El Cementerio de barrio San Vicente, ubicado en la zona este de la ciudad de Córdoba, viene siendo virtualmente arrasado por actos de vandalismo. Vecinos denuncian que placas y lápidas son arrancadas o destruidas, dejando las tumbas irreconocibles. Al tiempo que remarcan constantes hechos de inseguridad.
“Entran y profanan las tumbas, rompen las plaquetas, al punto que ya no se sabe de quién es cada tumba”, relató un deudo afectado por el estado de situación en el camposanto cordobés, quien pidió permanecer en el anonimato.
Pero el deterioro del lugar y el robo de elementos funerarios no son los únicos problemas que hoy padece el cementerio. Las denuncias también incluyen asaltos a visitantes. De hecho, un empleado municipal recomendó días atrás a un matrimonio que se retirara rápidamente del lugar, ya que –según les advirtió– “ya a partir de las 10 de la mañana asaltan a la gente”.
Otros deudos dijeron que desde el propio cementerio les recomiendan trasladar los restos o realizar cremaciones para evitar este tipo de problemas en el lugar.
Un contexto de abandono
Andrea Salcedo, directora de Cementerios de la Municipalidad de Córdoba, reconoció que el Cementerio San Vicente está ubicado en una zona considerada “roja” para la seguridad urbana.
Está rodeado de vecindarios de sectores vulnerables, como Maldonado, Bajada San José y Renacimiento, entre otros. Además, el predio de 47 hectáreas es utilizado como paso entre barrios y constantemente circula gente que no asiste al lugar para visitar a algún fallecido.
“El muro perimetral es desmantelado pieza por pieza por extraños y constantemente encontramos basura arrojada dentro del cementerio”, explicó Salcedo.
No obstante ello, aseguró que en 2024 se registró una baja del 70% en el número de denuncias de vandalismo respecto a 2023, merced al refuerzo de la seguridad con móviles de la Guardia Urbana y la contratación de adicionales de la Policía.
Sin embargo, los deudos consideran insuficientes estas medidas y aseguran que los hechos de inseguridad son una constante en el lugar.
De hecho, afirman que el clima que respiran los vecinos es de intranquilidad y miedo.
En una recorrida que realizó La Voz días atrás, fue posible observar en el sector de los nichos pasillos enteros en donde ya no queda ninguna placa o cruz porque fueron robadas en su totalidad. Algunos familiares colocaron rejas en los nichos con la idea de protegerlos fente a hechos vandálicos, pero los hurtos de placas y piezas de bronces no cesan.
Vecinos de la zona coinciden en que el narcotráfico y las adicciones son factores determinantes en los actos de vandalismo en el lugar. “Los ‘piperos’ (como se los llama) destruyen lápidas, roban cruces y manijas para vender”, afirmó un residente del sector.
Barrios aledaños al camposanto, como Villa Inés y Campo de la Ribera, enfrentan altos niveles vulnerabilidad y exclusión social, lo que alimenta un ciclo de marginalidad y, a veces, de delincuencia.
Desde la parroquia Crucifixión del Señor, la trabajadora social Graciela Córdoba, subrayó que la delincuencia es consecuencia de los problemas estructurales que padecen los habitantes del sector. “El foco debería estar en la inseguridad alimentaria, la falta de acceso a la salud y la inclusión educativa y laboral de los jóvenes”, enfatizó.
El dilema de los deudos
Para las familias afectadas, la situación es desgarradora. “Es una vergüenza no poder visitar a nuestros muertos por miedo a los asaltos”, comentó una vecina.
Los costos y los trámites burocráticos dificultan el acceso a ciertas alternativas, como la cremación o el traslado a otros cementerios. Al ser municipal, el Cementerio de San Vicente tiene tasas más accesibles que otros privados y no deja sin servicio de sepelio a ningún vecino.
No obstante ello, muchas tumbas permanecen abandonadas debido a que los familiares dejaron de visitar a sus fallecidos.
El abandono no solo afecta emocionalmente a los familiares de los difuntos, sino que también perpetúa el deterioro del lugar. Según los propios trabajadores del cementerio “muchos lugares quedan abandonados porque no se los visita y algunos de ellos, como son privados, no pueden ser intervenidos”.
Durante un relevamiento realizado por este medio junto a personal municipal y custodia policial, se observaron las penosas condiciones en la que están varios sectores del cementerio. En el área oeste, los signos de vandalismo son evidentes: tumbas profanadas, muros derruidos y luminarias robadas.
Esas zonas contrastan con otras áreas intervenidas, donde las mejoras realizadas muestran el potencial de recuperación del lugar.
El Cementerio de San Vicente, fundado en 1887 y ampliado un siglo después, guarda una rica historia que merece ser preservada. No obstante, para que este espacio de memoria y descanso cumpla su función, es fundamental que las medidas de seguridad sean efectivas y que la comunidad participe activamente en su cuidado.
Avances y proyectos en el cementerio
A pesar de los evidentes problemas que tiene, el Cementerio de San Vicente viene experimentando mejoras significativas en su infraestructura. Las salas velatorias, deshabilitadas durante más de 15 años, están ahora siendo restauradas y la capilla fue remodelada recientemente.
También se realizaron trabajos en el crematorio, incluyendo la recuperación de hornos utilizados durante la dictadura militar. La entrada principal por calle Cartagini fue renovada, con la colocación de nuevas veredas y trabajos de pintura, entre otras obras del último año.
Salcedo anunció un plan integral para este 2025 que contempla la reposición de los muros perimetrales, la instalación de cámaras de seguridad y la mejora de la iluminación. Sin embargo, la funcionaria insistió en la necesidad de que los vecinos colaboren: “Es un esfuerzo conjunto que debemos hacer entre la Municipalidad y la comunidad”.
Las autoridades municipales recordaron que volvieron a realizarse visitas guiadas para fomentar el respeto por estos espacios y recuperar su significado histórico. Por el momento estas visitas se realizan de día, aunque está proyectado implementarlas en horario nocturno, como ya lo hace el Cementerio San Jerónimo.