Verónica y Soledad son pareja desde hace cinco años. Tenían el sueño de ser mamás por lo que emprendieron su búsqueda sobre trámites y tratamientos, aunque sabían que ya no sería fácil. La prepaga que pagaban les dio de baja apenas se enteró de que estaban en un proceso de fertilidad. Luego se enteraron que la obra social provincial Apross cubría el tratamiento, así que avanzaron.
Soledad quedó embarazada y tenían fecha para junio.
Ambas trabajan en escuelas de la Municipalidad de Córdoba como docentes. Hizo los papeles para su licencia aunque estuvo de reposo un tiempo antes por indicación médica.
Verónica, la mamá no gestante, no sabía qué licencia pedir ya que el Estatuto de Personal Municipal refiere a “licencia por paternidad”, que es de ocho días o de maternidad por 180, pero que está destinada a mamás gestantes. Tampoco ingresa en la licencia de adopción, porque el niño no es adoptado sino que está anotado como hijo de ambas mujeres.
Allí consultaron con la Secretaría de Género del Sindicato Unión de Obreros y Empleados Municipales (Suoem) a principios de junio, desde donde gestionaron el pedido a la administración del municipio. “Encaminamos una lucha que sabíamos y que nos anticiparon que no iba a ser fácil, pero estábamos dispuestas a hacerlo”, dijo Vero en diálogo con La Voz.
Pidieron para la nota no revelar sus apellidos por motivos personales, pero sí accedieron a dar su testimonio por ser las primeras en obtener esta licencia.
Desde el gremio presentaron un escrito en el que pedían para Verónica la misma licencia que para Soledad, es decir, 180 días. Fundamentaron su posición en un extenso escrito en el que apelan a la necesidad de adaptar ese estatuto a las leyes nacionales como la de matrimonio igualitario, a la ley de Identidad de género pero sobre todo, a los derechos del niño.
Un derecho para el niño, más que para las mamás
En el escrito que presentaron desde el Suoem explican a las autoridades municipales por qué se debía otorgar una licencia a Verónica. “Por la Convención de los Derechos del Niño en su artículo 3.1 y Observación General 16 del Comité para los Derechos del Niño, como en reciente jurisprudencia de nuestro país donde la licencia por maternidad no se vincula solamente a la gestación sino con el interés superior del niño, y además debe ser interpretada armónicamente con los nuevos derechos de parentalidad, que no distinguen el género ya que el matrimonio igualitario fue reconocido por la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario y por el artículo 402 del Código Civil y Comercial”, se describió.
También citaron la convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw), ratificada por Argentina, que “garantiza el derecho a la planificación de la familia”, y también a normativa laboral como el Convenio 156 sobre la igualdad de oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras, con responsabilidades familiares (1981); e incluso otros tratados como la Declaración Universal de Derechos Humanos que en su artículo 18, “ha reconocido el derecho de hombres y mujeres a partir de edad hábil, a formar una familia, siendo ésta el elemento natural y fundamental de la sociedad”.
Dos negativas hasta la aprobación
“En un primer momento el área de Capital Humano de la Municipalidad nos dio un dictamen negativo porque no estaba contemplado en el estatuto. Y pasaron el expediente al área de Asesoría Letrada que también dijo que ‘no está previsto’. El expediente fue elevado a la Secretaría General donde finalmente obtuvimos el dictamen favorable”, explicó Soledad Barrionuevo, secretaria de género del gremio.
Con firma de Verónica Bruera, el dictamen de la Secretaría General del municipio finalmente fue favorable. Allí se le reconoce por analogía una licencia por paternidad (no gestante) de ocho días corridos desde el nacimiento del niño.
Este dictamen llegó el 17 de agosto, casi un mes después del nacimiento del bebé, pero aún así Verónica pudo tomarse esos días.
En junio se tomó dos días por falta justificada que contempla el estatuto para todos los empleados municipales y luego enganchó con las vacaciones de julio. “Al principio, cuando vi el dictamen no me los iba a tomar porque yo reclamaba más días. Sin embargo justo en ese momento estábamos pasando por una situación difícil. La mamá de Sole estaba delicada de salud. Ella falleció y entonces decidí tomarlos para poder acompañar la situación y estar con el bebé”, dijo Verónica.
El caso sienta un precedente ante otros posibles, en diversos ámbitos laborales.
Adaptación
Tanto Soledad como desde el gremio hicieron hincapié en la necesidad de adaptar un estatuto ya que la licencia por nacimiento “no solo es el derecho de madres y padres a tomarse ese tiempo, sino el de niños y niñas de estar con sus progenitores esos primeros días que son muy importantes”.
“Vos podés tener una ley de matrimonio igualitario pero si no tenés las herramientas para ejercer ese derecho, no se puede cumplir”, agregó Miriam Birn, abogada de la comisión de género y del Suoem, junto a Micaela Reynada.
“Creemos que si bien estos ochos días me permitieron acompañar, con Sole creemos que siguen siendo pocos, incluso para el papá porque el primer tiempo te la pasás de turno médico, haciendo el trámite del DNI, acompañando el proceso de aprender a amamantar de la gestante”, dijeron ambas mamás.
