En la ciudad de Córdoba, la calidad del aire durante 2024 se mantuvo en niveles considerados buenos o moderados en la mayor parte del año, según los registros oficiales del Observatorio Ambiental municipal.
El dato se conoce en un contexto de creciente atención pública, tras el episodio de la semana pasada en el que un olor intenso afectó a gran parte de la Capital y que se originó en la quema de un basural en la zona norte.
El análisis anual, basado en mediciones realizadas por nueve sensores instalados en distintos puntos de la ciudad, muestra que los días con niveles “buenos” superaron el 80% en la mayoría de los meses.
Sin embargo, se detectaron descensos pronunciados en los períodos fríos, cuando las condiciones meteorológicas y el uso intensivo de calefacción favorecieron la acumulación de contaminantes.
En la Reserva San Martín, los días buenos superaron el 90% en gran parte del año, pero cayeron a 38% en mayo, 37% en junio y 56% en agosto. En esos meses, los días moderados llegaron a 62%.
En el Palacio Municipal, la calidad del aire se mantuvo entre 83% y 100% de días buenos, con jornadas moderadas que oscilaron entre 0% y 17%, concentradas en febrero, junio, agosto y septiembre.
En el CPC Centro América, los días buenos se mantuvieron por encima del 70% en la mayoría de los meses, aunque descendieron a 68% en marzo, 65% en junio y 71% en octubre, cuando los días moderados llegaron a 35%.

El CPC Jardín presentó mayores variaciones: enero y diciembre tuvieron 100% de días buenos, pero en junio esa proporción cayó a 42%, con 36% de días moderados y 16% de días insalubres para grupos de riesgo.
En el CPC Colón, la calidad del aire se mantuvo por encima del 80% salvo en mayo y junio, cuando los días moderados representaron entre 29% y 36%.
En el CPC Ruta 20, los valores superaron el 80% en la mayor parte del año, excepto en junio, cuando descendieron a 68%, con 26% de días moderados.
En el Palacio Dionisi, la proporción de días buenos fue superior a 87%, con descensos en marzo, mayo y junio, cuando los moderados alcanzaron hasta 38%.
En el Edificio de Derechos Humanos (Colón 97), los días buenos oscilaron entre 81% y 100%, con picos de moderados en mayo, junio y agosto.
Meses fríos, más días insalubres
Los episodios insalubres, generales y para grupos de riesgo, se concentraron en invierno y principios de primavera. En la Reserva San Martín hubo 10% de días insalubres en junio, 4% en septiembre y 7% en octubre, mientras que para grupos de riesgo se alcanzó 7% en agosto y septiembre.
En el Palacio Municipal no se registraron días insalubres generales, pero sí para grupos de riesgo: 11% en junio, 3% en agosto y 7% en septiembre y octubre.
En el CPC Centro América, los días insalubres generales fueron 3% en agosto, septiembre y octubre; para grupos de riesgo, 7% en los mismos meses.

En el CPC Jardín, los días insalubres generales fueron 15% en junio y 7% en septiembre; para grupos de riesgo, 10% en junio y 7% en septiembre.
En el CPC Colón, los valores fueron 10% en junio y 3% en septiembre, mientras que para grupos de riesgo se ubicaron en 11% y 7%, respectivamente.
En el CPC Ruta 20, los días insalubres generales fueron 10% en junio y 3% en septiembre; para grupos de riesgo, 11% y 7%.
En el Palacio Dionisi, los días insalubres generales fueron 3% en junio y septiembre, con registros para grupos de riesgo de 7% en junio, 3% en agosto y 7% en septiembre.
En el Edificio de Derechos Humanos no se detectaron días insalubres generales, pero sí 3% para grupos de riesgo en junio y septiembre.
Qué es el Índice de Calidad del Aire y cómo se mide
El Índice de Calidad del Aire (ICA) es un indicador que resume el nivel de contaminación atmosférica en un valor numérico que facilita su comprensión por parte de la población.
Se basa en la medición de contaminantes como material particulado fino (PM2.5 y PM10), monóxido de carbono, ozono troposférico, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno.
Cada contaminante se mide de manera continua y se calcula el ICA tomando el valor más crítico. El índice se clasifica en categorías: “bueno” (0 a 50), “moderado” (51 a 100), “insalubre para grupos de riesgo” (101 a 150), “insalubre” (151 a 200), “muy insalubre” (201 a 300) y “peligroso” (301 a 500). Córdoba no registró en 2024 valores en las categorías más graves.
La medición no se basa en un instante aislado, sino en un promedio de 24 horas, que permite estimar el riesgo sobre la salud. En la ciudad, las estaciones y sensores capturan datos cada 15 minutos, que luego son procesados por el Observatorio Ambiental para elaborar el valor diario.
Un sistema de medición más amplio
La red actual se conformó a finales de 2023, cuando se completó la instalación de nueve sensores de fabricación local, desarrollados junto a la Universidad Tecnológica Nacional. Estos equipos se distribuyen en puntos estratégicos para cubrir diferentes zonas y condiciones de la ciudad.
El director de Impacto Ambiental, Eduardo Sarría Bringas, destacó que “2024 es el primer año en que contamos con datos completos y comparables para toda la ciudad, gracias a una red de medición que antes no existía”.
Y agregó: “La ampliación de la red nos va a permitir tener un mapa más preciso y tomar decisiones basadas en evidencia científica”.
Además, Córdoba cuenta con un equipo homologado, de alta precisión, que permite calibrar los sensores de bajo costo y garantizar la calidad de los datos.
Según Sarría Bringas, “este año vamos a sumar un segundo equipo homologado y más sensores, lo que nos dará una cobertura territorial más amplia y una validación técnica aún más robusta”.

Factores que inciden
La subdirectora de Impacto Ambiental, Mariana Jure, explicó que “los meses fríos son los más complejos para la calidad del aire, por la inversión térmica y la acumulación de emisiones de distintas fuentes”.
Según detalló, “esa situación, sumada a la ubicación geográfica de Córdoba, hace que la dispersión de contaminantes sea más lenta y que se eleven los niveles de partículas en el aire”.
A estos factores se suman la actividad industrial, el aumento del parque automotor y la proximidad a focos de incendios o quemas de residuos en zonas cercanas, que pueden elevar temporalmente los niveles de contaminación.
Impacto en la salud y prevención
Los episodios insalubres afectan especialmente a personas con enfermedades respiratorias, adultos mayores, embarazadas y niños.
“Las mediciones nos permiten focalizar las recomendaciones y alertas para quienes están más expuestos, evitando generalizaciones y optimizando la respuesta sanitaria”, afirmó Jure.
El monitoreo continuo, coincidieron los funcionarios, es clave para contar con información precisa que permita diseñar campañas de concientización, controlar emisiones y orientar la planificación urbana.
Perspectivas
La consolidación del sistema de medición busca garantizar datos confiables y comparables en el tiempo, para evaluar la evolución de la calidad del aire y orientar políticas públicas.
Con la ampliación de la red y la incorporación de un segundo equipo homologado, se espera mejorar la precisión y el alcance del monitoreo, reforzando la capacidad de respuesta ante eventos que afecten la salud de la población.