La tarea de ser padre o madre en la actualidad es un camino lleno de incertidumbre. Atrás quedaron las generaciones con pautas claras y un sólido sostén familiar. Hoy se está muy solo para criar, enfrentando una avalancha de alternativas y cuestionando las normas tradicionales, lo que dificulta discernir qué es realmente efectivo para los hijos.
En este complejo panorama, la llegada de la adolescencia presenta desafíos únicos, especialmente con la omnipresencia de las redes sociales y las crecientes conversaciones sobre salud mental adolescente.
Maritchu Seitún, psicóloga especializada en crianza, ofrece una luz en el camino. En diálogo con La Voz, compartió perspectivas clave sobre cómo acompañar a los hijos en esta etapa crucial, enfatizando la empatía, los límites y la importancia de no tomarse todo de forma personal.
¿Existe una guía infalible para criar?
Según Seitún, si bien no hay un manual mágico que resuelva todo de inmediato, podemos facilitar la tarea eligiendo conscientemente una guía que sea compatible con nuestro estilo y siguiéndola con determinación.
Sin embargo, subraya que cada hijo es único. “Es una persona distinta y va a responder de manera diferente, incluso puede requerir un ampliación de esa guía”, agrega, ya que responderán de manera diferente.
La clave está en evitar “atajos” que ofrecen soluciones rápidas para el presente, pero que complican el futuro.
Adolescencia: ¿la peor etapa?
Se la describe como una etapa “desafiante”, pero Maritchu aclara que la adolescencia no es necesariamente la “peor” ni la más “crítica” de las etapas para criar.
Para acompañarlos, insiste, es fundamental comprender la doble faz del desafío y la omnipotencia junto al miedo a crecer y a lo nuevo.
“Un pilar crucial es no tomarnos personalmente sus desplantes y sus críticas. A veces, esta etapa se vuelve más difícil para los padres porque coincide con su propia mitad de la vida y las evaluaciones personales que ello implica, lo que puede hacerlos trastabillar”, detalla la experta.
Los desplantes, o el hecho de que contesten mal, son a menudo parte del proceso de individuación adolescente; necesitan poner distancia para poder saber quiénes son y lo que quieren.
Redes sociales y autoestima: un terreno nuevo
Desde hace años, Maritchu Seitún acompaña a madres, padres y educadores en el complejo arte de criar con empatía. Su mirada, cada vez más vigente en un mundo atravesado por las redes sociales, la sobreexigencia y la desconexión emocional, vuelve a tomar forma en su más reciente publicación, Criar con empatía en la adolescencia, donde propone claves concretas para acompañar la adolescencia sin caer ni en el autoritarismo ni en la permisividad.
Precisamente, el advenimiento de las redes sociales cambió las reglas del juego. Acompañar a los adolescentes de hoy no es lo mismo que antes. Para ayudarlos a construir una “autoestima sólida que no dependa de la aprobación online”, Seitún recomienda empezar a trabajar en la autoestima (la propia y la de ellos) antes de la adolescencia.
“Es vital hablar sobre redes y likes antes de que empiecen a usarlos, ofreciéndoles otra perspectiva", subraya la especialista. Durante los primeros dos o tres años de uso, el acompañamiento cercano es crucial para que no se dejen seducir por “piedritas de colores” y reconozcan lo “válido y valioso”.
“Deben desarrollar un pensamiento crítico para reconocer lo que es realmente válido y valioso, que sepan evaluar sus fuentes de información. Y para eso tenemos que seguirlos de cerca. Hasta tiene que equivocarse y aprender de sus errores”, aconseja la psicóloga.
Cómo manejar el estrés y la frustración cotidiana
Ante la creciente conversación sobre salud mental adolescente, ¿cómo se apoya a los hijos? Seitún aconseja:
- Permanecer cerca.
- Comprender sus padecimientos sin dejarse arrastrar por ellos.
- Aplicar “mucha empatía y también límites”.
- No tener miedo a nuestros hijos.
- Ofrecerles “tiempo de calidad”.
- Interesarse por lo que les interesa.
- Invitarlos a compartir cosas que les gustan a ellos.
- Contarles algo de nuestros propios “dolores adolescentes”.
- No ofenderse ante sus “no”.
- Insistir sin rendirnos para que sepan que realmente deseamos pasar tiempo con ellos.
Idealmente, la base de empatía y ternura junto con firmeza y límites que los fortalezcan debe establecerse desde más chicos, antes de que lleguen a la adolescencia, aclara la experta en crianza.
Cuidar sin sobreproteger, acompañar sin asfixiar
El miedo a que los hijos sufran o se equivoquen puede llevar a los padres a la sobreprotección, cuyo mensaje implícito es demoledor: “vos no podés”.
“Podemos acompañar sin asfixiar cuando perdemos el miedo, cuando confiamos en todo lo que vinimos haciendo en los años anteriores y vamos a seguir haciendo, cuando toleramos que se equivoquen y aprendan de sus errores, cuando los miramos de verdad y vemos que nos están pidiendo un respiro y podemos ofrecérselo, cuando logramos acompañarlos en vigilia atenta y no en vigilancia temerosa y desconfiada”, reflexiona.
En definitiva, criar adolescentes hoy es un acto de consciencia, presencia y adaptación. Reconocer los nuevos desafíos, como las redes sociales, y equiparse con herramientas, como la empatía, los límites firmes y la capacidad de no tomarse personalmente las reacciones adolescentes, son pasos esenciales para construir un vínculo sólido y acompañarlos en su camino hacia la adultez.
