Los futuros hospitales regionales de Oliva y de Bell Ville le bajarán la persiana, en forma definitiva, a dos históricos manicomios de Córdoba: la colonia Emilio Vidal Abal y el complejo asistencial para pacientes psiquiátricos ex Colonia Alborada, que todavía funciona dentro del hospital Domingo Ceballos.
En los dos casos, son anuncios que apuntan a resolver una larga deuda del Estado en la aplicación plena de las leyes de salud mental que impusieron el criterio de desmanicomialización y el respeto de los derechos humanos de los pacientes.

“Se trata de plan de desmanicomialización que propone un modelo de atención comunitaria y de salud mental integral. Alcanza, además, las futuras adecuaciones en el Neuropsiquiátrico de la ciudad capital”, explicaron desde la Provincia.
El antecedente más cercano es el cierre del Centro Psico Asistencial (CPA), que dependía del Servicio Penitenciario y fue reemplazado por un hospital modular dentro del Complejo Carcelario de Bouwer, que es gestionado por Salud, con un enfoque sanitario integral. Pero ya se hizo, con éxito, la clausura de la colonia Santa María, en Punilla, años atrás.

El gobernador Martín Llaryora anunció en Oliva la firma del convenio para la construcción de un hospital polivalente, que se levantará en una parte del predio que ocupa hoy la colonia Vidal Abal –de 600 hectáreas– y que asistirá a los actuales pacientes del hospital zonal y a los que requieran tratamientos de salud mental, en el marco de “un nuevo paradigma más moderno, inclusivo y humano”, declaró el jefe de Estado provincial.
A su vez, ya está en marcha la construcción del hospital regional de Bell Ville, que tendrá un espacio con 120 camas para pacientes con patologías crónicas e invalidantes, entre ellas, discapacidades combinadas con cuadros de salud mental, que definen el grueso de los internados en la ex Colonia Alborada. El último dato publicado por la Provincia es que la construcción registra un grado de avance del 32%.
De este modo, en paralelo, se avanzará en el cierre de dos espacios con una larga historia en el tratamiento de patologías mentales, pioneros en su momento, pero atravesados por múltiples denuncias por tratos inhumanos durante años, en particular en la denominada “Villa 40″, en Oliva, y en el pabellón Alborada, descripto como “postal del abandono”, en una recordada denuncia en 2013 de la entonces legisladora opositora –hoy ministra de Desarrollo Humano– Liliana Montero en Bell Ville.
Para el ministro de Salud provincial, Ricardo Pieckenstainer, el cambio paradigmático es que “se pasará a una atención de pacientes agudos de salud mental de centros monovalentes a hospitales polivalentes, con equipos interdisciplinarios y con otra lógica de funcionamiento institucional”.
Esto se completará con un fortalecimiento de la red de dispositivos intermedios o de medio camino que prevén las leyes de salud mental, tanto nacional como provincial. “Es readecuar los dispositivos de cuidado, combinando casas de medio camino, casas asistidas, unidades de cuidados más complejas y de asistencia 24 horas y geriátricos, entre otras instituciones”, ejemplificó María Pía Guidetti, secretaria de Salud Mental de la Provincia.
Como parte de los trabajos para pasar de página en instituciones de salud mental, también se proyecta una transformación en el hospital Neuropsiquiátrico de la ciudad de Córdoba, que se pretende transformar en un centro especializado en la atención de agudos de salud mental exclusivo para mujeres, con shock room y guardia médica integral, para poder resolver en el lugar, sin derivaciones, las urgencias. La intención es que no haya más de 20 pacientes en forma simultánea alojados temporariamente en el “Neuro”, que hoy aloja una media de 50 a 60 personas por día, con una alta rotación.
El cambio no se resolverá de un día para el otro. Al hospital de Bell Ville le falta aún un buen trecho de construcción y la licitación del hospital nuevo de Oliva recién podría efectivizarse a fin de año, con una ejecución prevista originalmente para ser cubierta en 450 días.
“Necesitamos los hospitales para terminar de llevar a cabo la transformación, pero en el medio se está avanzando en la creación y en la consolidación de los dispositivos intermedios”, puntualizó Pieckenstainer.

Un proceso por etapas
En 2016 el hospital Emilio Vidal Abal dejó de recibir nuevos pacientes crónicos. Tiene internados actualmente 11 personas jóvenes y un poco más de 100 adultos mayores, con un modelo que combina el tratamiento de patologías de salud mental y la geriatría.
Su cierre como hospital monovalente sigue el proceso que tuvo la colonia Santa María de Punilla, que dejó de funcionar como institución de salud mental en 2021, luego de un largo proceso que se inició en 2008.
La intención de la Provincia es derivar a instituciones de medio camino a todos los pacientes que estén en condiciones de hacer ese paso, dejando solo en el Vidal Abal a quienes, apenas esté disponible el nuevo hospital, puedan pasar a las camas de internación en ese edificio.

Lo mismo se está haciendo en Bell Ville, donde a su vez se está llevando a cabo una reclasificación de los internos para determinar si son casos de discapacidades severas o reales pacientes de salud mental, para determinar el mejor lugar para su atención.
En el hospital Neuropsiquiátrico de la ciudad de Córdoba, Guidetti asegura que “no vive nadie”. Las estancias promedio de los pacientes son de 15 a 20 días. “Son unos 54 pacientes en forma permanente, con un ‘giro cama’ constante”, graficó. En la jerga médica, “giro cama” es la rotación en la ocupación de una plaza en una institución.
Para avanzar en el desgranamiento de las poblaciones ubicadas en hospitales monovalentes, la Provincia está invirtiendo en el fortalecimiento de su red de dispositivos intermedios, pero también paga internaciones en instituciones privadas que han adaptado ya todos sus procesos a los requerimientos de las leyes de salud mental.
Es relevante la parte que resuelven los privados. El prestador más grande del subsector es el sanatorio Morra, que en lo que va del año tuvo 2.345 internaciones, contando todas las que se hayan producido por al menos un día de duración. La clínica Mehlar, otro prestador de importancia, tuvo 424 ingresos en 2024 y lleva más de 300 este año.

Cómo se piensa el nuevo hospital de Oliva
- El hospital estará emplazado en un predio de 22.800 metros cuadrados, con 8.100 m2 cubiertos y 14.700 m2 de superficie exterior intervenida. El ingreso al edificio estará sobre la ruta 9 vieja.
- Tiene un plazo de ejecución de 450 días.
- La inversión es de U$S 31,2 millones.
- De ese monto, 20,2 millones estarán destinados a la infraestructura edilicia y 11 millones al equipamiento biomédico.
- El diseño contempla sectores de internación general, salud mental y cuidados críticos, con una capacidad total de 69 camas distribuidas en tres áreas específicas y una unidad crítica con ocho habitaciones de aislamiento.
- La atención ambulatoria se organizará en torno a 10 consultorios de especialidades, consultorios odontológico y ginecológico, vacunatorio y áreas de guardia para emergencias pediátricas y de adultos. Estos espacios contarán con salas de observación, consultorios, shock-room, triage y áreas de espera.
“Cumplir los requerimientos de los pacientes de salud mental”
“Llevamos más de un año trabajando con el intendente (de Oliva, Octavio Ibarra) para amalgamar las necesidades de la ciudad, la región y los pacientes. Este hospital no solo atenderá consultas generales, sino que también sentará las bases de una nueva salud pública que involucre a los pacientes de salud mental del histórico hospital Vidal Abal y a todos los habitantes de Oliva”, dijo el ministro de Salud, Ricardo Pieckenstainer.
“Hemos hecho un esfuerzo por darle a la ciudad un edificio que respete la historia, la importancia y la jerarquía que tuvo el hospital Vidal Abal en su momento. Buscamos honrar esa institución histórica, pero al mismo tiempo ofrecer un edificio que cumpla las necesidades que la salud pública actual requiere para todos los pacientes, especialmente para aquellos con enfermedades de salud mental”, remarcó.
María Pía Guidetti, secretaria de Salud Mental, hizo hincapié en que “este es un paso paradigmático en las políticas sanitarias de salud mental de la provincia de Córdoba. Es acorde con la Ley provincial 9848 y la Ley Nacional de Salud Mental, que implica la descentralización, la desjudicialización, la desmanicomialización y la intersectorialidad”.