Mientras la preocupación y la desesperación se extienden entre los familiares, amigos y allegados de Anahí Bulnes (36), investigadores de la Policía de Córdoba y de la Justicia trabajan para dar con esta docente que se encuentra desaparecida desde el pasado lunes, cuando ya no volvió a su hogar, en barrio Altos Sud de San Vicente, en Córdoba capital.
Una importante cantidad de personas realizó una marcha en la tarde del jueves en la zona del Patio Olmos para reclamar por la urgente desaparición de esta mujer, madre de tres chicas de 7, de 12 y de 14 años.
La convocatoria fue motorizada por la propia familia de Anahí, como también por compañeras de trabajo y por el colectivo del Ni Una Menos Córdoba.
El caso es investigado por pesquisas de la división Protección de las Personas de la Dirección de Investigaciones Criminales de la Policía provincial, bajo directivas de la fiscal Eugenia Pérez Moreno.
Desde el seno de la pesquisa se remarcó que no se descarta ninguna hipótesis y que rige el secreto de sumario en torno a las actuaciones.
Mientras los pesquisas de Protección de las Personas realizan el trabajo de calle en busca de pistas que permitan dar con la mujer y esclarecer lo sucedido, efectivos de la Dirección Bomberos han realizado distintas tareas de rastrillaje en diferentes puntos de la Capital.
Uno de los operativos fue en cercanías del complejo edilicio de la avenida Sabattini, en proximidades del domicilio de Anahí.
“Yo quiero que aparezca con vida, lo más importante es que esté viva. Estamos muy preocupados”, señaló el padre de la mujer, Carlos Bulnes.
No se llevó el celular
Hasta que desapareció, Anahí vivía junto con sus tres hijas en un departamento ubicado al lado de la casa de sus padres en Altos Sud de San Vicente, de la ciudad de Córdoba.
La barriada está próxima a barrio General Urquiza, a la vera de la avenida Sabattini.
Según sus allegados, el pasado fin de semana estuvo en un asado familiar en la localidad de La Granja, en las Sierras Chicas.
El domingo estuvo corrigiendo algunos exámenes.
Carlos, el padre de Anahí, reconstruyó cómo fueron las últimas horas en las que estuvo con ella.
“Fuimos con toda la familia a comer un asado a la casa que tenemos en La Granja. Allí estuvimos mi esposa; Anahí; sus tres hijas; el novio de Anahí, Gabriel Senestrari, y yo. Volvimos en autos separados. Ella y sus hijas llegaron a casa a la noche y luego nos fuimos a dormir”, dijo Carlos, quien aclaró que Anahí no convive con el novio.
Anahí trabaja como maestra de tercer grado en dos escuelas: en una de gestión provincial, la Pedro Goyena, y en una de gestión municipal, César Romero, de barrio Sacchi.
Con ese dinero, cubre sus gastos y la manutención de las chicas.
Anahí había avisado a la escuela donde trabaja ad honorem que el lunes a la mañana no iba a asistir, ya que tenía que llevar a una de sus hijas a una consulta médica.
Ya a la tarde, tampoco fue a dar clases al colegio de barrio Sacchi.
Lo llamativo es que ahí ya ni avisó.
Preocupada porque Anahí no era de faltar sin avisar, la directora de ese establecimiento se comunicó con su familia. “Anahí es muy responsable”, enfatizó una compañera de trabajo.
Tras su desaparición, su familia radicó la denuncia en la Unidad Judicial 8, de barrio San Vicente.
Anahí había dejado su celular y pertenencias en el hogar, como también el DNI y hasta prendas,
Reclamo por su aparición
La propia familia, como también compañeras de trabajo y allegados, iniciaron una vasta campaña por redes y comenzaron a golpear puertas para activar la búsqueda de la mujer.
Hay un elemento no menor en esta historia y es que hace 10 años fue víctima de violencia de género por una de sus parejas, tuvo botón antipánico y esa persona llegó a estar detenida.
“Es la primera vez que sucede, nunca no se presentó a trabajar. Ella es muy disciplinada con sus alumnos”, expresó a la prensa Verónica, hermana de Anahí.
La docente trabajaba todo el día.
Sus familiares insistieron en que ella estaba “sobrepasada” y también angustiada por problemas de salud de una de sus hijas.
Anahí, según sus familiares, estaba contenta porque le habían confirmado que iba a quedar como titular en la escuela donde estaba haciendo la suplencia. Tanto es así que en el asado festejaron la noticia.
Su familia no descarta ninguna hipótesis en torno a lo sucedido.
Los familiares ya declararon ante la Justicia y aportaron elementos, al igual que sus compañeras de trabajo.
La comunidad escolar de las dos escuelas acompaña la búsqueda.
Al caer la tarde del jueves, el reclamo por la urgente aparición de la docente y por el esclarecimiento se tradujo en una pacífica marcha.
Mientras tanto, los investigadores policiales continúan con el trabajo.
“Acompañamos a la familia y a sus compañeras. Confiamos en la Justicia, que está trabajando, pero necesitamos que se intensifique la búsqueda y nos den una respuesta”, comentó, por su parte, Mariana Palmero, del colectivo Ni Una Menos Córdoba.
