Una parte del ADN de las personas que hoy habitan Córdoba estaba presente ya entre los pobladores de estas tierras hace miles de años.
Esa parte permaneció inalterable a lo largo del tiempo, dando lugar a una continuidad biológica que remarca el origen local, específicamente propio, de los actuales habitantes de Córdoba.
Así se desprende de las investigaciones realizadas por un grupo de científicos del Idacor (dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), que intenta reconstruir la historia evolutiva de las poblaciones que habitaron el centro de Argentina, a partir de evidencia genética.
Uno de esos investigadores, Rodrigo Nores, dijo a La Voz en Vivo que el 76% de los habitantes contemporáneos de Córdoba posee linaje materno indoamericano, mientras que una proporción menor es de origen europeo (16%) y africano (8%).
Esto significa que, por línea materna, la mayoría de los cordobeses tiene antepasados directos nativoamericanos, pertenecientes a los pueblos que habitaban este territorio antes de la llegada de los europeos, en el siglo XVI. La prueba de ello está en nuestro ADN.

“El análisis del ADN mitocondrial, que se trasmite únicamente de madre a hija, demuestra nuestro vínculo directo con los pueblos originaros”, dijo.
Los cordobeses y su humor
“Las cuestiones vinculadas a la forma de ser van más allá a la cuestión del ADN; eso ya es una cuestión social. El sentido del humor y la idiosincrasia de los cordobeses están vinculados a eso, al contexto social donde nos movemos, es un aspecto cultural. No están relacionados con los genes”, dijo.