Cuando un semáforo deja de funcionar, el tránsito no se detiene. Lo que sí puede detenerse es la seguridad si los conductores no saben cómo actuar.
En estos casos, no hay que improvisar: existen reglas claras y jerarquías de señales que determinan quién tiene la prioridad y cómo comportarse en la vía pública.
Un profesor de manejo y creador de contenido explicó las tres normas fundamentales que se deben aplicar al llegar a una intersección sin semáforo. Y lo cierto es que muchas personas no las recuerdan.
Cómo se organiza el tránsito si no hay semáforos
Cuando una intersección no tiene semáforo activo, se aplica una jerarquía de señales para saber cómo proceder. En este orden:
- Agentes de tránsito: Si hay un inspector o policía de tránsito presente, sus indicaciones tienen prioridad total, por encima de cualquier señal.
- Señales circunstanciales o transitorias: Conos, barreras, cintas o luces intermitentes que indiquen desvíos, obras o emergencias.
- Señales verticales: Carteles como “Pare”, “Ceda el paso” o “Prohibido girar” deben respetarse incluso si el semáforo no funciona.
- Marcas viales: Las líneas y señales pintadas en el asfalto también regulan el paso y deben tenerse en cuenta.
Las tres reglas básicas para cruzar una esquina sin semáforo
El instructor @aprobadoalaprimera, especializado en seguridad vial, compartió las tres normas fundamentales que todo conductor debe seguir si llega a un cruce sin semáforo:
- Ceder el paso a la derecha. Cuando no hay ninguna señal que indique lo contrario, tiene prioridad quien se aproxima por la derecha. Esta regla, aunque simple, muchas veces se olvida y puede evitar colisiones.
- Prestar atención a las señales verticales. Aunque el semáforo esté apagado, las señales fijas como “Pare” o “Ceda el paso” siguen vigentes y deben respetarse. No asumir que hay vía libre sólo porque la luz no funciona.
- Dar prioridad a los peatones. Siempre. En especial si hay una senda peatonal, los conductores deben frenar y dejar pasar a quien cruce a pie. Es una obligación legal y una cuestión de respeto.
En estas situaciones, la clave es manejar con precaución, respetar la normativa vial y prestar atención al entorno. La prioridad no siempre está marcada por una luz: muchas veces, depende del sentido común y del conocimiento de las reglas básicas de tránsito.