Este lunes comenzó el juicio por el femicidio de Valeria Oviedo, una joven de 21 años oriunda de la localidad de Despeñaderos, asesinada en enero de 2023. El acusado, Luis Alberto Ludueña (36), está imputado de homicidio calificado por mediar violencia de género por el brutal asesinato. El contexto de vulnerabilidad de la joven fue un elemento que salió a la luz en la investigación.
El juicio comenzó en horas de la mañana en la sala de la Cámara Séptima del crimen de la ciudad de Córdoba con jurados populares. El fiscal Sergio Ruiz Moreno sostuvo la carátula de la fiscal de instrucción de Las Varillas, María Cecilia Dupraz.
Ludueña era un camionero allegado a la familia de la joven. En otras oportunidades, prestaba dinero a la madre de Valeria a cambio de favores sexuales. En este caso habría habido un acuerdo previo con la joven, aunque no se sabe en detalle. Lo cierto es que ese día el hombre quedó en entregarle el dinero, discutieron arriba del camión y la mata de un golpe en la cabeza con un fierro. El hombre declaró en la primera audiencia y confesó el hecho.
En diálogo con La Voz, Ruiz Moreno dijo que no hay dudas sobre la materialidad del hecho y el acusado. El juicio se centrará en discutir si hubo violencia de género en el asesinato. Esto se intenta poner en duda desde la defensa, mientras que para el fiscal hay indicadores contundentes de que se trató de un femicidio.
“Aunque la autopsia no arrojó indicios de violencia sexual, hay otros elementos importantes: el cuerpo de la joven apareció sin su ropa interior. Además, el hombre aprovechó el estado de necesidad y vulnerabilidad de la mujer. Había un desequilibrio de poder y siempre el pago a una mujer por algo sexual implica una cosificación”, explicó el fiscal.
De la investigación que se hizo en la instrucción, se dedujo que Valeria vivía en un contexto de vulnerabilidad en la que familiares de su casa debían prostituirse para poder solventarse económicamente. La joven no quería esa vida para ella: trabajaba en una hamburguesería en Córdoba y vivía junto a una amiga, aunque no le alcanzaba para pagar el alquiler.
La hipótesis del contexto del crimen, y por lo que se deduce del análisis de los chats entre Ludueña, Valeria y la madre de Valeria, es que el hombre quedó en entregar un dinero para que pagara el alquiler a cambio de algo. Él solía pagarle a su madre por encuentros sexuales, pero no con Valeria. Aparentemente en esta oportunidad el intercambio prometido con la joven habría por una foto de ella, aunque eso no está confirmado.
Lo cierto es que en la tarde del 17 de enero, Valeria salió de la casa de su madre en Despeñaderos para encontrarse con Ludueña. Fue hasta un camino conocido como “calle Onda” y se subió al camión del hombre. Allí se habría producido la discusión y Ludueña la golpeó fuertemente con un fierro en la cabeza que le provocó la muerte instantánea.
El hombre comenzó a circular por Despeñaderos y luego se dirigió a la vecina localidad de Monte Ralo, al domicilio de su madre. Más tarde, viajó a Sacanta, donde arrojó el cuerpo de la joven. Ludueña tenía una denuncia por violencia de género de una exnovia, oriunda de Sacanta. Un antecedente que no jugará a su favor a la hora de definir la condena.
Este jueves se hará la audiencia donde se darán a conocer los alegatos del fiscal, de las dos querellas (una de la madre y otra del padre) y de la defensa del acusado. El objetivo de la defensa es lograr una condena por homicidio simple, que tiene una pena máxima de 25 años y no la de femicidio que tiene una única pena de prisión perpetua (35 años).
En cuanto al contexto familiar, el fiscal entendió que no encontró ningún elemento para sospechar sobre posibles “entregas” o alguna situación de explotación de la joven.
El femicidio de Valeria causó gran conmoción en Despeñaderos. En las primeras horas se buscó intensamente el paradero de la joven, de la que nada se sabía. Con la noticia del peor final, se realizaron marchas pidiendo justicia por su muerte y por los casos de violencia de género.
