Una vez más, las fiestas electrónicas volvieron a ser tema de agenda a raíz del fallecimiento de una mujer de 28 años. Aún se desconocen las causas de la muerte, existen varias líneas de investigación. La sospecha está en el eventual consumo de éxtasis por parte de la joven.
El caso abre nuevamente distintas líneas de debate, muchas de las cuales permanecen abiertas. ¿Es efectivo penalizar el consumo de drogas ilegales? En el supuesto caso de que se confirme la hipótesis del éxtasis, ¿puede una pastilla o media provocar la muerte? Indagando más profundo, también se podría preguntar ¿es posible prevenir estos incidentes?
Especialistas en toxicología consultados por La Voz coincidieron en que, en estos casos, es fundamental el manejo clínico del paciente. Los primeros auxilios como instancia inicial. Si no hay mejoría, el traslado hacia un centro especializado. Si es posible, de mayor complejidad.
“Un buen plan de hidratación está indicado en este tipo de pacientes. Esto se hace para prevenir lesiones en los riñones. El consumo de éxtasis puede provocar daños en los músculos y una insuficiencia renal. Hay que darle agua a la persona”, expresó Verónica Goldaracena, jefa de Toxicología del Hospital San Roque, uno de los centros de referencia a nivel provincial.
La experta evitó referirse al caso puntual de la mujer de 28 años. En general, indicó que los pacientes que sufren este tipo de descompensaciones deben estar manejados por guardias entrenadas. “Mejor si es de alta complejidad, para que puedan estar monitorizados y controlados. Se pueden producir arritmias, convulsiones y fallos renales agudos. También hay casos de hipertensión. Es importante el plan de hidratación y el manejo de la hipertermia”, detalló.
En lugares con fiestas masivas debe existir un servicio de emergencia. “Muchos tienen ambulancias donde se hacen los primeros auxilios. Si eso no funciona, se deriva con el centro de referencia”, indicó.
Traslados y derivaciones
Daniel Gómez, ex jefe de Toxicología del hospital de Urgencias, sostiene que hay varios aspectos que pueden tenerse en cuenta antes de organizar este tipo de eventos. En primer lugar, se debe contar con uno o varios puestos sanitarios (dependiendo de la magnitud de la fiesta) donde poder realizar los primeros auxilios. Esto funcionaría en personas que presenten algún tipo de síntoma posterior al consumo de alguna sustancia: palpitaciones, deshidratación, taquicardia, falta de aire.
Si lo que se consumió es éxtasis, la persona debe ser trasladada a un lugar apartado, donde no escuche la música y pueda estar tranquila.
En caso de necesitar una asistencia mayor, entonces esa posta sanitaria se contactará con una ambulancia equipada con respirador y toda la aparatología necesaria como para tratar de reanimar a la persona.
El posterior traslado hacia un centro de salud que tenga la metodología necesaria para la desintoxicación es clave. Es decir, para tratar de mantener con vida a la persona.
“Una de las cosas que se puede organizar de antemano es cómo será la vía de acceso de la ambulancia hacia un centro de mayor complejidad. Un municipio puede coordinar por dónde pasará el vehículo, con el apoyo de los inspectores de tránsito”, explicó Gómez.
Los efectos del éxtasis
Como dijimos anteriormente, el caso de la mujer de 28 años está en investigación. De comprobarse la hipótesis del consumo de éxtasis, habría que ver qué componentes (o excipientes) pudo llegar a tener la pastilla.
“Todos los años registramos algunos fallecidos por el consumo de esta sustancia. Son los menos. Pero es como una ruleta rusa. A algunos no les causa efectos y a otros sí”, indicó Goldaracena.
El éxtasis es un tipo de anfetamina, más precisamente, de metanfetaminas. Actúa en diferentes receptores del cerebro. Puede producir excitación, desinhibición y, en menor medida, alucinaciones. También taquicardia, hipertensión, hipertermia, agitación, dilatación de pupilas, sudoración, lesiones en los riñones o fallo renal agudo, agregó la experta.
Gómez agregó que la sustancia actúa sobre distintos centros cerebrales, uno de ellos es el sistema simpático, que produce catecolaminas. “Son los efectos que genera nuestro cerebro y que nos provoca un susto extremo o la necesidad de huir. Respiras más fuere, aumenta la aceleración del corazón”.
“Las catecolaminas son estimulantes del corazón. Tu corazón se va a una frecuencia altísima. La presión también. Pueden generar un paro o un accidente cerebro-vascular”, agregó el toxicólogo.
A diferencia de otras sustancias, el éxtasis no genera abstinencia.
Prevención
Para los especialistas, la prevención debe pasar por mejorar la información. “Creo que consumo habrá siempre. Hay que actuar desde la adolescencia para prevenir la desinformación”, finalizó Goldaracena.
