La Cámara de Diputados de la Nación dio en las últimas horas media sanción a un proyecto que busca modificar el huso horario de Argentina, una iniciativa que ahora avanza hacia el Senado.
Con la modificación, se debería atrasar una hora los relojes en todo el país y, como consecuencia directa, amanecería y anochecería una hora más temprano.
El proyecto busca ajustar el huso horario de Argentina al que corresponde geográficamente (GMT-4).
Los posibles beneficios
Según especialistas, la práctica de adelantar o atrasar los relojes en determinadas épocas del año tiene varias ventjas.
- Ahorro de energía: al aprovechar más la luz solar se reduciría el uso de iluminación artificial.
- Mejor descanso y salud: los ritmos biológicos se adaptarían mejor a los ciclos naturales de luz y oscuridad.
- Educación: los estudiantes comenzarían las clases con mayor claridad al amanecer, lo que mejora la atención.
- Seguridad: con más horas de luz por la mañana, se reducirían situaciones de riesgo en la vía pública.
Las posibles desventajas
Aunque la medida entusiasma a muchos, también genera preocupación en algunos sectores.
- Oscurecerá más temprano: actividades sociales, deportivas o comerciales vespertinas se verán limitadas por la falta de luz.
- Impacto en la rutina laboral: empresas y trabajadores deberán adaptar horarios para coordinar con países que mantienen GMT-3.
- Turismo y recreación: se perdería tiempo de luz natural en la tarde, algo que puede afectar actividades al aire libre.
- Confusión inicial: cada cambio horario suele traer problemas de adaptación en los primeros días.
Un hábito que altera el reloj biológico
El cambio de horario no sólo impacta en la rutina diaria sino también en la salud. Un estudio realizado en Tennessee, Estados Unidos, y publicado en la revista científica JAMA Neurology analizó cómo la modificación en las horas de sueño repercute en el organismo a largo plazo.
Según los investigadores, adelantar o atrasar los relojes elimina la luz matinal necesaria para sincronizar los ritmos circadianos, lo que genera un desajuste en el reloj biológico. Esta alteración no es pasajera: puede mantenerse durante meses y aumentar el riesgo de infarto cardíaco, ictus isquémico y privación parcial de sueño.
El trabajo recopiló datos de grandes estudios epidemiológicos y encontró que, tras el cambio de hora, los adultos duermen entre 15 y 20 minutos menos de lo habitual. Esa reducción, aunque parezca pequeña, podría tener un impacto acumulativo en la salud cardiovascular.
“No es solo una hora, son ocho meses de desajuste”
Una de las impulsoras del estudio, Beth Ann Malow, profesora de Neurología y Pediatría en la Unidad de Trastornos del Sueño en el Centro Médico Universitario de Vanderbilt, advirtió que los efectos se extienden mucho más allá de los días posteriores al cambio horario. “No es una hora dos veces al año. Se trata de un desajuste de nuestros relojes biológicos durante ocho meses del año”, señaló.
Los principales impactos se reflejan en los niveles de energía, la alerta cerebral y los biorritmos, estructuras profundamente arraigadas en el cerebro humano.
Efectos sobre el autismo y otros grupos sensibles
No todas las personas se ven afectadas de la misma manera. Algunos individuos tienen ritmos circadianos más flexibles y logran adaptarse rápido. Sin embargo, quienes son más sensibles pueden sufrir consecuencias durante semanas o incluso meses.
El estudio subraya que los niños con autismo son especialmente vulnerables. El cambio horario puede agravar problemas de sueño y generar un impacto prolongado en su bienestar.
Cambiar el huso horario: un desafío social y cultural
Los especialistas advierten que adoptar el huso horario natural, también podría traer beneficios sociales.
Levantarse y acostarse más temprano permitiría dedicar más tiempo a actividades de ocio y a la familia, además de fomentar hábitos de vida más saludables.