En ocho años, los casos de cáncer en menores de 50 años aumentaron un 9% en Córdoba. Así lo revela un estudio local que utilizó una muestra de base poblacional. La investigación descubrió que los tumores que más crecieron en este grupo etario fueron los de mama, colon y recto.
“Varios trabajos internacionales hablan de un aumento en la incidencia de cáncer de aparición temprana, que se da en menores de 50 años. Como si fuera una epidemia mundial. Nosotros queríamos saber si la tendencia se replicaba en Córdoba”, explicó Claudia Alejandra Martin, doctora en medicina y oncóloga clínica.
La investigación –realizada por la Asociación de Oncólogos Clínicos de Córdoba y el Registro Provincial de Tumores– se propuso analizar tendencias y variaciones, según el tipo de tumor. En este sentido, comparó los diagnósticos de cáncer en Córdoba en tres períodos de tiempo: 2006, 2014 y 2022.
El estudio abarcó una muestra de 26.815 diagnósticos en esas tres fechas de corte.
El trabajo reveló que, en 2006, el 20,2% de los casos detectados ese año en Córdoba correspondía a menores de 50 años. En 2014, el porcentaje se mantuvo estable (20,4%), para dar un salto significativo en 2022 (29,6%). El aumento en esos ocho años fue del 45%.
Lo más común en mujeres
El estudio analizó los cinco tumores más frecuentes en pacientes de ambos sexos y detectó una novedad: por primera vez, el cáncer de tiroides aparecía dentro de la lista de los más comunes, entre las mujeres.
Por encima se encontraron los tumores de mama, colon-recto, cuello uterino y pulmón.
Otro dato importante fue que, durante el período analizado, el tipo de cáncer que más había crecido en menores de 50 años fue el de colon y recto. La incidencia subió un 11%.
La investigación reveló que estos casos se diagnostican a edades más tempranas. En 2006, la edad promedio al momento del diagnóstico se ubicaba en los 70 años. El número fue bajando a 67 (en 2014) y se ubicó en los 63 en 2022.
Hoy la enfermedad se detecta en mujeres 7 años más jóvenes.
“La mayoría de los pacientes siguen siendo adultos mayores, pero acá quedó demostrado que está aumentando el cáncer en personas más jóvenes”, agregaron los especialistas.
En tanto, la incidencia de cáncer de mama aumentó 1,9 veces. “Se trata de un incremento muy significativo”, explicó Alejandro Rubio, expresidente de la Asociación de Oncólogos Clínicos de Córdoba .
La edad promedio al momento del diagnóstico también bajó a los 57 años, cuando en 2006 se ubicaba en los 61.
Los tumores de cáncer de cuello uterino siguen estando dentro de los cinco más frecuentes entre las mujeres. Esto se da, según los especialistas, en países en vías de desarrollo donde no son suficientes las políticas públicas para prevenir, detectar y tratar a tiempo.
La vacuna contra el virus del papiloma humano resulta alentadora, aunque el impacto de la medida se verá más adelante.
Verónica Vera Merino, radio-oncóloga y coautora de la investigación, señaló que hoy llegan a la consulta más pacientes jóvenes, con cuadros avanzados.
Los más común en varones
En hombres, los tumores más frecuentes son los de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga y riñón.
Aquí también se vio un aumento en la incidencia de cáncer en menores de 50 años, sobre todo en colon y riñón. En ambos casos, la edad promedio al momento del diagnóstico bajó unos 3,2 años durante el período estudiado. La edad promedio también se redujo en el caso del cáncer de en próstata (1,6 años).
La buena noticia es que bajó la incidencia de cáncer de pulmón y vejiga durante el período estudiado para todos los grupos etarios. Esto se debe en gran medida a las campañas de control del tabaco, agregaron.
Cómo vivimos, entre las principales causas
El aumento de la incidencia del cáncer en edades más tempranas es un fenómeno mundial, aunque con las particularidades de los países en vías de desarrollo.
A grandes rasgos, los especialistas destacan los cambios de hábitos en los modos de vida, con un aumento del sedentarismo y del consumo de alimentos ultraprocesados.
El estudio destaca las particularidades de cada uno de los tumores, según el sitio donde se lo encuentra. En el caso del cáncer de mama, por ejemplo, influye la ingesta prolongada de anticonceptivos orales, la nuliparidad, la edad avanzada en el primer parto, la menarca temprana y la obesidad.
“Hay factores que no podemos controlar, como el aire que respiramos o el agua que bebemos. Pero hay otros que en la mayoría de los casos se podrían modificar. Las personas que tienen sus necesidades básicas resueltas, pueden aumentar actividad física, consumir más frutas y verduras. Somos mucho más sedentarios que nuestros abuelos. Y aunque tenemos más cosas al alcance de la mano, comemos peor”, destacó Rubio.
La prevención del cáncer también necesita políticas más equitativas de acceso a la salud y un control efectivo de las prácticas de agroquímicos, tanto en lo que se acopia, fumiga y utiliza para frutas y verduras de consumo masivo.
Este estudio fue realizado por Claudia Alejandra Martín, María Verónica Vera Merino y Alejandro Rubio, miembros de la Asociación de Oncólogos Clínicos de Córdoba. También participaron Graciela Nicolás, Esteban Massobrio, Eugenio Cecchetto y Fabián Muñoz del Registro de Tumores de la Provincia de Córdoba.
Los resultados fueron presentados en el 10° Congreso Internacional de Oncología del Interior.