Menos de una cuarta parte de las personas alcanzan los objetivos de actividad física recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que los adultos sanos deben completar al menos 150 minutos de ejercicio físico por semana (fuerza, resistencia, mixta).
Sin embargo, sólo el 22,5% de los adultos y el 19% de los adolescentes en todo el mundo alcanzan esos objetivos. Y una de las principales razones puede ser la falta de motivación para hacer ejercicio o entrenar.
En consecuencia, la inactividad física se está convirtiendo en uno de los principales factores de riesgo para la mala salud física y mental a lo largo de la vida.
Los rasgos de personalidad influyen en las intensidades de ejercicio que preferimos
Comprender cómo se relacionan los rasgos de personalidad individuales con la participación en la actividad física puede ayudar a fortalecer la eficacia de tales intervenciones y dar forma a la práctica de educación física en las escuelas para promover el afecto positivo y el disfrute durante el ejercicio.
Una forma de lograr que el ejercicio sea más placentero podría ser optar por tipos de ejercicio que se adapten a nuestra personalidad. Para eso, investigadores del Reino Unido examinaron cómo la personalidad afecta los tipos de ejercicio que preferimos y nuestro compromiso y dedicación a ellos.
“Descubrimos que nuestra personalidad puede influir en la forma en que nos involucramos con el ejercicio y, en particular, en qué formas de ejercicio disfrutamos más”, explica la primera autora, Flaminia Ronca, del Instituto de Deporte, Ejercicio y Salud del University College de Londres (UCL).
“Comprender los factores de personalidad a la hora de diseñar y recomendar programas de actividad física probablemente sea muy importante para determinar el éxito de un programa y si las personas lo mantendrán y se pondrán en forma”, añade el autor principal, Paul Burgess, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la UCL.
Principales conclusiones
Los investigadores descubrieron que las personas con determinados rasgos de personalidad pueden beneficiarse de ciertos ejercicios más que otras y que algunas personas pueden beneficiarse especialmente de los efectos del ejercicio sobre el alivio del estrés.
Para el estudio, publicado en Frontiers in Psychology, reclutaron a participantes que se sometieron a pruebas de laboratorio para evaluar su condición física inicial. Posteriormente, los dividieron en dos grupos: el primer grupo recibió un plan de acondicionamiento físico en casa de ocho semanas compuesto por ciclismo y entrenamiento de fuerza (grupo de intervención), y el otro grupo continuó con su estilo de vida habitual (grupo de control).
Durante las pruebas de laboratorio, la primera semana de intervención y después de esta, todos los participantes completaron un cuestionario sobre cuánto habían disfrutado de cada sesión de entrenamiento. Los rasgos de personalidad examinados en el estudio incluyeron extroversión, responsabilidad, amabilidad, neuroticismo (persona negativa) y apertura.
“Nuestros cerebros están conectados de diferentes maneras, lo que determina nuestros comportamientos y cómo interactuamos con nuestro entorno. Por lo tanto, no es sorprendente que la personalidad también influya en cómo respondemos a diferentes intensidades de ejercicio”, explica Ronca.
Por ejemplo, las personas con alto nivel de extroversión disfrutaban de sesiones de alta intensidad en compañía, incluyendo deportes de equipo. Por el contrario, quienes tenían un alto nivel de neuroticismo preferían los entrenamientos privados. Si bien se sienten cómodos con la alta intensidad, necesitan descansos cortos entre sesiones.
Se observó que quienes tenían un alto nivel de consciencia y apertura practicaban ejercicio independientemente de si lo disfrutaban especialmente o si lo impulsaba la curiosidad, respectivamente. Lo que resultó particularmente interesante fue la relación entre la personalidad, la mejora de la condición física y el estrés, según los investigadores.
Antes de la intervención, los niveles de estrés de ambos grupos eran similares. Sin embargo, después de la intervención, especialmente las personas con una puntuación alta en neuroticismo mostraron una marcada reducción del estrés. “Es una noticia fantástica, ya que demuestra que quienes más se benefician de una reducción del estrés responden muy bien al ejercicio”, agrega Ronca.
Encontrar algo para disfrutar
Los investigadores señalan que lo más importante del ejercicio es encontrar algo que disfrutemos y no desanimarnos si no lo encontramos de inmediato. “No importa si no disfrutamos de una sesión en particular”, advierte Ronca. “Podemos probar algo diferente”.
“Esperamos que si las personas encuentran actividades físicas que disfruten, se sientan más dispuestas a practicarlas”, concluye Burgess.
Personalidad y actividad física
- Extroversión y escrupulosidad se asociaron con mejor aptitud física inicial.
- Neuroticismo no predijo la aptitud física inicial, pero sí se asoció con peor recuperación cardiovascular tras el ejercicio.
- Apertura y amabilidad no mostraron relación con la aptitud inicial.
- Extrovertidos disfrutaron más de sesiones de alta intensidad pero tuvieron menor adherencia al programa.
- Personas con alto neuroticismo prefirieron sesiones de baja intensidad, sin supervisión. Tuvieron menos propensión a automonitorear su frecuencia cardíaca.
- Alta apertura se asoció con menor disfrute del ejercicio extenuante pero mayor probabilidad de regresar a pruebas posteriores.
- Escrupulosidad y amabilidad no predijeron preferencias claras ni adherencia.
- Sólo los participantes con alto neuroticismo experimentaron una reducción del estrés, independientemente de mejoras en la condición física.
- Ningún rasgo de personalidad predijo mejoras en VO2máx (consumo máximo de oxígeno) o potencia de ciclismo.
Interpretaciones adicionales
- El neuroticismo se asoció con una menor participación en actividad física, pero también con sensibilidad a la percepción del esfuerzo y mayor disfrute cuando se percibe competencia.
- La escrupulosidad podría estar más ligada a la motivación por salud que al disfrute.
- La apertura se relaciona con mayor conciencia corporal, lo que podría afectar negativamente la percepción del esfuerzo intenso.
- La amabilidad no mostró asociaciones significativas.