Un visitante interestelar, el cometa 3I/Atlas, revivió una escalofriante advertencia formulada hace más de una década por el célebre físico británico Stephen Hawking. En medio del furor causado por la aproximación del objeto, expertos en astronomía y conocedores del espacio trajeron a colación la teoría del astrofísico, quien falleció en 2018.

El cometa 3I/Atlas y su trayectoria
El cometa 3I/Atlas, un elemento desconocido que viaja entre galaxias, captó la atención global después de haber atravesado el perihelio del Sol. Actualmente, el cometa sigue en dirección a nuestro planeta y su primera imagen fue capturada por el Telescopio espacial Hubble el 21 de julio de 2025.
Según análisis de la Nasa y la Agencia Espacial Europea (ESA), el cometa se aproximará a su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre. Las agencias espaciales aclararon que este evento no representa un peligro para la vida humana, ya que el objeto permanecerá a una distancia de 270 millones de kilómetros. Hasta el momento, el 3I/Atlas inició una etapa de desprendimiento de gas y agua debido a las temperaturas más cálidas, lo cual generó una estela de polvo a lo largo de su trayectoria.
La controversial hipótesis de Harvard
En el contexto de la llegada de este “visitante interestelar” que sigue una dirección no hiperbólica alrededor del Sol, el físico teórico de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, propuso una teoría que aviva el debate. Loeb aseguró días atrás que el cometa “en realidad podría ser una sonda enviada por seres inteligentes de otro mundo”. Una de sus justificaciones es la aparente reducción de la velocidad del cuerpo celeste a medida que se acercó al perihelio.
Loeb manifestó en sus redes sociales la necesidad de que una organización internacional tome decisiones políticas sobre objetos de este tipo. Además, enfatizó que la tecnología alienígena es una amenaza existencial que no recibe la misma atención que la inteligencia artificial, el cambio climático global o el impacto de un asteroide.
La advertencia profética de Hawking
Esta reciente especulación se vincula directamente con la predicción terrorífica que Stephen Hawking expuso hace más de diez años. En 2010, durante un episodio de la serie documental de Netflix “Into the Universe”, el astrofísico teorizó sobre una posible invasión intergaláctica.
Hawking señaló que si los extraterrestres nos visitaran alguna vez, “el resultado podría ser similar a cuando Colón llegó a América, lo cual no terminó bien para los nativos americanos”. Además, sugirió que sólo necesitamos observarnos a nosotros mismos para entender cómo la vida inteligente podría evolucionar hasta convertirse en algo que la humanidad no desearía encontrar.

El astrofísico británico advirtió que fue un error por parte de la Nasa y otras organizaciones espaciales enviar tecnología capaz de rastrear vida más allá de nuestro sistema solar. Este error fue magnificado al incluir las coordenadas de ubicación, junto con videos y fotos de la Tierra y todo lo que posee.
De acuerdo con su teoría, estas sondas podrían llamar la atención de otras civilizaciones que, si están al límite de su capacidad o disponen de pocos recursos, podrían conquistarnos, eliminarnos y quedarse con nuestro planeta. Esta idea se asocia a la “hipótesis del bosque oscuro” (proveniente de una novela de Liu Cixin), la cual postula que las comunidades alienígenas permanecen ocultas y en el anonimato por temor a ser destruidas por civilizaciones más desarrolladas.
Posición oficial: sin peligro anómalo
A pesar de estas presunciones catastróficas, la Nasa y la ESA reiteraron que no existe ninguna señal anómala asociada a un objeto de tecnología intergaláctica. Ambas agencias insisten en que el comportamiento del 3I/Atlas encaja con el de un cometa natural.
No obstante, la investigación de este objeto continuará. El cometa se perderá de vista en enero del 2026, y hasta entonces, cada medición e imagen proporcionada podría ofrecer nuevas respuestas sobre los procesos que forjan el universo más allá del alcance del estudio humano.




























