destinos turísticos que más ha crecido en los últimos tiempos en la provincia y se evidencia apenas la mirada se topa con la panorámica antes de cruzar el vado del río, en la ladera donde se levanta el barrio El Faro. Hay muchas más casas y cabañas que en las décadas pasadas en el lugar: un pueblo ya nació allí.
El Durazno, Villa Yacanto: 22 piletas climatizadas entre los cerros de Calamuchita
Ahora, además, tras una trepada importante se despliega un llamativo complejo turístico, único en su tipo en el Valle de Calamuchita: cuenta con una veintena de piletas climatizadas, al aire libre y escalonadas en la montaña. Impactan a primera vista.
El Spa Termas del Sol cuenta con 21 piscinas con borde “infinito” a cielo abierto y una pileta cubierta, de mayores dimensiones. La vista es imponente balconeando sobre el muy atractivo río El Durazno, y con el cerro Champaquí haciendo fondo sobre las Sierras Grandes.
El emprendimiento turístico fue inaugurado en abril pasado y tiene vinculación con la hostería de 19 habitaciones que el mismo dueño, el desarrollista Sergio Parma, habilitó en diciembre. Representa una de las principales nuevas inversiones en turismo en los últimos meses en Córdoba.
En tiempos difíciles, el Valle de Calamuchita sigue sumando novedades diferenciales a su creciente oferta.
“Podemos decir que en los peores escenarios se logran grandes proyectos”, indicó Paola Spezzano, gerenta de la hostería, que en su trayecto ya superó la pandemia y otros momentos de crisis.
Aclaran que el nombre Termas del Sol es una propuesta lúdica, porque el complejo en realidad no está alimentado por aguas termales, sino por aguas provenientes de vertientes serranas que son climatizadas de forma artificial y cuya temperatura oscila entre 36° y 41°. No son piletas termales, sino climatizadas.
Desde el entorno de Parma, destacaron que son obras 100% privadas, que no contaron con aportes estatales ni de empresarios del rubro y que fueron construidas absolutamente con mano de obra de la zona.
Estiman que, en distintos momentos, unas 180 familias participaron del proceso. En esta línea, los empleados y las empleadas de la hostería y del nuevo spa también son residentes de El Durazno, Villa Yacanto y localidades cercanas.
El spa ya habilitó la piscina cubierta y otras 10 piletas a cielo abierto. El resto estará en funcionamiento en las vacaciones de julio, cuando también se ponga en marcha un restaurante.
Aspiran a captar el interés de los turistas que se alojan en la hostería –que se encuentra a 200 metros–, y en las más de 60 cabañas de montaña de los alrededores, como de los muchos visitantes y vecinos del valle que lleguen a pasar el día desde otras localidades.
Para quienes quieran combinar el relax con alguna actividad extra, ofrecen además propuestas de yoga, armonización sonora y terapias acuáticas, masajes y tratamientos faciales para completar una jornada diferente.
También ofrecen sauna seco y húmedo, y tienen previsto inaugurar un espacio de fangoterapia, y también piletas para relajación y terapias de inmersión en frío.
El spa está abierto los 365 días del año, de 9 a 18. El costo hoy para pasar el día, sin pernoctación, es de $ 30 mil e incluye el uso de todas las piletas, bata, locker, una clase de yoga y armonización sonora.
Cerca del Champaquí
Villa Yacanto, una de las entradas al cerro Champaquí a través del cerro Linderos, cuenta con 2.578 plazas, de las cuales 520 pertenecen al paraje El Durazno. También forman parte de su jurisdicción otros parajes encantadores como San Miguel de los Ríos y Pinar de los Ríos.
Villa Yacanto, en su conjunto, es una de las localidades de mayor crecimiento poblacional y también en la oferta turística de la provincia en las dos últimas décadas.
Desde allí nace el camino de montaña de 40 kilómetros, no asfaltados, que permite llegar en vehículo hasta la cima del cerro Linderos, vecino del pico más alto de Córdoba (el Champaquí, de 2.790 metros).
El Durazno se encuentra a 130 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba, a 40 de Santa Rosa de Calamuchita y a ocho kilómetros de Villa Yacanto. Esosocho finales de un camino de montaña, ya sin asfalto.
El crecimiento del paraje en construcciones, como en otros sitios, genera el debate siempre presente entre quienes valoran el desarrollo de infraestructura y de una mayor oferta para el turismo y de la actividad económica por esa vía, y los que plantean interrogantes en cuanto a los cambios e impactos sobre el ambiente y el paisaje, que va mutando.
