En pleno ciclo lectivo no es de extrañar que se potencie el contacto cercano entre niños, elevando el riesgo de infestación por piojos (pediculosis). Aunque hoy existen tratamientos más eficaces, muchos padres se frustran porque este tipo de insectos reaparecen.
Esto suele deberse a una aplicación incorrecta o incompleta del tratamiento, no a la falta de eficacia del producto. La clave está en no saltarse ningún paso y siempre usar un peine fino para eliminar piojos y liendres.
No es un error, son varios
- Uno de los errores más comunes en el tratamiento es aplicar el pediculicida sin acompañarlo de un peinado exhaustivo con peine fino. Los profesionales coinciden en que ningún producto elimina por sí solo todas las liendres, y que es imprescindible retirarlas de forma mecánica.
- Otro error es no repetir el tratamiento entre los siete y diez días posteriores a la primera aplicación, justo cuando las liendres que hayan sobrevivido pueden eclosionar y reiniciar el ciclo de infestación. En este sentido, la repetición del tratamiento en ese intervalo es clave para cortar definitivamente el desarrollo del parásito.
- También es habitual asumir que el problema desapareció tras una primera revisión sin detectar parásitos, sin mantener un seguimiento adecuado.
Revisar el cabello, aunque no haya síntomas
Aunque el picor es el síntoma más frecuente asociado a la pediculosis, no siempre está presente, especialmente en las fases iniciales de la infestación. Algunos niños pueden portar piojos sin manifestar signos evidentes, lo que dificulta su detección precoz.
En esos casos se recomienda:
- Realizar revisiones periódicas del cuero cabelludo, prestando especial atención a zonas como la nuca y la parte posterior de las orejas, donde los parásitos tienden a concentrarse.
- Para facilitar la identificación de liendres, la pediatra Lucía Galán propone un truco sencillo y útil: "Si soplas y no se va, es una liendre. Si se desprende, es caspa“.
El silencio alimenta la propagación
Una de las medidas más efectivas para frenar la propagación de piojos es notificar al colegio o guardería al detectar un caso. Sin embargo, por vergüenza o desconocimiento, muchas familias no lo hacen, lo que dificulta que otros padres revisen a tiempo a sus hijos y permite que el brote continúe.
Los expertos también recomiendan enseñar a los niños a no compartir objetos personales como peines, gorras o toallas, aunque la principal vía de contagio sigue siendo el contacto directo cabeza con cabeza.
Mitos frecuentes sobre los piojos que es mejor desterrar
Aunque siguen muy presentes, muchos consejos populares sobre piojos no tienen base científica. Estos son algunos de los más frecuentes:
Los piojos sólo aparecen por falta de higiene. FALSO. Los piojos prefieren cueros cabelludos limpios, ya que les facilita el movimiento.
Los animales domésticos pueden transmitir piojos. FALSO. Los piojos humanos son específicos de nuestra especie.
Los piojos saltan o vuelan. FALSO. Sólo se desplazan trepando de un pelo a otro mediante contacto directo.
Productos efectivos y productos ineficaces contra los piojos
Un mito común es pensar que cualquier champú del supermercado elimina los piojos. Sin embargo, sólo los pediculicidas autorizados y bien aplicados garantizan un tratamiento seguro y eficaz.
Hay tres grandes grupos.
- Permetrina: es el insecticida clásico, considerado por la OMS como pediculicida de elección. Su seguridad está ampliamente probada y es apto en embarazadas, mujeres en periodo de lactancia y niños mayores de dos años. Sin embargo, su uso indiscriminado ha favorecido la aparición de resistencias en algunos casos, lo que puede reducir su eficacia.
- Dimeticona y ciclometicona: son siliconas de alta densidad que actúan mediante un mecanismo físico: inmovilizan al piojo, lo asfixian, lo deshidratan y provocan su colapso intestinal. Al no contener insecticidas, no generan resistencias y son adecuadas para personas con piel sensible, asmáticas, embarazadas o niños mayores de un año.
- Alcohol bencílico: Es la opción más novedosa y se combina con aceite mineral. Actúa manteniendo abiertos los espiráculos del piojo, permitiendo que el aceite penetre y lo asfixie. Aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) desde 2009, está indicado a partir de un año de edad.
En casos excepcionales y bajo supervisión médica se puede valorar un tratamiento oral con antibióticos, pero siempre como última opción.
Como evitar futuros brotes de piojos
Los expertos coinciden en que el mejor modo de prevención es la vigilancia activa, no el uso indiscriminado de productos. Algunas recomendaciones clave son:
- Llevar el pelo recogido en entornos de contacto cercano (colegio, campamentos, parques).
- Revisar la cabeza regularmente con un buen piojero metálico, especialmente si hay brotes en el aula.
- No usar pediculicidas como prevención: su uso sin infestación puede ser tóxico y genera resistencias.
- Utilizar repelentes con evidencia científica, como el spray de octanediol (de venta en farmacias), aplicado dos veces por semana.