Junio es el mejor mes del año para observar el centro de la Vía Láctea desde la Tierra. Durante estas semanas, el núcleo de la galaxia, la región más brillante y densa en estrellas, se eleva en el firmamento y permanece visible durante toda la noche, especialmente desde el hemisferio sur.
Se trata de lo que los astrónomos llaman la “temporada del núcleo”: un periodo privilegiado para levantar la vista y disfrutar, incluso a simple vista, de uno de los fenómenos más impactantes del cielo nocturno.
“Esta es la época del año en que la Vía Láctea es visible como una tenue banda de luz difusa que se arquea en el cielo toda la noche”, explicó Preston Dyches, divulgador de la Nasa, en su vlog mensual What’s Up.
Cómo y dónde observar mejor la Vía Láctea
Ver la Vía Láctea no requiere telescopios ni equipos complejos, pero sí es necesario alejarse de la contaminación lumínica de las grandes ciudades. Las condiciones ideales incluyen:
- Zonas rurales o naturales alejadas de luces artificiales.
- Cielos despejados y sin neblina.
- Noches sin luna, preferentemente con luna nueva.
- Una cámara con larga exposición puede ayudar a capturar el espectáculo.
Según la astrónoma Andrea Mejías, de la Universidad de Chile, “lo más importante es alejarse de la ciudad si quieren observar el brazo de la Vía Láctea en su máximo esplendor”.
Qué es lo que realmente estamos viendo
La Vía Láctea es una galaxia espiral compuesta por cientos de miles de millones de estrellas. Desde nuestra posición dentro de uno de sus brazos (el brazo de Sagitario), la vemos como una banda luminosa que cruza el cielo, como si la estuviéramos observando “de canto”.
El centro galáctico, donde se encuentra una alta concentración de estrellas, gas y polvo cósmico, es el núcleo que aparece más brillante en esta época del año.
Según la Nasa, estamos a unos 26.000 años luz de ese núcleo, por lo que lo que vemos es una imagen lejana en el tiempo y el espacio.
En qué dirección buscar la Vía Láctea
Para localizar el centro galáctico, los astrónomos recomiendan mirar hacia la constelación de Sagitario, especialmente en dirección sur. En el hemisferio sur, las noches de invierno son más largas y oscuras, lo que permite una observación más clara y prolongada del fenómeno.
Desde Argentina, Chile y otros países del cono sur, el espectáculo puede ser especialmente impactante entre junio y agosto, cuando la galaxia cruza el cielo pasando por el cenit, el punto justo sobre nuestras cabezas.
“En invierno es cuando lo podemos observar mucho mejor, este camino de estrellas mucho más bonito y el centro que se ve con todo su esplendor”, resume Mejías.
