Una investigación del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) asoció la vacuna contra el Covid-19 con un menor riesgo de que la persona padezca depresión durante la pandemia.
A partir del análisis de los niveles de depresión y desorden de ansiedad generalizada (GAD) durante dos momentos diferentes a lo largo de la pandemia, se evidenció que las personas vacunadas sufrieron menos este cuadro que las no inmunizadas.
La investigación, publicada en la Revista Frontiers in Psychiatry, se enmarca en la preocupación e incertidumbre sufridas por las personas desde la irrupción de la pandemia, con un impacto directo en la salud mental.
El trabajo buscó revelar los cuadros de ansiedad y la depresión en diferentes olas pandémicas en Argentina y los factores que pueden contribuir a reducir estos trastornos, incluida la vacunación.
El proyecto fue llevado a cabo por el graduado en Bioingeniería Pedro Benedetti y los alumnos de la misma carrera Franco Moscato, Victoria Reppucci. Además de un equipo de investigadores del departamento de Ciencias de la Vida del ITBA: Diego Moncada, Alejo Barbuzza, Franco Moscato, Victoria Reppucci, Celina Goyeneche, Cynthia Katche, Jorge Medina, Haydee Viola y Fabricio Ballarini.
Según otros trabajos anteriores, en marzo de 2020 entre los jóvenes argentinos de 18 a 25 años la prevalencia de ansiedad fue de moderada a severa: 35%. En abril, los informes evidenciaban un porcentaje del 31,8% entre toda la población adulta.
Resultados del trabajo
Los investigadores del ITBA realizaron dos encuestas a lo largo de la pandemia: la primera en noviembre de 2020 y la segunda en mayo de 2021. Se consultaron adultos de 18 a 50 años sobre si se habían inmunizado y el ánimo autopercibido.
La primera ola se presentó cuando aún no existían vacunas aprobadas y la segunda ocurrió durante la campaña de vacunación. Los investigadores registraron los niveles autoinformados de GAD y depresión en la población adulta durante estas dos olas de Covid-19.
En noviembre 2020 la prevalencia de ansiedad fue del 46%, y en mayo de 2021, en la segunda ola, fue del 56%. La vacunación no cambió los niveles de ansiedad en la población. Y la pandemia aumento la prevalencia de este cuadro.
“El aumento de los niveles de ansiedad observado en mayo de 2021 podría estar asociado tanto a la aceptación como a la vacilación de la vacunación”, concluyeron los autores.
Y agregan: “Observamos que, independientemente del estado de inmunización, los niveles de ansiedad general fueron más alto en la segunda ola que durante la primera ola, tanto para las poblaciones de adultos jóvenes, como de adultos”, explicaron los autores.
No obstante, durante la segunda ola determinaron que las personas que recibieron al menos una dosis de cualquier vacuna contra el Covid-19 informaron menos síntomas de depresión que los no vacunados.
“Esto puede deberse a un sentimiento de bienestar sanitario, ya que las personas que aceptan recibir la vacuna contra el Covid-19 buscan proteger su salud, reducir la duración y la gravedad de la enfermedad y buscar el fin del brote a nivel general”, indica el trabajo.
La excepción fueron los varones más jóvenes en donde no se pericibió este efecto.
Actividades que mejoran la salud mental
A su vez, la práctica de actividad física más de dos veces por semana se asoció con una reducción de la ansiedad y la depresión tanto en la primera como en la segunda oleada.
Y se identificaron niveles más bajos de ansiedad y depresión durante la segunda ola en los adultos de 31 a 50 años que trabajaban, ya sea presencialmente o por Internet, en contraste con los que no trabajaban.
