“Quizás sólo suena de fondo que Conoc incumple, pero desarrollamos más de 90 hectáreas de urbanización. Hicimos más de 600 casas, dimos más de 400 lotes. Eso no se trata de una empresa que se formó para estafar, según dicen algunos abogados a los que se les da un micrófono”.
Quien habla es Verónica Inés Ocaña, imputada junto a su hermano Ezequiel Ocaña; y Silvio González, Gonzalo Heredia y Anabel Meana, todos integrantes de Conoc Habitar, por presuntas estafas en la venta de lotes y casas a familias de Capital y del interior.
En una carta a La Voz, la mujer se presentó también de este otro modo: “Tengo 43 años, soy profesora de educación física y empresaria. Soy mamá de tres hermosos hijos: Abril, de 19 años, Lucas, de 17 y Luciano, de 13. Ellos son mi mayor motivación y mi fuerza para seguir adelante en cada batalla que enfrentó”.
“En estos 12 años como empresaria, jamás dejé de tener fuerzas, optimismo y, mucho menos, de luchar. No solo porque creo que puedo lograr esto y más, sino porque, junto a mi hermano y socio, hemos logrado que muchas familias tengan su hogar”, escribió, en una comunicación que parece estar dirigida al menos a dos destinatarios: la sociedad y los clientes que demandaron a Conoc.
Los Ocaña están imputados en calidad de coautores y los demás, como partícipes necesarios de los hechos.
La acusación es por 37 estafas. La desarrollista se dedica a la venta de planes de ahorro para la adquisición de viviendas, y en abril Conoc SRL se declaró en quiebra. En ese momento aseguraba que nunca incumplió los compromisos asumidos. Este martes presentó toda la documentación para solicitar la conversión de la quiebra en concurso preventivo. Y además pidió la apertura de concurso preventivo de Khaliq Anwar SRL, otra de las empresas del grupo Conoc.
“Nosotros somos trabajadores incansables que necesitamos poder seguir construyendo. Toda esta situación un poco mediática y crítica se da desde el 12 de abril con el pedido de quiebra de una de las empresas –Conoc SRL, de las cuales yo encabezo. En esta búsqueda de salir adelante, con un conjunto de nuevos profesionales, vamos a tratar –y así lo estamos haciendo– de lograr convertir la quiebra en un concurso por agrupamiento, ya que todas las empresas y los clientes están vinculados”, explicó Ocaña.
Esa es su apuesta para seguir funcionando y, asegura, honrar los compromisos.
“Es mi obligación seguir cumpliendo, es mi obligación responder, es mi obligación que cada contrato que firmé tenga una solución. Necesito tiempo, necesito que dejen de bombardear, porque genero muchos puestos de trabajo. Al menos así lo estaba haciendo hasta el 12 de abril del corriente año. Necesito poder también estar en el concurso para que mis clientes puedan ir a verificar, porque en caso contrario perderíamos todo, nosotros y los clientes, ante una quiebra también, lamentablemente, pero esa información no todos los clientes la saben”, enfatizó en la carta.
Sobre cómo llegaron a esta situación, Ocaña repitió el relato de su hermano, semanas atrás, a La Voz. Zárate incumplió con la entrega de materiales comprados con antelación, como inversión, por Conoc. Y esto precipitó un descalce económico y financiero.
“Sabemos y somos conscientes de que cometimos errores, pero muchos más fueron debido a confiar en empresarios del rubro, que hoy y desde hace más de 6 años me quitan el sueño. El acopio de material que hicimos no era para mi casa, ni mi sueño, era para el sueño de más de 150 familias que teníamos que hacerles su hogar. Luego de eso, vino una pesadilla constante”, refirió.
“La pandemia hizo lo suyo, la crisis actual desde entonces también. Pero confío en la justicia, este señor ya está imputado y confío en el fiscal que lleva la causa de que lo vamos a poder solucionar en el corto plazo”, cerró.
En el resto de la carta, les habla a los damnificados. Les pide que dejen de lado los reclamos judiciales. “Hoy pasa lo siguiente: hay clientes, hay diversos abogados, algunos muy profesionales y otros para nada, y situaciones muy complicadas que no tienen salida si esto aún empeora más. Aquella película de terror que comenzó en 2018, con la compra de material, nos interpuso y desde ese instante hasta el último 12 de abril, hemos luchado día a día. Hoy aún se vuelve más terrorífica y parece no tener un final, porque no solo el esfuerzo que significa tener una empresa, sino que hoy, un estudio particular de abogados se reúne causas en contra, logrando con eso que atravesamos una situación jurídica civil y penal muy difícil, haciendo eso más complicado el trabajo diario”, remarca la socia de Conoc.
“Aquí no se trata de dinero, se trata de que quiero seguir generando oportunidades. Soy mamá, aún no tengo mi casa. Primero están los clientes. Salió mal un negocio, me incumplieron, nunca tuve una ayuda, todas fueron trabas. El camino es seguir construyendo o dándote tu lote. Conoc está para seguir. Acompáñame en esta porque hay familias que necesitan su techo, por favor déjenme trabajar”.
Hay 46 denunciantes que son representados por el abogado Carlos Nayi, aunque se espera que ese número se incremente en las próximas horas. “En este caso, no son simples incumplimientos de contratos, sino que hubo mala fe. Captaron distintas sumas de dinero asumiendo compromisos en terrenos donde no estaban habilitados, lo que, a criterio de los damnificados, son estafas”, afirmó Nayi.
Además, hay al menos otras 200 causas en la Justicia Civil de Córdoba también por presuntas estafas en un loteo de Jesús María.
Los denunciantes
Las familias denunciantes, quienes aseguraron que Conoc incumplió los contratos por compras de lotes o de planes de viviendas, son de Córdoba capital, Jesús María, Monte Cristo, Carlos Paz, San Agustín, Colonia Tirolesa, entre otras ciudades. Incluso hay familias de otras provincias.
Los adjudicatarios hicieron denuncias particulares y otros en grupo, tanto en el fuero civil como en lo penal. Hay personas que invirtieron viviendas, autos, terrenos, departamentos y dólares. Algunos accionaron ante la Justicia para que la empresa les devolviera lo invertido.
Gisela, una de las adjudicatarias, entregó su casa familiar como forma de pago de un plan de viviendas. Conoc se comprometió a entregar la nueva vivienda a los 36 meses, “pero hasta hoy esa promesa no se cumplió”, narró la mujer.
Y agregó: “Quedamos en la calle. Se comprometieron a pagar los alquileres y desde octubre del año pasado no lo hacen. Hice la demanda penal y nos ofrecen algo que después es una mentira”.
Además, al menos unos 50 adjudicatarios que se autoconvocaron y armaron un grupo de WhatsApp para reclamar que se les devolviera el dinero invertido o entregaran las viviendas comprometidas. Algunos llevan más de 10 años en conflicto con la empresa y denunciaron maltratos por reclamar lo que consideran suyo.
Otro es el caso de Erika, quien cansada de esperar tomó posesión sobre uno de los terrenos en Tierra Colonial II, en Colonia Tirolesa. “Tengo el 96% de los aportes. Tampoco tengo aval de que ese lugar sea mi casa. Y recibí amenazas porque me instalé en el lugar”, afirmó.
También en Jesús María, Conoc comercializó un loteo de cinco hectáreas que no fue aprobado y tampoco construyeron ni una sola vivienda. Algunos de los adjudicatarios llegaron a pagar U$S 60 mil y nunca recibieron ni un ladrillo.
El abogado Nicolás Clapier, quien representa a esas familias damnificadas, sostuvo que además de las 200 denuncias en el fuero civil, en los próximos días habrá otras 15 denuncias en el fuero penal. Y aseguró que las familias no tienen perspectivas de que les entreguen las viviendas que están pagando.
Ahora, los damnificados piden que se haga Justicia “para evitar que sigan estafando a más personas”.
Semanas atrás, el titular de la firma, Ezequiel Ocaña, dijo a La Voz que no es un estafador: “Pueden venir a auditarme, son 1.224 lotes, no tengo ninguno a mi nombre (...). No me hice millonario a costa de empobrecer a los clientes”, manifestó.
Ocaña aseguró que, a pesar de los errores que puede cometer como empresario o por las dificultades propias de la empresa, el contexto económico tampoco lo ayudó.
