Muchos comerciantes de la ciudad de Córdoba –especialmente los del área central– vivieron este martes horas de angustia, impotencia, preocupación y alarma ante el riesgo de poder ser blanco de hechos delictivos, tal como sucedió durante la madrugada del lunes en Río Cuarto y en ciertos barrios de la Capital.
Por los últimos robos que sucedieron en varios puntos de la ciudad, la Policía informó que fueron detenidas unas 23 personas, entre ellas, cinco menores de edad. La cantidad de comercios afectados por intentos de saqueos, daños o robos fueron 12, según confirmó el fiscal Ernesto de Aragón.
Para los comerciantes esos ataques nada tienen que ver con saqueos por una necesidad de alimentación, sino que son robos realizados por delincuentes organizados. “Esto va mucho más allá del hambre, mucho más allá de la situación económica que está viviendo el país”, dijeron indignados.
La sensación entre los dueños de los locales era de inquietud y de “alerta constante” ante la posibilidad de ataques. Relataron que los ladrones eran jóvenes que andaban en grupos y que hacían alarde de cometer delitos. “Parecían que estaban en una fiesta. Anoche pasaron gritando: viva la delincuencia”, contó el dueño de un local de barrio Alberdi.
Frente a ello, pedían mayor seguridad y patrullaje policial, algo que finalmente se vio durante la mañana del martes, sobre todo en las afueras de los comercios más importantes y en las grandes superficies de los barrios de la zona norte, Alberdi, Los Granados, Remedios de Escalada y Los Sauces, entre otros.
La preocupación era constante y muchos dueños de comercios se organizaban para hacer vigilias por turnos y cuidar sus locales. Incluso, durante la tarde del martes, algunos negocios del Centro decidieron cerrar los locales para prevenir posibles saqueos que, al parecer, se convocaban por grupos de WhatsApp.
Ante la cadena de mensajes anónimos, desde la Policía se indicó que las amenazas eran “falsas y malintencionadas”. Y que no había registros de robos masivos organizados en el área céntrica de la Capital.
El testimonio de los comerciantes
Sobre avenida Santa Ana, en Alberdi, los dueños de Natalia Hogar Muebles y Colchones, que lleva 30 años en el barrio, lograron reabrir el negocio luego del robo que sufrieron en uno de los dos locales durante la madrugada del martes.
Los delincuentes habían forzado una gran persiana que cubre el frente del local e ingresaron sin problemas. “La doblaron para arriba. Tuvimos que llamar a amigos y vecinos para que no den una mano para soldarla. De alguna manera abrieron la puerta, pero no se rompió”, contó Mateo Mansilla, dueño del comercio.
Al local habría ingresado un grupo de 10 personas –calculó el dueño– aunque restaba revisar las cámaras de seguridad. En un minuto se llevaron monitores, bicicletas, lámparas profesionales y la caja chica. “Todavía no tenemos bien el inventario. Mantuvimos la persiana a la mitad para poder bajarlas si escuchamos algo”, admitió el propietario.
Además sostuvo que se observó mucho movimiento en la zona durante la noche del lunes y la madrugada del martes. Y relató que después del hecho se quedaron a dormir en el local. “No podemos tener cerrado”, aseguró Mansilla.
Y agregó que el robo no fue el único que tuvo durante los años que lleva como comerciante. Describió que la zona es complicada y que hay continuos hechos de inseguridad.
En barrio Los Granados también intentaron ingresaron al supermercados Malvinas Argentinas, pero llegó la Policía y frustró el asalto. Sucedió en calle José Manuel Fierro al 3.800, cuando un grupo intentó meterse al local y algunas personas terminaron detenidas. La propietaria, que vive en la parte posterior del comercio, relató que estaban “aterrados” porque no sabían qué podía a pasar.
Otro que sufrió el ataque de delincuentes es el dueño de un comercio ubicado en avenida Japón al 561, de barrio Remedios de Escalada. Los vecinos lo llamaron a las 3 de la mañana para avisarle que su despensa Rulito’s estaba siendo vandalizada por varias personas. Al llegar al local se encontró con la reja de la puerta de ingreso destruida.
“No tuve tiempo de nada. No vi a nadie. Había mucho daño material, incluso arrojaron piedras por todos lados”, contó el dueño que todavía no salía del estado de shock. Los delincuentes se llevaron maquinarias de la despensa, entre ellas, una moledora, cortadora de fiambres, balanza, carne, gaseosas y otros alimentos. Metieron todo lo que pudieron en bolsas de consorcios.
“Tengo mucha impotencia. Tantos años de trabajo y de la noche a la mañana me encuentro con esto”, dijo el hombre que tiene su negocio desde hace 13 años. Y agregó: “Voy a tener que empezar de nuevo. De cero”. Y dijo que no sabe si de ahora en más podrá dormir pensando que los delincuentes pueden ingresar en cualquier momento.
Varios comercios de la zona norte también están en alerta por los intentos de saqueos, ya que en la noche del lunes un grupo de personas se congregó sobre avenida Donato Álvarez al 8.000, en barrio Argüello, con intención de robo pero la Policía actuó de forma rápida y la situación no pasó a mayores.
Uno de los lugares de mayor concentración fue frente a los supermercados Cordiez, Chango Más y del local de electrodomésticos Ribeiro, separados por metros de distancia. Todos habían sufrido saqueos durante el acuartelamiento policial ocurrido en diciembre de 2013.
Gustavo tiene un local de electrodomésticos en el Cordiez. “Estamos un poco inquietos, pero ya tenemos a la Policía custodiando los comercios”, dijo, todavía nervioso.
“La diferencia de lo que pasó años atrás es que la Policía no estaba, pero nos deja a todos con los ojos abiertos por lo que está pasando ahora”, manifestó.
Y aseguró que desde este martes “vamos a resguardar los productos que se exponen en la playa por una cuestión de seguridad”.
