El Ministerio de Salud de Córdoba actualizó datos sobre la campaña de vacunación antigripal. Detalló que hasta la semana epidemiológica 26 (del 22 al 28 de junio), se habían aplicado 427.494 dosis en esta provincia. Las coberturas en los grupos de riesgo están lejos de alcanzar los niveles óptimos en Córdoba, como en el resto del país.
El 58,4% de niños y niñas de 6 a 23 meses recibió una dosis y el 41,7%, las dos dosis necesarias para completar el esquema.
En el resto de las poblaciones de riesgo, los valores informados fueron: 55,6% en personas gestantes, 66,4% en equipos de salud, 34,3% en personal esencial y 42,4% entre adultos mayores.
El Ministerio detalló que tampoco se alcanzaron las coberturas esperadas en las vacunas que protegen contra el neumococo y la tos convulsa, aunque esos valores son mayores en comparación con el 2024.
En plena circulación de infecciones respiratorias y un progresivo avance del Virus Sincicial Respiratorio (VSR), también se encuentra por debajo de la meta esperada la vacunación contra este virus, que protege de casos graves de bronquiolitis en menores de 6 años.
Las embarazadas que se encuentran cursando entre la semana 32 y la 36 de gestación deben inmunizarse para proteger a sus bebés de las complicaciones que provoca el virus sincicial. Al 6 de junio, el Ministerio de Salud informó que el 70% de las embarazadas se había protegido con esa vacuna.

Para que una estrategia de inmunización sea efectiva, se debe alcanzar entre el 90% y el 95% de la población.
En febrero de este año, el Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta a partir de un brote de sarampión registrado en Buenos Aires. Advirtió que el descenso en las coberturas de vacunación se dio en todas las provincias.
Sin población protegida, hay riesgo de reintroducción del virus y Argentina puede perder la condición de país libre de sarampión.
¿Por qué están bajando las coberturas?
1) Percepción de riesgo
En la jerga existe una frase que dice: “Las vacunas son víctimas de su propio éxito”. Quiere decir que a través de los años, las inmunizaciones lograron erradicar enfermedades que antes causaban la muerte o dejaban a las personas con secuelas incapacitantes, como la poliomelitis. También disminuyeron los trasplantes en menores de 5 años por hepatitis A. Y lograron erradicar enfermedades frecuentes como el sarampión.
Ana Ceballos, miembro del comité de infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, describe como “rojas” las zonas del país donde las coberturas no superan el 50%, como el Conurbano bonaerense. “Si aparece un caso importado de sarampión, se puede desencadenar un brote. Esta es una enfermedad pediátrica, muy contagiosa, pero si los adultos no se contagiaron antes o no se vacunaron, pueden desarrollar un cuadro severo”.
En la misma línea, Eugenia Tirao, pediatra infectóloga y coordinadora del comité de Epidemiología y Control de Infecciones del hospital Infantil de la ciudad de Córdoba, destacó: “La gente no le tiene miedo al sarampión porque no la conoce. Yo llevo 22 años de carrera como pediatra en el hospital y nunca vi un caso. Al no conocer la enfermedad y no ver morir pacientes, la comunidad quizás pierda la percepción de riesgo. Lo mismo pasa con la gripe. Culturalmente pensamos que es una enfermedad pasajera pero en realidad tiene su comportamiento y su mortalidad”.
María Eugenia Vittori, directora de Epidemiología de Córdoba, explicó: “Las caídas en los niveles de vacunación se registran cada vez más. Creo que forma parte de un fenómeno mundial que se agudiza, con sus particularidades en el país. Las personas no concurren a los centros de vacunación y sigue baja la percepción de riesgo de muchas enfermedades que lograron ser controladas con las vacunas”.

2) Desinformación
Tirao sostiene que el problema es global, aunque tiene sus particularidades de los países en vías de desarrollo. A nivel mundial se generó un cambio de posición de la población frente a las vacunas después de la pandemia. “La gente está descreída de todo lo que pasó con la vacunación contra el Covid y se generó un abanico. Unos son fanáticos de las vacunas y otros están en el polo opuesto. En el medio, hay un gran porcentaje que duda y ahí es cuando los agentes de salud tenemos que aprovechar para explicar con datos científicos los porqués de los beneficios de vacunarse”, agregó.
La especialista recomendó a los profesionales de la salud que se tomen su tiempo para aclarar conceptos a los pacientes respecto a las vacunas. “En consultorio, una mamá me dijo que nadie le había comentado que su hijo necesitaba la segunda dosis de la antigripal”, contó.
Si los agentes de salud tienen la capacidad de explicar datos con bibliografía científica, las personas pueden tomar decisiones en base a la evidencia.

En la misma línea, Florencia Cahn, directora de la división Vacunas de la Fundación Huésped, sostuvo que uno de los factores que más incide en la decisión de las personas es la recomendación médica. “Ahí lo importante es explicarle a las personas por qué recomendamos la vacunación, escuchar sus dudas y mejorar la confianza”, señaló.
A su vez, un exdirectivo de un hospital de Córdoba remarcó: “Se habla de vacunas anteponiendo primero lo que se gasta, pero no se hace hincapié sobre las ventajas de su aplicación. Trasladan a la población la responsabilidad de no vacunarse, cuando habría que preguntarse porqué y cómo hacer para que lo hagan. Hay que ser creativos”.
3) Falta de acceso
Las desigualdades en el acceso a las vacunas es otro factor influyente.
“Tiene que ver con las dificultades logísticas de las personas para acceder a las vacunas. Por ejemplo, muchos centros de salud están abiertos en el mismo horario en que se trabaja. También pasa que alguna vacuna puede llegar a faltar. Todas son oportunidades perdidas”, apuntó Cahn.
Las especialistas coinciden en que hay que “volver al terreno”. Los equipos de salud deben salir a la comunidad y acercar las vacunas: a escuelas, clubes, barrios, eventos sociales.
“Yo creo que sería una gran estrategia ir casa por casa en lugares con bajas coberturas. Los países que adoptan esta medida tienen muy buenos resultados. Es una medida cara, porque hay que trasladar equipos, pero excelente en efectividad”, informó Tirao.
Ceballos sugiere volver a instalar carpas en los clubes y centros comerciales, en horarios y días no laborales.

4) Los antivacunas
Los individuos que descreen en todas las vacunas constituyen este grupo que, a criterio de las especialistas, son minoritario. Pero tras la pandemia cobraron más influencia.
5) Subregistro
No todos los agentes de salud dejan constancia en el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac) cada vez que colocan una dosis y entonces puede generarse un subregistro del total inmunizado, agregó Cahn.
“Las vacunas incluidas en el calendario nacional son un derecho. Deben estar accesibles para todas las personas”, finalizó Cahn.