Tras un trabajo de coordinación entre el servicio provincial de Procuración del Cucaiba y logística del personal de salud, se llevó adelante ocho operativos de donación de órganos en sólo 48 horas.
Este trabajo, según informó el Ministerio de Salud bonaerense, conectó los equipos de salud de hospitales públicos de los municipios de Monte Grande, Bahía Blanca, Avellaneda, Mar de Ajó, Florencio Varela, Cañuelas y Melchor Romero.
Como resultado de esas horas de trabajo, se obtuvieron 12 riñones, un hígado y dos corazones que permiten trasplantar válvulas cardíacas, además de siete córneas.
Por el momento, son 13 las personas que tienen confirmada la compatibilidad con los órganos donados y podrán mejorar o salvar sus vidas.
El presidente del Cucaiba, Francisco Leone, aseguró que “debido al trabajo articulado entre los hospitales y el Cucaiba, la procuración de órganos mejora año a año y consideramos que es producto de un proceso social interesante, que reafirma la solidaridad de la gente”.
El Cucaiba es el organismo bonaerense que garantiza la calidad de los procesos necesarios para el acceso al trasplante a todos los bonaerenses.
Ley Justina: la donación salva vidas
No obstante, en la provincia de Buenos Aires unas 5 mil personas aún esperan ser trasplantadas. Donar un órgano significa la posibilidad de salvar o mejorar notablemente la calidad vida de una persona enferma.
En el país, rige desde 2018 la llamada Ley Justina, que establece que toda persona capaz, mayor de 18 años, es considerada donante a menos que manifieste lo contrario.
La normativa, que surgió a raíz de la familia de Justina Lo Cane, una niña de 12 años que falleció a la espera de un corazón para trasplante, tuvo alto impacto en la donación.
Antes de que su caso generara un cambio legislativo en el país, 37% de as personas a las que se les preguntaba si estaban de acuerdo con que su familiar fallecido sea donante de órganos y tejidos respondía que no.
La experiencia de Justina, que trascendió a través de los medios de comunicación y que estuvo en el origen de la ley 24.447, consiguió que hoy sólo el 10 por ciento de las familias consultadas se niegue a donar.