Sorprende la continuidad de casos de ataques de perros potencialmente peligrosos en hogares cordobeses. Entre fines de marzo y lo que va del mes de abril, se sucedieron al menos tres hechos graves en la Capital.
El más grave se dio la semana pasada, contra un niño de 9 meses, cuando el pitbull de su familia lo mordió en la cabeza provocándole traumatismo de cráneo, por lo que se encuentra internado en el hospital Infantil.
De acuerdo al especialista en educación canina y adiestramiento, Sebastián Abalos, el 75 % de los ataques de perros de diversas razas, principalmente de los llamados potencialmente peligrosos –como pitbull, dogos, rottweiler, bull terrier, entre otros– se producen en el propio domicilio.
Las nuevas leyes y ordenanzas no parecen representar, por ahora, un freno a los casos.
Desde que se reglamentó la norma 13.321, en la ciudad de Córdoba, con la aplicación Huella Animal los dueños registraron más de 5.500 perros potencialmente peligrosos.
Mientras, en lo que va del año, se receptaron 255 denuncias al municipio por perros presuntamente peligrosos y sin medidas de seguridad.
Los animales que atacaron en los últimos meses no estaban registrados en la aplicación.
Huella Animal permite denunciar de forma anónima al 0800–8880404.
Factores de ataques intrafamiliares
La explicación de Ábalos se basa en múltiples factores que intervienen para que un animal ataque a sus cuidadores. Uno de ellos y el que más se repite, está ligado a las familias con niños o con adultos mayores.
¿Por qué? Porque no tienen mucha vida activa fuera del hogar, por lo tanto sus perros suelen quedar siempre en cautiverio y de allí derivan varias conductas.
Por ejemplo: si un animal no puede socializar y cuando quiere hacerlo ya es tarde, al ser un perro de presa muestra sus virtudes y cualidades desde edad muy temprana.
Otra particularidad que hace que estos accidentes sean siempre domésticos es que las personas los adquieren en el mercado por su estética y porte y a bajo costo.
Pero no se tiene en cuenta la importancia de saber escoger al animal por temperamento, edad y función.

Lejos está la posibilidad de que las personas se eduquen para que aprendan a comunicarse, crear vínculos y controlar a un animal tan instintivo.
Según Ábalos, el 90 % de las personas no tiene educación canina ni tampoco la adquiere cuando el animal muestra agresión.
Ataques a bebés
Los ataques a bebés suelen darse porque el animal atacante es muy posesivo y celoso de los adultos en la casa. Otro motivo puede ser porque los niños a esa edad son muy invasivos.
Y los adultos no son cuidadosos al momento de mediar entre las interacciones de uno y otros, y dicha interacción queda librada al azar.
La conducta depende de cada animal y del correcto manejo que tienen los adultos con este.
Para Ábalos, la clave está en la prevención y en la educación de las personas que tienen animales. Sostiene que no es una educación de “cinco tips” para evitar que tu perro sea agresivo sino de programas más consistentes, para los que sugiere, por ejemplo, ciclos de charlas gratuitas.
Qué sucede cuando un animal ya atacó
“Cuando un perro ya atacó, la familia queda aterrorizada”, dice Ábalos. Y las personas recién hacen algo en el segundo o tercer ataque.
“Entiendo que es porque les da una oportunidad al perro antes de pensar en sacrificarlo o dárselo a alguien más”, subraya.
Pero cuando el animal ya atacó, la familia queda con miedo y esto hace que el perro esté más confiado de su jerarquía con el resto de su “manada humana” y del poder que tiene.
Darle a entender lo contrario es una batalla difícil de ganar. “Para eso hay que trabajar en la relación entre los humanos y el animal. El vínculo ya está roto”, afirma.

Charlas educativas
Gastón Citati, del Ente BioCórdoba de la Municipalidad de la Capital, expresa que, entre otras actividades, se realizan charlas sobre tutorías responsables y sobre legislación de perros potencialmente peligrosos.
Además, adelanta que se aguarda la locación para emitir las licencias a dueños de de perros potencialmente peligrosos, obligatoria por la nueva ordenanza, para el paseo del animal.
Para los ya registrados en Huella Animal se les envía un link con manual de estudio para luego tomarles una evaluación.
Mientras tanto, el cuidador tendrá una autorización provisoria para el paseo del animal hasta contar con el lugar definitivo de emisión.
La reeducación
El veterinario Omar Robotti, especializado en Etología Clínica (M.P N° 1.309), explica que antes de plantear la reeducación de perros agresivos hay que hacer una evaluación de riesgo y valorar si realmente es posible hacerla.
Si el animal puede ser reeducado, hay que acompañarlo con algún tratamiento o diagnóstico. Por ejemplo: análisis de sangre, evaluación clínica, evaluación conductual por parte de un veterinario etólogo. Y en base a esas evaluaciones, plantear un tratamiento conductual que sería la reeducación para la minimización de riesgos.
También hay que analizar si le hará falta alguna medicación para bajar los niveles de impulsividad y algún tratamiento hormonal, como la castración.
Para el especialista, lo más importante es la educación temprana del cachorro.
Las familias a veces toman los comportamientos del cachorro como un juego (muerde los zapatos, los puños, las manos). Entonces es conveniente hacer una consulta para tener una orientación correcta de ese cachorro.
Lo más importante—plantea el etólogo—es que no hay que pensar que con la reeducación ya está. “Los animales no son máquinas que al llevarlas al técnico el problema se soluciona. Son seres sintientes y no se puede borrar lo que el animal vivió anteriormente”, indica.

Depende de los casos
Ábalos destaca que habrá resultados, pero no en el tiempo y forma que la persona suele esperar. Dependerá mucho del caso en cuestión.
En una entrevista preliminar, los especialistas suelen saber si el caso será tratable o no.
Cada individuo canino “es un mundo” al igual que cada humano, entonces la educación siempre debe ser personalizada. Pero con tres o cuatro consultas se aprende lo más importante para un correcto vínculo con el perro.
¿El costo? Una educación básica y breve cuesta alrededor de $130 mil en Córdoba.