La Municipalidad de Córdoba puso en funcionamiento las primeras diecisiete Estaciones Meteorológicas Automáticas (EMA) de su sistema de adaptación al cambio climático. La red permite registrar de manera continua y en tiempo real variables como temperatura, humedad, presión atmosférica, radiación solar, dirección y velocidad del viento, así como la intensidad y acumulación de lluvia, con el objetivo de anticipar y reducir los riesgos asociados a eventos severos.
Los dispositivos cuentan con un radio de cobertura de dos kilómetros y se instalaron en altura para minimizar interferencias urbanas. Su despliegue permite obtener datos precisos durante cada fenómeno y evaluar, una vez concluido, el impacto sobre cada zona monitoreada. Esto facilitará la toma de decisiones rápidas y puntuales, priorizando las áreas donde se originen mayores daños o variaciones climáticas intensas.
Dónde están ubicadas y cómo funcionan
Las primeras unidades se distribuyeron en distintos puntos de la ciudad. Fueron instaladas en la base operativa de la Guardia Urbana Municipal en barrio Empalme; en el Cementerio San Jerónimo, en Alberdi; en la Reserva Parque San Martín, en Villa Belgrano; y en la central de Defensa Civil, en barrio Observatorio. También se colocaron en las escuelas municipales Baquero Lascano (Villa Urquiza), Mutualismo Argentino (Sargento Cabral) y César Romero (Sachi), en el jardín municipal Rayito de Sol (Los Plátanos), en el colegio Haroldo Andenmatten (Marechal) y en el Instituto San Martín (Teodoro Fels).
El sistema se refuerza con estaciones instaladas en cuatro Centros de Participación Comunal (CPC): Monseñor Pablo Cabrera (Poeta Lugones), Guiñazú, Pueyrredón y Jardín (Ampliación Jardín Espinosa). A ellas se le suman otras unidades ubicadas en Ruta 5 y barrio Las Huertillas, cuyos datos son facilitados por la Universidad Católica de Córdoba. Además, el municipio dispone de una estación móvil destinada a mediciones específicas durante eventos puntuales.
Parte de la red integra el proyecto “Prevenir”, una iniciativa conjunta entre Argentina y Japón orientada al desarrollo del primer sistema nacional de alerta temprana para inundaciones urbanas repentinas. En Córdoba, su foco se dirigió especialmente a la cuenca del río Suquía y a sectores históricamente perjudicados por las crecidas, como Villa Páez. Este proyecto también se aplicó en Buenos Aires, en las cuencas de los arroyos Sarandí y Santo Domingo.
Asimismo, varias estaciones son utilizadas por estudiantes del proyecto “Matteo”, impulsado por la Universidad Nacional de Córdoba, que promovió actividades de ciencia ciudadana relacionadas con riesgos ambientales como sequías, incendios e inundaciones.
Monitoreo climático para emergencias en tiempo real
La red de EMA dispone de un rol central en el Plan de Acción de Olas de Calor. Su funcionamiento permite identificar los puntos de mayor temperatura, su duración y los sectores donde las altas marcas tienen un impacto más severo. De manera similar, en invierno se registraron las temperaturas mínimas para detectar heladas y evaluar la vulnerabilidad climática de cada barrio.
Los datos recopilados fortalecen la actuación temprana de los equipos municipales, reduciendo el riesgo ante tormentas y priorizando la atención en los lugares más afectados. La Municipalidad también consolidó el Centro de Operaciones de Emergencias Metropolitano, donde se articular acciones regionales y se procesan los pronósticos del Observatorio Hidrometeorológico Córdoba, que anticipa condiciones potencialmente adversas.
Además de la red fija, se instaló recientemente el primer sensor para advertir crecidas, activar barreras y gestionar cartelería de alerta en puntos críticos del río Suquía. El dispositivo se colocó en la intersección de Ibarbalz y Costanera Norte, y su desarrollo está a cargo de la startup Pampa 4, ganadora del Desafío de Innovación Abierta Río Inteligente.
Mejor información para planificar y prevenir riesgos
La información generada por las estaciones constituirá una base fundamental para caracterizar el clima de la ciudad, comparar variaciones estacionales y definir zonas de impacto a lo largo del tiempo. Estos datos geolocalizados, sumados a los antecedentes históricos, serán utilizados para diseñar obras de infraestructura más acordes a las necesidades reales de los barrios.
El municipio evalua también la posibilidad de cruzar los registros con la red de monitoreo de calidad del aire, compuesta por diez estaciones que miden material particulado y otras seis capaces de detectar gases como CO, SO₂, NO₂ y O₃. También se preveen integrar la información de las EMA con los reportes de emergencias que ingresan al 103, con el fin de identificar patrones y priorizar operativos.
De cara al futuro, la Municipalidad proyecta sumar más estaciones en las zonas periféricas para tener un control más preciso de las lluvias en las cuencas y de los cambios de temperatura. Además, como parte del proyecto Prevenir, se instalará una cámara fija LSPIV capaz de filmar el oleaje del río Suquía y estimar caudal y velocidad mediante análisis de imágenes, lo que permitirá proyectar crecidas con mayor exactitud.
Todas estas tecnologías se integrarán en un sistema único de lectura y análisis que combinará las estaciones municipales, las del proyecto Prevenir, las del proyecto Matteo y las de Recursos Hídricos de la Provincia, articulado con el trabajo del Observatorio Hidrometeorológico Córdoba.





















