Facundo y Sofía, una joven pareja de Villa María, decidieron dejar atrás la rutina y lanzarse a una aventura, a bordo de “Tutuka”, como le llaman a su auto Ford Ka modelo 2006 recorren las rutas de Latinoamérica, enfrentando desafíos y descubriendo nuevos horizontes. Emprendieron viaje desde Villa María pasando por Mendoza, Chile, Bolivia y ahora se encuentran en Máncora, Perú. Antes de finalizar octubre partirán a Ecuador.
Concretar un sueño
Facundo inspirado por un conocido que había recorrido Sudamérica en moto, soñaba con hacer un viaje similar. Pero cuando conoció a Sofía la invito a que juntos planificaran esta gran aventura, cuya organización les llevo entre seis y ocho meses antes de salir a la ruta. El viaje ya no sería en moto sino en auto para ir más cómodos.
Este sueño materializado tiene nombre y se llama “Disfrutando el camino” así es como se presentan en las redes sociales para contar sus vivencias en la marcha.
Y si de concretar sueños se trata, Facundo pudo tachar de su lista de lugares pendientes a visita a Machu Pichu.
Viajar lento
“Estábamos cansados de la rutina, los dos cansados, un poco de hacer todos los días lo mismo trabajar en el mismo lugar y queríamos cambiar. Queríamos conocer nuevas culturas conocer, cada rincón e ir haciéndolo despacio”, comenta Sofía acerca del ritmo lento con el que viajan que les permite vivir de cerca otras culturas y ser parte de la cotidianeidad.
Además, buscan conocer lugares no tan populares turísticamente, datos que locales pueden brindar, o recomendaciones de acerca de dónde comer, actividades, entre otros.
“Lo que nos gusta es cómo nosotros viajamos a través de voluntariado. Estamos siempre en los hostels, porque por lo general los voluntariados son en hostels, conocemos gente de todos los países. Eso nos marca también porque a la hora de volver creo que nos han quedado vínculos y gente que hemos conocido. Se forman vínculos muy grandes, claro, así que como familia, por un momento cumplen ese rol de familia”.
Desafíos
El viaje y la modalidad para hacerlo consideran es el principal desafío y se suman todas las situaciones que se van presentando en el camino y ponen a prueba las distintas habilidades emocionales y técnicas para superarlos. “Cuando viajas en este ambiente que viajamos nosotros, que puede uno tiene miedo, es cierto los miedos están: de que voy a hacer si voy acá, qué hago si voy allá con quién encontraré y la verdad que está lleno de gente que está en la misma sintonía que vos y todos cooperan para que la pasen bien, eso es lo que más nos sorprende de este mundo”, reflexiona Facu.
Tutuka también ha tenido sus desafíos mecánicos, como cruzar a Chile por los caracoles, o la altura, anduvo casi 5000 metros sobre el nivel del mar. Y en Cusco hubo desperfecto mecánico, eso fue un desafío para la pareja pues al principio no encontraban como solucionarlo y tampoco quien los guiara a donde ir.
De acuerdo a su experiencia prever donde pernoctaran es lo ideal para minimizar lo máximo la improvisación.
El viaje de Facundo y Sofía aún no tiene fecha de retorno a Villa Maria, mientras tanto siguen camino con su compañero fiel, Tutuka, llevándolos a descubrir distintos rincones de Latinoamérica, de manera simple y a su ritmo.
Familia de viajeros
No es la primera vez que Sofi emprende un viaje de larga duración, en 2012 junto con su familia fueron desde Argentina hasta Estados Unidos en motorhome con un itinerario similar al que hoy están haciendo con Facu. La diferencia con aquella travesía familiar es la duración ya que tenían seis meses por cuestión escolar de ella y su hermano.
Los viajes son parte de la cotidianeidad familiar ya que su papá Walter, más conocido como Che Toba, tiene un blog de viajes.
