Por unanimidad, los jurados populares y el tribunal decidieron condenar a 11 años de prisión a Mauricio Jaime, expareja de Milagros Lucente (19), la joven que quedó con secuelas irreversibles luego de recibir una feroz golpiza en su casa de La Cumbre, en marzo de 2021.
Se trató de un juicio abreviado que se concretó en los Tribunales de Cruz del Eje y que se cerró este miércoles con la condena al acusado, que llegó a juicio imputado del delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género, en grado de tentativa.
Mariela Mirasola, mamá de Milagros, le dijo a La Voz que tanto su hija como la familia quedaron conformes con la sentencia y con la manera en que se concretó el juicio ya que no hubieran podido soportar un proceso normal con largas jornadas de audiencia.
“Estamos conformes con la sentencia. Costó mucho tomar la decisión pero no estábamos preparados emocionalmente para atravesar un juicio con tantas audiencias porque los testigos eran muchos y las pruebas también”, dijo Mariela. Y agregó: “Milagros tampoco estaba preparada aunque no iba a participar del juicio porque no se lo habían permitido las psiquiatras”.
El hecho ocurrió el 7 de marzo de 2021. Milagros fue trasladada en gravísimo estado al hospital San Roque de Córdoba.
El diagnóstico con el que llegó al hospital fue de traumatismo de cráneo grave, fractura de tabique, traumatismo de tórax y de maxilar.
La vida de Milagros estuvo en riesgo durante largos días y largas noches en que su familia esperó con ansiedad y esperanzas su evolución en los pasillos del viejo hospital de Punilla.
Tras 21 días en estado de coma farmacológico, Milagros despertó. Recién fue dada de alta a los 52 días y tuvo que empezar a aprender todo de nuevo.
Aceptación y futuro
“Decidimos aceptar el juicio abreviado para el que ya sabíamos que iba a haber una condena de 11 de años, que está en la escala de penas que tiene la carátula de caso. Uno siempre quiere lo máximo, pero pusimos todo en manos de los abogados y de la Justicia. Tengo plena confianza en nuestros abogados que trabajaron de manera impecable”, apuntó Mariela.
“Cuando salió de la internación, Milagros no caminaba, no leía, no escribía. Tuvimos que empezar de cero a enseñarle todo: a leer, a escribir, a comer. Fue empezar de cero con pañales durante seis meses. Fue algo terrible y a la vez los médicos estaban sorprendidos por su progreso”, remarcó la mujer.
El hoy de Milagros sigue marcado por aquel hecho terrible pero ahora tiene la sensación de estar libre y no tener miedo de que su expareja se escape de la cárcel para matarla.
“Ella camina, está más independiente. No sale sola a la calle porque pierde el equilibro. Los daños irreversibles hacen que su cerebro se haya envejecido por los golpes. A las órdenes las manda más lentas al cuerpo y por eso hay que tener precauciones”, remarcó.
La abogada de la querella, Antonella Pelanda, afirmó que el juicio abreviado le permitió a la familia no pasar por largas jornadas de audiencias con un alto contenido emocional.
“La familia nos planteó que quería terminar con esto. Si bien Milagros no recuerda nada de lo que pasó, sabe lo que le contaron y desde que se enteró que había fecha de juicio se puso muy nerviosa”, puntualizó la letrada.
Y aseguró que el jurado emitió su voto unánime y el acusado reconoció el hecho y pidió perdón a Milagros y a su familia.
La carta de Milagros
Este miércoles, horas después de que los jurados populares dieran su veredicto condenatorio contra Mauricio Jaime, Milagros escribió un largo texto en su perfil de Facebook.
La carta dice:
¿Y si se escapa? ¿Y si me lo vuelvo a cruzar? ¿Y si quiere terminar lo que empezó? ¿Y si yo lo hubiese dejado antes? ¿Podria haber evitado que me pase ésto?
Basta de preguntas para mí. Ya está, se terminó.
Ahora puedo salir y caminar tranquila, aunque tenga que ir acompañada. Sin miedo a que se haya escapado para buscarme y terminar de hacer lo que empezó y no logró terminar.
Ahora puedo dormir tranquila, sin soñar lo que hubiese pasado si no estuviese preso o soñar que se escapa de la cárcel a seguirme pegando.
Ahora puedo vivir tranquila, sin miedo a que Mauricio Jaime salga en cualquier momento y me mate.
Porque, a pesar de que no recuerde nada, el miedo se siente pero ya no, ya se terminó y no va a salir, ni voy a volver a tener miedo, me siento tranquila. Porque por un largo tiempo no van a liberar a mi mayor miedo.
Gracias a todos los que me apoyaron y lo siguen haciendo, sabiendo que ésta va a llevar más tiempo, en éste enorme recorrido de rehabilitación. Gracias amigos y familia por el apoyo y contención día a día, a pesar de mis crisis siguieron, y siguen, al lado mío.
Gracias a mis abogados, por defender mi causa y mis derechos a más no poder, por ayudarme a ganar la libertad mía. Gracias a mis terapistas. A mí psiquiatra y psicólogas por mantenerme emocionalmente estable a pesar de las crisis que han presenciado, a mi fonoaudióloga por enseñarme a leer y escribir que era lo que yo más amaba, a mi kinesiólogo por enseñarme a caminar y a esforzarme para lograr mis objetivos. Gracias a todas las chicas del polo de la mujer, que me acompañan desde el primer día y me ayudaron un montón.
Gracias a todos. SE TERMINÓ, no mi recuperación pero si una parte de ésta etapa que a partir de hoy está completamente cerrada.
Ahora soy libre y sin miedo.
Y a vos Mauricio, no te perdono ni lo voy a hacer nunca, no tenés perdón, que la culpa se grabe en tu memoria para siempre. Espero que la condena social no te deje vivir en paz.
