A pesar de los avances en los últimos años, todavía persiste en el imaginario social la idea de que en una pareja quien más “trabaja” es el hombre, mientras que la mujer básicamente “se queda” en la casa para hacer las tareas domésticas y cuidar a los chicos.
Pues bien, un completo informe del Indec difundido esta semana (y que pasó prácticamente inadvertido) termina de echar por tierra esa afirmación. Las mujeres no sólo trabajan a la par de los hombres, sino que trabajan más que ellos.
La encuesta nacional del uso del tiempo (Enut), elaborada por el organismo oficial, distinguió entre el “trabajo en la ocupación”, por lo general pautado por horas y realizado fuera de la vivienda, y el “trabajo no remunerado”, más enfocado en la prestación de servicios para miembros del hogar o terceros.
No obstante esa distinción, el informe definió el “trabajo” como “todas las actividades realizadas por personas de cualquier sexo y edad con el fin de producir bienes o prestar servicios para el consumo de terceros o para uso final propio”, sin discriminar si es o no remunerado.
Los datos de la Enut revelan que el 92,9 por ciento de las personas mayores de 14 años lleva a cabo de manera regular alguna actividad de carácter productivo. Y, más específicamente, que el 46,4% participa en el trabajo en la ocupación, mientras que el 83,8% desarrolla tareas de trabajo no remunerado. Muchas hacen ambos tipos de trabajos de manera simultánea.
Según el estudio, la participación en las distintas actividades varía de acuerdo con el género. El 55,9% de los varones realiza trabajo en la ocupación, mientras que el 37,3% de las mujeres desarrolla tareas remuneradas. Pero, en cambio, las mujeres participan en el trabajo no remunerado en mayor proporción: el 91,7% realiza tareas domésticas, de cuidado o voluntarias, mientras que en el caso de los varones esa dedicación cae al 75,1%.
“El hecho de que una mayor proporción de mujeres realice trabajo no remunerado genera que su tasa de participación en el trabajo total sea superior a la de los varones: 94,7% contra el 90,9%”, destaca el estudio del Indec.
Pero no sólo eso: las mujeres trabajan también más tiempo que los varones. De hecho, le dedican en promedio 7,34 horas al trabajo remunerado y 6,31 al no remunerado (13,65 horas en total), mientras que los hombres afectan 9,06 y 3,40, respectivamente (12,46 horas en total).
En resumen: en Argentina no sólo hay más mujeres que hombres trabajando; también lo hacen por más tiempo.
Es verdad que en los últimos años los varones nos hemos involucrado un poco más en las tareas de cuidado y domésticas, a la par que las mujeres (muchas de ellas jefas de hogar) también ganaron terreno en ocupaciones fuera de la casa.
Pero también es cierto que estos movimientos importantes no se han visto acompañados del correspondiente reconocimiento social y económico. De hecho, los hombres siguen siendo vistos como los mayores representantes de la “fuerza de trabajo” de una comunidad y muchas veces ganan más dinero que las mujeres por realizar las mismas tareas. A la par, las tareas de cuidado y mantenimiento del hogar permanecen casi invisibilizadas, sin terminar de ser entendidas socialmente como un trabajo que también aporta a la economía del país.
El estudio del Indec que arrojó estos resultados se inscribe en el marco de la meta 5.4 del Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que propone “reducir y redistribuir el trabajo no remunerado” como una condición necesaria hacia la igualdad de género. Aunque para ello todavía resta mucho camino por recorrer, reconocer el punto de partida seguramente es el primer paso para avanzar con ese rumbo definido.
