El Banco Supervielle anunció esta semana el lanzamiento de la primera cuenta sueldo remunerada de una entidad financiera tradicional en el país. El objetivo no declarado –pero indisimulable– es competir directamente contra el auge todavía sin techo de las billeteras virtuales.
Ocho larguísimos años tardaron los bancos argentinos en reaccionar a la irrupción de estas alternativas financieras digitales, nacidas allá lejos y hace tiempo, en 2017.
Ualá y Mercado Pago fueron las primeras, y les siguieron muchas: Naranja X, Personal Pay, Lemon, Brubank, Taca Taca, entre otras. Desde entonces, la banca virtual no ha parado de crecer en número de usuarios y en volumen de operaciones. Primero, ofreciendo servicios financieros a segmentos informales sin acceso a los bancos; después, rivalizando directamente con estos, hasta llegar a quitarles clientes de manera directa.
Casi desde el inicio, una de las claves de este boom fueron precisamente las cuentas remuneradas ofrecidas por las billeteras digitales, alternativa de depósito que paga un interés diario con una tasa similar a la de un plazo fijo, aunque permitiendo disponer del dinero sin mayor trámite y en cualquier momento.
A contramano de esa oferta, durante todos estos años los bancos se aferraron a sus tradicionales cajas de ahorro sin pagar a sus clientes un solo peso por tener allí los fondos depositados.
Y pasó lo que tenía que pasar: los usuarios bancarios comenzaron a cobrar sus sueldos y a transferirlos a una billetera virtual para que no perdieran valor frente a una inflación que en los últimos años viene licuando todo aquello que se queda quieto.
Advertidos de ello, los bancos apostaron por el lanzamiento de fondos de inversión money market, de renta fija y liquidez casi automática. Pero aunque frenaron parcialmente la sangría, continuaron perdiendo frente a las mucho más “amigables” cuentas remuneradas de las billeteras virtuales.
Así, la fuga de fondos y de clientes de los bancos continuó, y se aceleró en plena pandemia de Covid-19, con una creciente y obligada digitalización de pagos y operaciones.
En el último año, con menos posibilidades de financiar al Estado a través de la compra de títulos públicos, los bancos se vieron obligados a “volver a trabajar de bancos”, con lo cual se vieron en la necesidad imperiosa de retener los fondos y la liquidez que les vienen “arrebatando” las billeteras virtuales.
Es en este marco que cobra trascendencia el lanzamiento de la cuenta sueldo remunerada del Supervielle.
La nueva propuesta incluye la mayoría de los beneficios que tienen las billeteras virtuales, incluso pagando una tasa de interés del 32% sobre saldo (con un tope de hasta $ 1 millón), mayor a la que ofrecen los plazos fijos y superior al rendimiento que tienen hoy las e-wallet.
“Si finalmente vamos a jugar en esta cancha, vamos a jugar fuerte”, deben haber pensado los directivos del banco.
Si la decisión del Supervielle comienza a ser imitada por otros bancos, el mercado financiero local definitivamente se va a poner interesante, con todos tratando de retener o captar los ingresos de los ahorristas en un contexto en el que –lejos de sobrar, y crisis mediante– lo que falta son pesos constantes, sonantes y, también, digitales.
Un nuevo capítulo de esta apasionante novela financiera parece haber comenzado. A comprar pochoclos…