Pablo, Paula y Santiago son estudiantes universitarios en Río Cuarto. Comenzaron a instruirse en sus carreras cuando la pandemia de Covid-19 frenó al mundo. Y hoy, a más de cuatro años de aquella experiencia, fueron elegidos para portar la bandera mayor de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) durante el período 2024-2025.
El 1° de mayo la UNRC cumplió 53 años de su creación. En todas esas décadas ningún estudiante había obtenido un promedio de 10 en su carrera de grado.
Pero este año, el estudiante Pablo Rossi, de la licenciatura en Ciencias de la Computación, de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales se coronó como abanderado. Estadísticamente, parece surreal, pero no: el muchacho sacó 10 en todos sus exámenes y finales.
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Otro dato que llama la atención es que los tres promedios más altos de la UNRC son de estudiantes de esa facultad: dos en Computación y uno en Física, con promedios que oscilan entre el 10 y el 9,72.
Por una resolución de 2015 de la UNRC, a la hora de elegir la bandera mayor debe haber representatividad de las cinco facultades de esa casa de altos estudios. Por esta razón, los escoltas salieron de la Facultad de Ciencias Humanas y la Facultad de Agronomía y Veterinaria, según explicó Pablo Pizzi, el secretario Académico de la UNRC, en diálogo con La Voz. Obtuvieron un promedio de 9,65 y 9,31 en sus carreras.
La asunción de los nuevos portadores de la bandera mayor de la Universidad en Río Cuarto se hará en una ceremonia especial a mediados de junio, donde también asumirán los abanderados y escoltas de las distintas facultades que han obtenido calificaciones sobresalientes a lo largo de su desempeño académico.
Desayuno con los portadores de la bandera mayor
Este miércoles, en el aula Pereira Pinto, del campus de la UNRC, tuvo lugar un desayuno de las autoridades universitarias con el flamante abanderado 10 y sus escoltas. Presidió el encuentro la rectora Marisa Rovera. Además, participaron las autoridades de los colegios secundarios del que salieron los estudiantes; y Ana Díaz, la abanderada mayor saliente.
Para el período 2024-2025 portarán la bandera estudiantes oriundos de la capital alterna. Rossi estudió en el colegio San Buenaventura, Paula Garais en el Santa Eufrasia, y Santiago Gutiérrez en escuelas Pías.
Durante el desayuno, Rossi manifestó que será “un grandísimo honor” llevar el pabellón celeste y blanco y que al ver “tan contentos a los familiares” siente que el esfuerzo “ha valido la pena”.
Contó que llegó al 10 de promedio como quien no quiere la cosa. Estudiando, claro, madrugando para rendir exámenes finales, aunque sin enloquecer. A él le ha servido una rutina literalmente diaria de estudiar mucho y “el compromiso de cumplirte a vos mismo”. Y compartió su agradecimiento “a la UNRC y al grupo docente” que desde la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales guió sus pasos en el aprendizaje informático.
Puntaje perfecto en computación
10 en computación, puntaje perfecto en una carrera de las que habitualmente se dice que son difíciles. Al respecto, Pizzi expresó que “todas tienen niveles de dificultad, la diferencia se hace al estar comprometido con la carrera para dar lo mejor y concretar un proyecto”.
El docente acotó que el logro de Rossi revela que no solo es posible, también deseable, un rendimiento notable en teóricos, prácticos, clases y pruebas conjugado con acciones extracurriculares.
“Hay que tomar los libros, dedicar momentos para estudiar y desarrollar actividades buenas para cuerpo y mente, con compromiso social”, dijo. Y añadió: “Valores como ´disciplina y perseverancia´ son ayudas capitales en pos de la consecución de objetivos en un esfuerzo que es ´personal y colectivo´”.
“Hay obstáculos, desde ya, y para superarlos es útil determinar qué quiero ser a futuro”, propuso el titular de la Secretaría Académica.
Garais coincide en que el 9,65 que tiene en la licenciatura en Trabajo Social emerge de “un proceso colectivo y personal” y entiende que el actual es un momento de “varios golpes en lo social”, máxime siendo estudiante de “la universidad pública”.
En efecto, su llegada a la carrera empezó a gestarse “durante la toma de 2018″, a la que arribó al campus como alumna del colegio Santa Eufrasia.
Se nutrió de ese clima tan efervescente de nueve días de fines de agosto a inicios de septiembre y meses más tarde ya estudiaba en la Facultad de Ciencias Humanas una carrera que la tiene feliz más allá de “la incertidumbre” nacional.
Su pasión por la labor en el territorio se canaliza desde ya a través de “la educación popular en El Galponcito”, centro comunitario cercano al Mercado de Abasto.
Gutiérrez también va saboreando el futuro. Lo hace asesorando a su familia como estudiante avanzado de Ingeniería Agronómica. “El tiempo dirá”, dice respecto de su ejercicio profesional, que desea no difiera mucho del de sus pasos actuales.
Una abanderada saliente
Quien ya tenía experiencia en desayunos en rectorado era Ana Díaz, quien dejará de portar la bandera mayor de la UNRC, por cuyas aulas ha transitado la licenciatura en Filosofía. Estima que llevar la celeste y blanca en la universidad pública es “un orgullo y una responsabilidad por ser representante de los compañeros”.
Su carrera le refuerza “la importancia de pensar” y “reconocer cuánto se les debe a quienes hacen posible” los estudios. Considera que la filosofía es provechosa toda vez que ayuda a “pensar quiénes somos” y lamenta que a veces al referir al desarrollo argentino se dejen de lado las humanidades y se priorice lo económico.
Traspaso de bandera, y un guiño al mismo secundario en Río Cuarto
Un detalle no menor que ha de llenar de gozo a la comunidad del Instituto San Buenaventura: Díaz y Rossi se traspasarán la máxima insignia de la UNRC. Ambos estudiaron en el mismo secundario riocuartense.
