No hay dudas: movilizarse es cada vez más costoso. El peso del transporte tiene más incidencia en la economía de las familias, especialmente en las que viven en alguna de las 30 ciudades y comunas que conforman el primer anillo que rodea a la Capital provincial y que van y vienen todos los días para trabajar.
En los últimos dos años, los costos de traslado, como mínimo, se duplicaron, más allá de la opción de movilidad que se elija.
El mayor salto fue el de la nafta: subió 108 por ciento entre marzo de 2012 y marzo pasado, cuando pasó de 5,64 pesos por litro (promedio en YPF de Capital) a 11,75 pesos. El gasoil, en el mismo período, subió 80 por ciento: de 5,78 a 10,43 pesos.
La aceleración del aumento en estos combustibles coincide con el pase a manos estatales de la petrolera YPF, que atiende a más de la mitad del mercado.
El GNC, que en promedio costaba (en las YPF de Capital) 2,64 pesos en marzo de 2012, hoy cuesta 4,30: 62,8 por ciento más. En las localidades del interior ya roza los cinco pesos en algunas estaciones. El metro cúbico podría seguir subiendo, según la incidencia de la quita de subsidios.
Peajes
El peaje es otro costo a tener en cuenta. Los que vienen por las autopistas a Carlos Paz (20) y a Rosario, los de Alta Gracia (5) y toda la zona de Río Ceballos (E-53) pasaron de pagar seis a 10 pesos por pasada: 66,7 por ciento más.
Los que vienen por la E-55 de La Calera (excepto residentes de La Calera que no pagan) siguen pagando cinco pesos, con 25 por ciento de aumento.
Los de la 9 norte y 9 sur están en seis pesos, con una suba del 20 por ciento en dos años y los de la 19 pagan el doble: de cinco a 10 pesos.
Los que ingresan a Córdoba por la ruta 36 pagan 150 por ciento más que en 2012: de cuatro a 10 pesos.
Además, está el costo de hacer al menos una comida afuera. Si bien este gasto extra no es patrimonio sólo de quien vive en el Gran Córdoba, abulta más la cuenta fija que hay que afrontar para ir a trabajar.
Para compensar
Los salarios estuvieron lejos de moverse al mismo ritmo. Según el Índice de Variación Salarial (que promedia las subas de privados, públicos y informales), entre abril de 2012 y enero pasado los salarios subieron 49,17 por ciento.
“Sufrí dos aumentos muy seguidos, en enero de nafta y peaje y otra vez en abril de la nafta”, dice Mariana, que vive en Salsipuedes. Logró juntar unos pesos para ponerle GNC al auto y si bien redujo a menos de la mitad el costo diario, tiene que amortizar el costo del tanque.
En tanto, las paritarias 2014 recién ahora se empezarán a sentir para la mayoría. Sólo los estatales provinciales y municipales percibieron la primera cuota del aumento (20 por ciento) en febrero pasado.
Por su parte, el grueso de los privados en blanco cobrará el primer tramo ahora en abril, que en promedio ronda el 18 por ciento. Los independientes e informales trasladan sus costos al cliente como pueden.
La preocupación reside en 2014, después de la devaluación del 23 por ciento del peso de fines de enero. Sólo en cuatro meses, la nafta subió 20,7 por ciento; el gasoil, 19,7 y el GNC, 30 por ciento; además del peaje de la Red de Accesos a Córdoba (RAC), que pasó de ocho a 10 pesos en la mayoría de las rutas de las “ciudades dormitorio”.
Pero los aumentos salariales siempre van por detrás: un empleado de comercio, por ejemplo, percibirá 17 por ciento cuando cobre abril y ni siquiera le alcanzará para compensar el extra que ya gasta en combustibles. Deberá destinar plata que tenía otros fines para poder pagarse el viaje al trabajo.
