Culpa y estrés son las dos sensaciones más frecuentes con las que llegan los familiares de un adulto mayor a averiguar una residencia de larga duración para su estadía.
Nora Kurth, magíster en gerontología y miembro de la comisión directiva de la Cámara de Geriátricos de la Provincia de Córdoba, explica que las primeras preguntas de los familiares son acerca del precio del lugar, si cuenta con médicos en las residencias y si tiene actividades recreativas o de estimulación cognitiva. “Este último ítem es importante y no todos lo tienen en cuenta porque no es bueno que una persona esté todo el día sentada frente a un televisor. Se pueden hacer muchas actividades de recreación”, indica.
Kurth asegura que la oferta se ha diversificado después de la pandemia, pero en general indica que hay tres tipos de opciones para los familiares de adultos mayores que requieran asistencia: incorporar personal en la propia casa, una residencia de día o una residencia de larga estadía (geriátrico).
“El 90% los familiares que llegan a la residencia ya probaron el sistema de cuidados con personal dentro de la casa, pero económicamente es muy caro y lo que dicen ellos es que más que lo económico les afecta el estrés que implica la coordinación de ese funcionamiento para la familia”, explica la profesional. Generalmente, las familias comienzan contratando a una persona, luego a dos y luego a una tercera para que estén cubiertos todos los horarios del día. A eso hay que sumarle una cuarta persona que las reemplace cuando las otras tengan franco.
Luego agrega: “Vienen con mucha culpa porque aún está el estigma de que el geriátrico es un castigo, y no es así. El abandono no se da por el ingreso a una residencia, sino por al participación de ese familiar en la vida del adulto mayor, sea en residencia o en su casa”. “A veces llegan residentes que estaban a cargo de personas de 60 o 70 años que también son adultas mayores y que tienen sus limitaciones para el cuidado y también hay que cuidarlas a ellas”, agregó.
Kurth hizo hincapié en la necesidad de escuchar al adulto mayor en sus necesidades, según lo establece la Convención Interamericana de Derechos de las Personas Mayores, a la que Argentina suscribe, y que se priorice su bienestar en todo momento.
Costos
El costo promedio, según un estudio de la Unión Gerontológica realizado en Buenos Aires, pero que según Kurth también aplica a Córdoba, va de los 100 mil a los 300 mil pesos por mes. “Hay algunas residencias que pueden llegar a cobrar 60 o 70 mil, pero yo desconfiaría, hay que ver qué tipo de calidad de servicio brindan”, alertó.
En general las familias, para cubrir esos costos, lo hacen a través de los aportes de los hijos o venden la casa del adulto mayor o la alquilan. Hay muy pocas obras sociales que cubran parte de los costos de las residencias. Apross, por ejemplo, sólo cubre un monto de 1.080 pesos por mes.
“El 80% de las personas en residencias necesitan el apoyo económico de sus familiares. Tenemos una Convención que nos habla de que los adultos mayores lleguen con calidad de vida a la vejez, pero con una jubilación mínima de 25 mil pesos es muy difícil que esto ocurra sin el aporte externo”, remarca.
En cuanto a los tipos de asistencia, indicó que la mayoría de las residencias de Córdoba están habilitadas para atender a tres categorías: autoválido, semidependiente y dependiente. La profesional también advirtió que hay muchas residencias que no están habilitadas y que se cree que aumentaron durante la pandemia.
“Es importante que el familiar pueda verificar la habilitación y además, que las residencias cuenten con personal médico, de enfermería y nutricionistas y asistentes geriátricos, es decir, personal capacitado”, dice Kurth, a la vez que diferencia entre las residencias y una clínica: “Ante casos de alta complejidad, tenemos que derivar. En las residencias no tenemos guardias médicas 24 horas porque no es nuestra función. Si hay una urgencia, se llama al servicio de emergencias y se traslada a la persona a una clínica con personal capacitado y aparatología”.
Visitas
En cuanto a las visitas, Córdoba cuenta con el protocolo del COE, que aún sugiere visitas en horarios y días concretos. “Esperemos que pronto se pueda volver a las visitas sin horarios ni días, para que la relación con los familiares vuelva a ser la de antes: que sienten que pueden venir cuando quieran a ver a su padre, madre o ser querido”.
