Aunque tenemos algunas discrepancias, nuestros gatos y perros, cada vez se parecen más a nosotros, sus dueños. Y eso también ocurre con las enfermedades.
Según una encuesta de la Asociación para la Prevención de la Obesidad en las Mascotas de EE.UU. de 2019, el 60% de los gatos y el 56% de los perros tienen sobrepeso u obesidad.
Algunas causas son las mismas que las que afectan a los humanos: mala alimentación, falta de ejercicio y algunas condiciones genéticas. Pero se suma que las personas sobrealimentan a las mascotas porque piensan que las hacen felices. Les demostramos nuestro amor con la comida.
Existen alimentos especiales, los veterinarios sugieren dieta y ejercicio, pero cada vez más estudios demuestran que para que un animal adelgace, hay que trabajar el vínculo emocional con su dueño.
Se trata de la perspectiva de “una sola salud”, porque mascota y dueño comparten estilos de vida, riesgos ambientales y el trasfondo emocional. Para ello, algunos veterinarios de EE.UU. están trabajando en equipos con psicólogos y trabajadores sociales.
El vínculo es tan indisoluble que si el dueño tiene diabetes, es muy probable que su mascota también padezca esta enfermedad. Y, lo que es más llamativo, también ocurre a la inversa.
En 2020 se publicó un estudio con más de 200 mil personas con perros y más de 123 mil personas con gatoa. Los datos de seguimiento indicaron que los dueños de perros con diabetes tenían más probabilidades de desarrollar diabetes que los dueños de perros sin diabetes. No ocurrió lo mismo con los gatos.
Un integrante más de la familia
Los veterinarios también sospechan que están aumentando los casos de cáncer en perros y gatos. Sin embargo, para esta patología una de las razones puede ser que los dueños se preocupan más por la salud de sus mascotas, sobre todo en edades avanzadas cuando hay más riesgo de que surjan tumores.
Lo cierto es que perros y gatos han dejado de ser la mascota de la familia, para convertirse en un integrante más del hogar. Y, en muchos casos, pasan a ser el “hijo” de personas solas o de parejas que todavía no deciden sobre su maternidad/paternidad.
Hasta tal punto, que humanizan al animal. Duermen con ellos, le compran ropa y también comparten la misma dieta, lo cual sí puede ser un problema.
En EE.UU. varias asociaciones de salud están empezando a advertir sobre las consecuencias de que los gatos sigan dietas veganas o de sólo alimentar con alimentos crudos (paleodieta) a las mascotas.
En el primer caso, cabe recordar que los felinos son exclusivamente carnívoros (los perros pueden comer algunos vegetales). Y el segundo ejemplo puede convertirse en un problema de salud ya que los alimentos crudos pueden contener microorganismos muy peligrosos.
Pandemia y salud mental
Aunque perros y gatos casi no se contagiaron de Covid-19, sí están padeciendo otras consecuencias coincidentes con las que se empiezan a diagnosticar en las personas.
Los expertos en salud pública advirtieron que tras la pandemia, los países iban a tener que tratar “otra pandemia” de trastornos mentales, como ansiedad y depresión.
Las mascotas no están exentas. Una encuesta realizada a veterinarios de Reino Unido determinó que los trastornos de conductas fueron las enfermedades que más aumentaron durante los meses de la pandemia.
“El hecho de que la incidencia de trastornos que pueden tener un componente relacionado con el estrés, incluidos problemas de comportamiento, diarrea y enfermedades del tracto urinario, haya aumentado en una alta proporción de encuestados indica que muchas mascotas pueden estar experimentando un mayor estrés durante la pandemia”, concluye el trabajo.
Para bien o para mal, nuestras mascotas están atadas a nuestra forma de vida.
