El colesterol es un tipo de grasa que se encuentra en los alimentos de origen animal. En el cuerpo humano, esa grasa es clave para la producción de hormonas y otros procesos naturales.
Según la Organización Mundial de la salud (OMS), la mayoría de quienes padecen hipercolesterolemia (exceso de colesterol en la sangre) no reciben un tratamiento adecuado, lo que podría reducir el riesgo de padecer un infarto de miocardio o ataques apopléticos.
El problema está cuando las cifras de colesterol son muy elevadas, ya que junto con la hipertensión, la obesidad y la diabetes, es uno de los factores más importantes de riesgo cardiovascular. En Argentina, casi tres de cada 10 adultos tienen colesterol alto.
Algunos síntomas de la presencia de colesterol alto en el cuerpo son muy comunes y fácil de reconocer. Detectarlos a tiempo es una buena medida para mantener a raya los niveles de colesterol.
Colesterol alto: los 10 síntomas más comunes
- Inflamación y adormecimiento en las extremidades. Se produce porque los lípidos acumulados impiden una circulación óptima, por lo que disminuye el paso del oxígeno y los nutrientes hacia los músculos.
- Mal aliento. El colesterol es segregado en el hígado y su acumulación excesiva dificulta la digestión, lo cual se manifiesta con sequedad y olores desagradables en la boca.
- Indigestión. El exceso de lípidos en la sangre y el hígado afecta el metabolismo e impide el desarrollo del proceso digestivo de forma normal, sobre todo, al ingerir alimentos con altos contenidos de grasa. Eso genera indigestión y pesadez estomacal.
- Mareos y dolores de cabeza. A medida que el colesterol se deposita en las arterias, la circulación se ve cada vez más afectada y, por ende, la oxigenación celular se ve interrumpida. Esto se manifiesta mediante continuos mareos, pérdida del equilibrio y fuertes cefaleas tensionales.
- Problemas visuales. Es común que los pacientes con niveles de colesterol LDL alto presenten un abultamiento amarillo en los ojos, irritación y visión borrosa.
- Estreñimiento. La acumulación de lípidos en las arterias afecta el proceso digestivo.
- Dolor en el pecho. Aunque son muchas las enfermedades asociadas a su aparición, la mayoría de los casos tienen que ver con los efectos del colesterol LDL alto.
- Disfunción eréctil, debilidad y fatiga. La acumulación de estos lípidos en los vasos sanguíneos empeora el paso de la sangre, también la que se dirige hacia los órganos sexuales. La sensación de debilidad, la fatiga y el deseo de dormir suelen ser consecuencias de niveles de colesterol altos.
- Afecciones cutáneas. A menudo, se manifiestan a través de manchas rojizas, inflamación y una incómoda sensación de picor que suele ser difícil de controlar.
- Piedras en la vesícula biliar. El colesterol juega un papel importante en la secreción de bilis, una sustancia que ayuda a digerir las grasas y descomponer los alimentos. Pero cuando este se encuentra demasiado concentrado se puede convertir en cristales y piedras duras que se quedan en la vesícula biliar.
