Fue un regreso a clases diferente en Córdoba. Cargado de emoción y expectativa. Luego de dos años irregulares, marcados por la incertidumbre y la intermitencia entre las clases presenciales y las virtuales, el inicio del ciclo lectivo 2022 tuvo este miércoles un fuerte aroma a normalidad.
Tras la fuerte tercera ola de coronavirus de enero, con récord de contagios, la pandemia no se fue pero la sensación colectiva, también en las escuelas, ya es de menor inquietud.
“Volvimos con clases presenciales plenas y la totalidad de la carga horaria. Y ya estamos pensando en retomar las salidas didácticas”, expresó con satisfacción el director del Ipem 43 Presidente Irigoyen, Ernesto Valenzuela.
“Ese tipo de cosas cambia la predisposición de los chicos y de los docentes para venir a clases. De a poco la pandemia va quedando atrás”, agregó.
Clima de alegría
El clima de alegría se palpaba en las paredes de los colegios. Las aulas, repletas de alumnos sentados de a dos o en grupos de a cuatro, mostraban un panorama bien diferente al de los dos años anteriores. Escuchar al profesor “en vivo” y no desde una computadora o un teléfono, entusiasma a los chicos, según contaron docentes.
La ventilación cruzada (donde se pueda) y el alcohol en gel llegaron para quedarse. Y el barbijo ya es un elemento más del uniforme escolar. En algunos establecimientos todavía hay rastros de la señalética que permitía separar los recorridos.
“Los alumnos respetan el barbijo a rajatabla. Si se les rompe o lo pierden, inmediatamente van a dirección a pedir uno nuevo. No se quejan si hace calor y lo tienen que usar”, contó Valenzuela sobre el primer día de clases.
En buena parte de los colegios hubo actos de bienvenida masivos para alumnos y para algunos padres que pudieron estar presentes. “Antes tenía que recorrer todo el colegio hablando aula por aula. Es una satisfacción muy grande poder hablar delante de todos”, agregó el director del Ipem 43.
Los alumnos de primer grado ya habían comenzado la adaptación la semana pasada. Este miércoles fue su primera vez en el nivel primario junto a los otros grados.
“Fue un comienzo con total normalidad. Se siguen cumpliendo protocolos como la higiene y la ventilación cruzada en las aulas. El barbijo llegó para quedarse tanto en chicos como en padres”, apuntó el director del colegio Carbó, Ricardo Pela.
Vacunas: a sumar más
El pase sanitario no es obligatorio. La vacunación es optativa tanto para estudiantes como para docentes y personal administrativo.
Entre los niños y niñas de 3 a 11 años, el 63 por ciento en la provincia de Córdoba están inmunizados con dos dosis. Pero un aún alto 19% no recibió ni una sola vacuna contra coronavirus. En ese segmento queda abierta uaa inquietud entre las autoridades sanitarias que aspiraban a un inicio de clases con una tasa mayor de vacunados con esquema completo.
En tanto, el 80 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 17 años ya se vacunó con la segunda dosis y en esa franja el 6 por ciento no se aplicó ninguna hasta ahora.
Normalidad
Desde diferentes establecimientos destacaron que no hubo inconvenientes en la llegada de los alumnos. A pesar de que hay una escasa oferta de transportes escolares producto de dos años de pandemia, la asistencia fue con normalidad. Se incorporaron refuerzos en algunos recorridos y algunas líneas retomaron las frecuencias de la prepandemia.
Abundaron entusiasmo y ansiedad en algunos niños y lágrimas en algunos padres. Toda la familia esperó con afán este día.
“Vimos a los chicos muy contentos por volver a la escuela. Saben que es un regreso distinto, con clases presenciales”, sostuvo la directora del colegio Presidente Sarmiento, Graciela Domínguez.
“Todos nos pusimos un poco nerviosos, pero acá estamos, felices con esta nueva etapa”, expresó Mara, mamá de Felipe, flamante alumno de primer grado en una escuela de Alto Verde.
“La expectativa es grande. Más después de dos años en los que hubo muchas clases virtuales y poco contacto con los amigos”, apuntó Víctor, papá de un miembro del quinto año de una escuela de barrio San Martín.
Último primer día
Se trata de un ritual que se instaló en los últimos años: los estudiantes lo llaman el “último primer día” (UPD) de clases. Es una suerte de celebración entre los adolescentes que inician el último año de la secundaria. Generalmente se juntan en la víspera de inicio de clases en alguna casa y luego van todos juntos al colegio. Algunos padres han advertido este miércoles por el consumo de alcohol en ese marco.
Entre los establecimientos consultados, al menos, no se reportaron incidentes de este tipo. “Estamos atentos a lo que sucede. Si llegan a la escuela y no están en condiciones se llama a la familia para que los retire”, comentó el director de un colegio.
Este diario se cruzó con adolescentes de una escuela del centro de la Capital que contaron que el UPD había sido tranquilo. “Sabemos que si tenés clases normales al día siguiente no podés aguantar”, expresó uno.
