La artrosis de rodilla afecta a millones de personas mayores de 45 años y es una de las principales causas de dolor y pérdida de movilidad en el mundo.
Un nuevo estudio publicado en The BMJ aporta un mensaje claro, el ejercicio sigue siendo la mejor medicina.
Investigadores de la Universidad de Zhejiang (China) analizaron los resultados de 217 ensayos clínicos realizados entre 1990 y 2024, con la participación de más de 15.600 pacientes. El objetivo fue determinar qué tipo de actividad física resulta más efectiva y segura para aliviar el dolor, mejorar la función y la calidad de vida en quienes sufren artrosis de rodilla.
El movimiento como tratamiento
La artrosis se produce cuando el cartílago que recubre los extremos de los huesos se desgasta, lo que genera inflamación, rigidez y dificultad para moverse. Aunque cualquier articulación puede verse afectada, las rodillas son las más vulnerables: cerca del 30% de los mayores de 45 años presentan signos de esta enfermedad, y la mitad de ellos tiene síntomas severos.
Según el estudio, el ejercicio aeróbico (como caminar, nadar o andar en bicicleta) es la opción que ofrece los mayores beneficios globales para el dolor, la función y el rendimiento al caminar. “Los ejercicios aeróbicos demostraron la probabilidad más alta de ser el tratamiento más efectivo en todas las medidas evaluadas”, señala la investigación.
Qué tipo de ejercicios ayudan más
- Ejercicio aeróbico: mejora el dolor a corto y mediano plazo, la función articular y la calidad de vida.
- Ejercicio mente-cuerpo (como yoga o tai chi): aumenta la función a corto plazo y favorece el equilibrio.
- Ejercicio neuromotor: mejora la coordinación y el rendimiento de la marcha.
- Ejercicio de fortalecimiento o mixto: mejora la función a mediano plazo y complementa el trabajo aeróbico.
El estudio aclara que ninguna de las terapias analizadas mostró efectos adversos relevantes, lo que confirma que la práctica regular de ejercicio es un tratamiento seguro para la mayoría de los pacientes.
Cuánto y cómo moverse
Los especialistas recomiendan ejercicio moderado al menos tres veces por semana, ajustado a las posibilidades de cada persona. En casos de dolor intenso o limitaciones físicas, pueden incorporarse actividades de bajo impacto, como caminar en piscina o pedalear en bicicleta estática.
“El movimiento controlado fortalece los músculos que sostienen la rodilla y mejora la lubricación articular, lo que reduce el dolor y previene el deterioro”, explicó uno de los autores del estudio.
Un tratamiento sin remedios y con evidencia
Aunque los investigadores reconocen que muchos ensayos ofrecen datos indirectos y faltan estudios de largo plazo, el análisis consolida la evidencia de que moverse es una de las terapias más efectivas y seguras para la artrosis de rodilla.
“El ejercicio aeróbico debe considerarse una intervención de primera línea para tratar la artrosis de rodilla. Cuando no sea posible, otras formas de actividad estructurada pueden aportar beneficios significativos”, dicen los autores del estudio.