Caballos por motocargas eléctricas. Así se resume el programa que puso en marcha la Municipalidad de Córdoba junto con el ente Córdoba Obras y Servicios (Coys) que apunta a “modernizar” el modo con que se recolectan residuos secos en la ciudad.
En este caso, los primeros cinco utilitarios fueron entregados a recolectores urbanos que operan en la zona del Centro de Transferencia de Residuos (CTR) ubicado en la intersección de Circunvalación y Rancagua, en el norte capitalino.
Los vehículos son cedidos por el Coys bajo el formato de donación con cargo, es decir, mientras exista el vínculo basado en la recolección y traslado de residuos al CTR.
Cada motocarga de la marca Sunra, modelo King Kong, puede transportar hasta 262 kilos de carga, desarrolla una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora y tiene un motor de transmisión directa a rueda. Cuentan con seguro, que está cargo del Coys.
A cambio, cada recuperador entregó a la Municipalidad de Córdoba sus caballos y carros. Los animales fueron derivados al predio que tiene Biocor en Potrero del Estado.
“Se modernizó el vehículo de transporte de elementos secos”, sintetizó Victoria Flores, presidenta del Coys. La funcionaria destacó que la medida se encuadra en los cambios que se vienen aplicando en la gestión de los residuos en la ciudad.
Flores comentó que cada caso en el que el recolector decide “modernizar” su medio de movilidad implica un cambio en la vida de esas personas, luego de generaciones familiares subidas a los carros.
En esa misma línea, anticipó que la empresa concesionaria de la Red de Accesos a Córdoba (RAC), Caminos de las Sierras, ya empezó a construir un nuevo CTR en la zona de Villa Unión, en el oeste capitalino.
Allí también habrá estas “modernizaciones”: recolectores que dejarán de usar carros tirados a caballo para pasarse a las motocargas eléctricas. Flores remarcó que cada caso es distinto, ya que se busca responder a la necesidad del recolector y, de esa manera, tener más posibilidades de éxito.
En la entrega de las motocargas estuvo el intendente Martín Llaryora. “Esta es la clara demostración de que las ideas, los sueños, se pueden hacer realidad, de que se puede construir desde cada lugar, un lugar de progreso, aun desde un basural. Un lugar que parece tierra de nadie hasta que surgen procesos maravillosos que son integrales, una bocanada de aire fresco para el ambiente”, dijo el intendente Llaryora.
“El reciclaje nos permite potenciar a más de 20 emprendimientos de economía circular, lo que antes era basura, hoy son sus insumos, lo que antes se enterraba hoy se reconvierte en más trabajo, en más progreso”, agregó.
La entrega se realizó en el marco de primer aniversario del CTR Rancagua, que se construyó donde funcionaba un histórico basural clandestino de esa zona de la ciudad. En sus primeros 12 meses, recibió ocho mil toneladas de desechos que antes solían terminar en sitios clandestinos.
El CTR está administrado por el Coys. Pero el funcionamiento corre por cuenta de miembros de la cooperativa La Victoria, supervisados por el ente municipal. Allí llegan por día unos 60 vecinos a deshacerse de materiales como restos de poda, escombros, neumáticos fuera de uso, muebles viejos, electrodomésticos grandes, colchones y todo lo que solía terminar en los basurales del sector.
