El pasado jueves, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (Nasa, por sus siglas en inglés) y la Agencia Espacial Europea (ESA) publicaron espectaculares fotografías del cometa interestelar 3I/Atlas, tomadas por el telescopio Espacial Hubble.
Las imágenes, capturadas cuando el cometa se encontraba a 446 millones de kilómetros de distancia, revelan una nube de polvo en forma de lágrima alrededor de su núcleo, así como rastros de una cola polvorienta.
Estas observaciones del Hubble son cruciales para entender la composición y el comportamiento de este enigmático “viajero cósmico”.
3I/Atlas, ¿gigante o pequeño? El Debate sobre su Tamaño
Las estimaciones sobre el tamaño del núcleo helado del 3I/Atlas son un punto de debate. Inicialmente, se pensó que medía decenas de kilómetros de ancho. Sin embargo, las observaciones de Hubble en un primer momento sugirieron un tamaño mucho menor, no más de 5,6 kilómetros, e incluso tan pequeño como 320 metros.
Más recientemente, y con datos del Observatorio Vera C. Rubin, nuevas investigaciones precisaron que este misterioso objeto interestelar mide aproximadamente 11 kilómetros de diámetro, lo que lo establece como un cuerpo celeste más grande que el Monte Everest y el mayor objeto interestelar jamás detectado hasta la fecha.
Esto lo hace significativamente más grande que los dos primeros intrusos interestelares conocidos, ‘Oumuamua (400 metros) y 2I/Borisov (1 kilómetro).
Un viajero hiperveloz que no representa amenaza
El cometa 3I/Atlas, cuyo nombre oficial combina “3” (tercer detectado), “I” (interestelar) y “Atlas” (por el telescopio que lo descubrió en Chile), se mueve a una velocidad asombrosa.
Fue fotografiado por Hubble acercándose a 209 mil km/h. Otras mediciones indicaron velocidades cercanas a los 221 mil km/h al momento de su descubrimiento, velocidad que se incrementa a medida que se acerca al Sol.
A pesar de su colosal tamaño y vertiginosa velocidad, la Nasa confirmó que el cometa no representa ninguna amenaza para la Tierra. Su punto más cercano a nuestro planeta será de aproximadamente 240 millones de kilómetros, acercándose más a Marte que a la Tierra.

Su aproximación más cercana al Sol está prevista para finales de octubre de 2025, pasando justo dentro de la órbita de Marte. El 3I/Atlas debería ser visible con un telescopio hasta septiembre antes de desaparecer temporalmente detrás del Sol, para luego reaparecer en diciembre.
¿Cometa natural? La controversia científica por el 3I-Atlas
La impresionante velocidad del 3I/Atlas y su inusual trayectoria han avivado un debate en la comunidad científica. Aunque la Nasa lo clasifica oficialmente como un cometa interestelar debido a su órbita hiperbólica y la presencia de una coma que indica un núcleo helado, algunos científicos plantearon hipótesis alternativas.
El físico teórico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, sugirió la posibilidad de que 3I/Atlas pudiera ser una “nave espacial extraterrestre” o un “programa espía tecnológico”, especulando que su trayectoria podría ser intencional para evitar observaciones detalladas.
Sin embargo, la mayoría de los astrónomos desestiman esta teoría, argumentando que “toda la evidencia apunta a que se trata de un cometa común expulsado de otro sistema solar”. Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la Nasa, enfatizó que es un objeto “natural, no artificial”, aunque “muy emocionante”.
Un hito en la observación de objetos interestelares
La detección del 3I/Atlas es un hito importante, ya que es el tercer objeto interestelar confirmado que pasa por nuestro vecindario cósmico.
Los dos primeros fueron ‘Oumuamua, descubierto en 2017 y clasificado inicialmente como asteroide, y 2I/Borisov, hallado en 2019. Los científicos han estado esperando ver objetos interestelares durante décadas, y la aparición de estos viajeros cósmicos proporciona una oportunidad única para estudiar material de otros sistemas estelares y comprender mejor la formación y evolución de los sistemas planetarios.