Hay muchísimos mitos que rondan al sueño, uno de los principales problemas de salud del siglo 21. Y es que dormir mal está de moda, a pesar de que es uno de los pilares fundamentales para gozar de una buena salud. De hecho, todas las personas duermen una hora y media menos que sus bisabuelos.
El 60,46 por ciento de los argentinos manifiesta tener dificultades para dormir bien por la noche. Estos inconvenientes pueden presentarse de forma frecuente u ocasional, pero la consecuencia es la misma: un sueño que no logra ser reparador. Los datos surgen del último informe del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Pero, ¿por qué las personas duermen menos de lo que deben? Según los expertos, todo es debido al ritmo de vida actual, al estilo de vida, una cultura del estar productivo todo el tiempo y por la que se llega tarde a la cama y mal, sin haberse preparado antes. Eso hace que se duerman menos horas, y a veces de poca calidad.
El precio de dormir mal
La psicóloga experta en alteraciones del sueño Nuria Roure asegura que son varias las consecuencias, tanto a corto como a medio y largo plazo, que implica el no dormir lo suficiente: “Envejecemos de forma más rápida, la gente que duerme menos horas tiene menos esperanza de vida, y además esa calidad de vida es peor porque también llegamos a los últimos días peor, con más riesgo de patología cardiovascular (diabetes, hipertensión arterial), cáncer, obesidad, y deterioros cognitivos como el Alzheimer, por ejemplo”.
Es más, la experta subraya que descansar bien tiene “un efecto dominó”, de manera que ayuda a despertarse mejor, con más energía y vitalidad, con mejor humor, y con un pensamiento más positivo, lo que a su vez favorece el desarrollo de hábitos de vida saludables.

Dormir mal no es algo normal
En ese contexto, la psicóloga alerta de que dormir es importantísimo a cualquier edad y que es un mito que con la edad se va durmiendo menos y mal: “A medida que nos hacemos mayores es cada vez más importante descansar bien para protegernos de las enfermedades, porque dormir bien es promotor de la salud y del envejecimiento saludable”.
Es más, hace hincapié en que no se debe normalizar el mal dormir ni la vigente pandemia de privación de sueño: “La normalización nos lleva a la resignación; por la edad no deberíamos dormir mal, con 70-80 años se puede recuperar el sueño y sin fármacos. Se trata de una de las etapas en las que más se necesita dormir bien. Los mayores en nuestra sociedad están hipermedicados y no les ayudan los fármacos en este sentido a dormir bien”.
Sólo un 5% de los que duermen mal pide ayuda
La especialista acreditada en trastornos del sueño por la European Sleep Research Society pone sobre la mesa el hecho de que sólo un 5% de los que duermen mal buscan asistencia, un hecho que, a su juicio, se debe a que, en parte, se sabe que de ir al médico la solución probablemente no guste: “Serán los fármacos, una solución a corto plazo y que realmente no aborda el problema de raíz”.
Por eso insiste en que los medicamentos empleados para mejorar el sueño son un parche. “Muchas veces ese fármaco va al síntoma, que es el dormir mal, pero siempre se debe buscar la causa, algo que lo provoca, y es muy importante conocerla. Hay más de 40 causas de mal dormir y no todas tienen el mismo tratamiento”, alerta.