Se cumple un mes desde la madrugada del 16 de marzo, fecha en que Martín Gonzalo Cáceres, de 24 años, fue atacado a la salida de un boliche en la ciudad de Córdoba.
Este lunes 20 de abril, la familia y amigos de Martín marcharán en la lucha por la justicia y con esperanza que se despierte. El recorrido se realizará en el primer día de la próxima semana a las 18 desde la Plaza España hasta el Shopping Patio Olmos.
En el posteo que difundieron en redes sociales agregaron que “Tincho merece justicia”.

Su hermano, Nicolás mencionó en conversación con La Voz que van a “hacer una caminata pacífica para pedir justicia y que esto tome el curso que tiene que tomar”.
A un mes de ese violento episodio, el joven permanece en coma en el Sanatorio Parque. Mientras sus seres queridos mantienen una vigilia constante, la defensa de la familia de la víctima solicitó a la fiscalía que la agresión sea recalificada como tentativa de homicidio.
16 de marzo, el día del hecho
Según se reconstruyó a partir del diálogo con La Voz, el abogado de la familia, Miguel Ortiz Pellegrini, dijo que el suceso se desencadenó cuando un amigo de Martín, llamado Alejo, tuvo un roce con otro joven identificado como “Mateo” al salir del boliche.
Intercambiaron insultos y Mateo, según se informó, lo amenazó: “Voy a volver con 18 más”. Cáceres intervino con la intención de calmar la situación. Fue entonces cuando fue atacado por la espalda, cayendo al piso y sufriendo una seria lesión en la cabeza. Una vez en el suelo, habría continuado siendo golpeado.

Tras la agresión, Cáceres y su amigo se dirigieron al domicilio de este último en Villa Allende, donde Martín se acostó a dormir. Sin embargo, horas después, Martín comenzó a sentirse mal y “sufrió un ataque”, lo que llevó a que se llamara a una ambulancia y a su familia.
“Cuando llegué al hospital me dijeron que tenía 98% de probabilidades de que falleciera”, mencionó el hermano.
A un mes de su internación
El estado de salud de Martín Cáceres sigue siendo delicado. Al llegar al sanatorio, la familia lo encontró en coma. Los estudios revelaron un derrame cerebral y una grave afectación en el tronco encefálico y la médula espinal.
Su hermano, Nicolás Cáceres, le explicó al medio que Martín no está inducido al coma, sino que “simplemente no se despierta”. Actualmente, respira mediante una traqueotomía y se alimenta a través de un botón gástrico. La perspectiva futura para su salud es incierta.
Para el lunes 14 de abril estaba pensado trasladarlo a un centro de rehabilitación. Sin embargo, durante el pasado fin de semana, según informó su madre, Martín tuvo un “pico de fiebre” por lo que se tuvo que cancelar el traslado a la clínica de neurorrehabilitación.
“Mientras tanto él está con un antibiótico a nivel genérico y cuando tengan los resultados -de cultivos- van a poder determinar si es el antibiótico adecuado” mencionó la mujer.
Un reclamo por justicia
La brutalidad del ataque y la gravedad del estado de Martín generaron una profunda conmoción en sus familiares y amigos, quienes se congregan diariamente en las afueras del Sanatorio Parque para brindar apoyo y pedir justicia. A una semana del hecho, más de 120 personas marcharon con velas y carteles en la plaza Lavalle para reclamar justicia y enviar fuerzas a Martín.
El hermano de Martín, Nicolás, describió el difícil momento que atraviesa la familia. “Es inhumano lo que le hicieron”, expresó. La familia se encuentra a la espera de una respuesta favorable de la justicia y centra sus esperanzas en la recuperación de Martín.

Mientras tanto, amigos de Martín lo recuerdan como una persona “auténtica”, llena de vida y un “capitán” para su grupo.
Los amigos de Martín Cáceres lo describen como un “capitán auténtico” y una persona “de oro”. En un mensaje compartido, resaltaron su genuinidad y su capacidad para disfrutar la vida intensamente, siendo “una de las personas más vivas en el mejor sentido de la palabra”.
“Su presencia es muy importante para el grupo, y su ausencia se siente profundamente”, dijo Máximo en conversación con La Voz.
Sus seres queridos sólo esperan que se despierte para poder comenzar con su rehabilitación y que se haga justicia por la violencia.