Una bicicleta con una canasta de diarios estaciona en un puesto de venta sobre Avenida San Martín y 25 de Febrero, en Río Tercero. Es Viviana Núñez (55), que hace su reparto desde hace tres décadas. Al igual que Elvio Acotto (50), quien lleva similar trayectoria, en su esquina de Bolívar y Acuña, y entrega diarios y revistas en varios barrios a bordo de su moto.
Este 7 de noviembre se celebra en Argentina el Día del Canillita, en conmemoración del fallecimiento en 1910 del dramaturgo Florencio Sánchez, autor de la obra teatral Canillita, estrenada en 1904, que tenía como protagonista a un joven de pantalones cortos que vendía periódicos en la calle. De ahí el nombre que se refiere a las piernas largas, con canillas delgadas, de aquel personaje.
Ese día es “no laborable” para los canillitas. Por esa razón no se publican ediciones impresas este viernes, para su descanso.

Historias
Viviana y Elvio son dos de los cuatro canillitas que se mantienen en plena actividad en esta ciudad del departamento Tercero Arriba. Son dos de los cientos que mantienen el oficio en la provincia.
Es una realidad mundial que el número de puestos de venta de diarios y revistas se ha reducido, ante un escenario dominado por lo digital. Pero la lectura en papel resiste.
Ambos son también el ejemplo de cómo los canillitas se reinventan para sostener y diversificar la oferta de sus negocios, incorporando a sus puestos otros elementos de venta.

Viviana y Pipo se reconocen como “apasionados” por esta actividad, que les genera un trato cotidiano con muchos vecinos.
“Pipo” Acotto vive de las ventas de su puesto, ayudado por varios integrantes de la familia para su atención. Y suma otras actividades en su agenda. En la ciudad es además muy conocido como exfutbolista y luego DT en la Liga Regional.
Para Viviana es su único sustento. “Algunos clientes se mantienen, hay casos de más 50 años que sigue buscando el diario, o a los que se los llevo, y no quieren leer lo digital”, afirma.
Viviana recuerda cuando hace décadas eran casi 60 los canillitas en Río Tercero, que se juntaban a diario en un centro de distribución local, para retirar sus ejemplares.
“Pipo” apunta que “antes se arrancaba a las 5 de la mañana; ahora llegan los diarios un poco más tarde, en transporte de línea”, Y apunta: “Siempre se pasó frío, calor o lluvia para el reparto. Se trabaja sin importar el clima”.
Acotto apunta que “los clientes fijos se mantienen, como estaciones de servicios, bares, cafeterías”, y marca que lo que ha cambiado más es el reparto a casas de familias.
Y marca: “Se cayó mucho más la revista que los diarios”.
También comentó el cambio que implicó la llegada de las suscripciones para los diarios, como La Voz. “Tenemos clientes que reciben el ejemplar cada día, porque tienen la suscripción digital que incluye la edición impresa”.
El canillita recuerda que hace 30 años atrás tenía abierto su puesto unas 12 horas por día, “pero ahora estamos la mitad de ese tiempo”.
“A uno le gusta esto, entre otras cosas porque se conoce a mucha gente en la calle, toda la vida”, destacó Acotto.

En bicicleta
Viviana Nuñez hace memoria y compara tiempos. Sigue recorriendo la ciudad en bicicleta a diario para entregar diarios y define: “La gente grande sigue siendo un cliente fiel”. Y menciona que en su puesto ve “pasar las distintas generaciones”.
“Para mí ser canillita fue mi primer trabajo, me gusta y lo hago con pasión”, concluye mientras toma unos mates y acomoda ejemplares en su local callejero.






















