Luego del cierre definitivo del Aquarium de Mar del Plata a fines de marzo, una de las tareas más delicadas fue definir el destino de los animales que permanecían en sus instalaciones.
El proceso culminó recientemente con el traslado internacional de los diez delfines nariz de botella que aún vivían en el predio.
Su destino final: un acuario ubicado en las cercanías del Mar Rojo, en Hurgada, Egipto.
Según informó Infobae, el operativo fue coordinado por Servicios Logísticos Asociados (SLA) SRL y se trató, según detalló su director de Operaciones, Ignacio Nieto, del primer movimiento de mamíferos acuáticos de semejante magnitud realizado por la empresa.
Cómo fue el viaje: cajas especiales, cuidados y un vuelo directo
Cada uno de los delfines fue ubicado dentro de cajas de tres metros parcialmente llenas de agua, diseñadas especialmente para reducir el estrés y evitar lesiones.
En la base, caños paralelos y una lona actuaron como camilla suspendida para sostener el peso del animal sin comprimir sus órganos.
Para evitar rozaduras y golpes, se les aplicó vaselina en la piel y se reforzó la protección de cabeza y aletas con goma espuma.
La carga de cada animal insumió casi 30 minutos y se realizó bajo supervisión permanente de veterinarios y cuidadores.
Los ejemplares, Zaiko, Lara, Olivia, Isis, Aramis, Callie, Moro, Ares, Juno y Mako, viajaron primero desde Mar del Plata hasta Ezeiza en camiones acondicionados.
La caravana circuló entre la 1 y las 6.30 de la mañana, con paradas cada 20 minutos para controlar el estado de los animales. Desde allí, embarcaron en un vuelo directo de Qatar Airways preparado para el traslado.
Durante toda la travesía estuvieron acompañados por profesionales especializados en medicina y bienestar de mamíferos marinos.
El destino de los delfines y el cierre del Aquarium
Desde febrero, el Aquarium había anunciado que todos los ejemplares nacidos bajo cuidado humano serían derivados a otros acuarios y zoológicos, tanto dentro del país como en el exterior.
En aquel comunicado, la empresa, propiedad de The Dolphin Company, había adelantado que los delfines serían trasladados a un oceanario “próximo a la región”, aunque finalmente se decidió enviarlos a Egipto.
En paralelo, también se informó la liberación exitosa de la tortuga marina Jorge, rehabilitada y reinsertada en su hábitat natural.
La decisión de reubicar a los delfines respondió a la imposibilidad de que ejemplares nacidos en cautiverio sobrevivan por sus propios medios en mar abierto.
Las autoridades aseguraron que el criterio rector de todo el proceso fue el bienestar animal.
La denuncia por abandono animal y la inspección oficial
Meses antes del traslado, vecinos habían difundido imágenes de delfines nadando en agua oscura dentro del ex predio del Aquarium, lo que motivó denuncias por presunto maltrato y una inspección del municipio.
El acta oficial de la Dirección de Zoonosis y Bienestar Animal de General Pueyrredón, elaborada el 17 de agosto, descartó irregularidades:
- “No se observan animales en estado de desnutrición alimenticia en general, no se encuentran animales muertos.”
- “Los delfines se observan activos, estado corporal normal y sin signos visibles de enfermedad.”
Un segundo informe de la Dirección Provincial de Pesca también concluyó que los protocolos de higiene, cuidado y alimentación se cumplían diariamente y aclaró que el color del agua respondía al sistema de bombeo desde el mar, no a un abandono del mantenimiento.
Meses después, con el traslado completado, todos los ejemplares fueron derivados al oceanario de Egipto sin contratiempos.




























