La investigación por el femicidio de Andrea Castana, ocurrido el 11 de marzo de 2015, tuvo un nuevo giro con la confirmación de tres hechos de abuso ocurridos en el Cerro de la Cruz entre los años 2004 y 2005. Las muestras de ADN recabadas en dos de esos casos, en los que las víctimas sufrieron abuso sexual con acceso carnal, coinciden con los que se encontraron en el cuerpo de Andrea.
Lo llamativo es que en dos de los hechos intervino la Fiscalía del 1° Turno, a cargo del exfiscal Gustavo Marchetti, que no ordenó ninguna diligencia y tampoco aportó información a su par Ricardo Mazzuchi cuando sucedieron los hechos que terminaron con el crimen de Andrea.
La abogada de la familia Castana, Daniel Pavón, le dijo a La Voz que en las últimas semanas se profundizó este hilo investigativo a partir de la coincidencia que se halló en las muestras de ADN.
Desde la Fiscalía a cargo de Mazzuchi se montó un operativo para nuevas tomas de perfiles genéticos y se convocó en primer lugar a las personas que trabajan o viven en las cercanías del Cerro de la Cruz.
“Con el caso de Andrea son cuatro ya que hay tres denuncias más. Teníamos conocimiento de uno de los hechos, pero hubo otras denuncias que en su momento nunca fueron investigadas y se detectó que coincide el modus operandi, el lugar del ataque y las características físicas del atacante”, expresó Pavón.
La abogada confirmó que existe compatibilidad entre las muestras de ADN y adelantó que en estos días se montó un gabinete en el que se están tomando muestras de modo espontáneo y voluntario. “Hay un pedido de un análisis para ampliar el patrón genético al linaje materno y a partir de allí poder llegar más rápido al autor del hecho”, explicó la letrada.
En concreto, en dos de los hechos hubo abuso sexual con acceso carnal y en un tercer hecho la víctima logró escapar y sufrió el robo de sus pertenencias tras un ataque a mano armada. En los cuatro casos, incluyendo el crimen de Andrea, los hechos ocurrieron entre las estaciones 8 y 9 del Cerro de la Cruz.
También se logró conocer es que en un caso actuaron dos hombres. El perfil de las mujeres víctimas también es similar: mujeres jóvenes de entre 30 y 40 años. Y sobre el atacante se logró determinar que se trata de un hombre que tenía entre 25 y 28 años en 2004, de contextura delgada, pelo negro y tez trigueña.
Para la abogada Pavón, la reiteración de casos lleva a pensar que se está frente a un “violador serial”. “Lo grave de este tema es que las autoridades han omitido y no han informado a la sociedad, porque creo que si se hubiesen tomado los recaudos en su momento y estas denuncias si hubiesen investigado, al menos estos hechos posteriores quizás no hubiesen sucedido”.
