En junio de 1985, el virólogo Santos Sileoni confirmó el primer diagnóstico del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Córdoba. A 40 años de aquella detección, que además corroboró por vez primera la circulación viral en nuestra provincia, especialistas analizan los cambios y las tendencias en estas cuatro décadas con motivo de conmemorarse el primero de diciembre el Día Internacional de Lucha contra el VIH/Sida.
“Hace cuatro décadas, alguien que venía con diagnóstico de VIH, indudablemente sabía que iba a progresar hacia la enfermedad de Sida y luego, a la muerte. Durante los 10 primeros años no hubo respuesta farmacológica que pudiera resolver el problema”, explicó Luis Vega, historiador y miembro de la unidad ejecutora del programa provincial de VIH y de Infecciones de Transmisión Sexual, con sede en el hospital Rawson.
Aquel primer diagnóstico fue realizado por Sileoni, en el Instituto de Virología José Vanella de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, agregó Viviana Re, directora de esa institución.
Según los registros disponibles y los recuerdos de los referentes que batallaron contra la epidemia durante aquellos años, en 1985 se diagnosticó por primera vez el virus en una persona de barrio San Vicente que consumía drogas intravenosas.
Un año más tarde, se detectó por primera vez en Córdoba un paciente con Sida, en 1986. En este caso se trató de una persona que había estado en el exterior y regresó a Córdoba con síntomas de la enfermedad. “Lo internaron en el hospital Rawson y murió, como sucedía con todos los que llegaban en ese estadio”, agregó Vega.
La irrupción de un virus desconocido, con desenlace fatal, generó temor en la población. Al miedo, le siguió la discriminación. “Es parecido a lo que pasó en la pandemia de Covid-19 –continuó–. Al no haber cura, las personas se morían solas. Quedó en el imaginario que el VIH afectaba solamente a una cierta población, marginal o consumidora de drogas y ese estigma quedó“.
Por su parte, Diosnel Bouchet, jefe del programa provincial de VIH, ITS y hepatitis B, informó que durante la primera década era mayor la proporción de varones que vivían con el virus. Por cada 19 hombres, se diagnosticaban dos mujeres.
“Hoy esa proporción cambió y las brechas se redujeron”, explicó.
Para los referentes, se fue construyendo en el imaginario de la población que esta condición afectaba a gente que llevaba “una vida descontrolada” y así comenzó a generarse un estigma que se mantiene al día de hoy.
El psiquiatra Uriel Escobar Barrios, miembro de la Red Estigma, consideró que la discriminación –mantenida en el tiempo– puede derivar en un estrés crónico: “Los médicos debemos tener empatía, entender al otro, ponernos en sus zapatos, con humildad y no considerar que somos dueños de la última palabra”, explicó el especialista colombiano, en su paso por Córdoba.
Avances de la ciencia
A mediados de la década de 1990, comenzaron a desarrollarse distintos tratamientos antirretrovirales para dar respuesta a personas que convivían con un virus tan mutante como el VIH.
“Se comienzan a ensayar tratamientos con múltiples pastillas, hasta que se publica en Vancouver, en el 2000, la terapia de alta eficiencia. Los países rápidamente lo empiezan a implementar y comenzó a disminuir la internación y la mortalidad. Las personas podían retomar sus actividades habituales, como el trabajo o la recreación”, agregó Bouchet.
Con el tiempo se fueron mejorando los tratamientos antirretrovirales, aparecieron los infectables de larga duración y los distintos métodos de profilaxis, como los de preexposición. Los métodos de detección avanzaron, con pruebas de mayor sensibilidad y otras que son presuntivas (no terminan por confirmar el diagnóstico) pero son accesibles y anónimas como el autotest o el test rápido.
“Este fue el resultado de una tarea colectiva de los afectados, que participaron en forma activa por primera vez en el abordaje de una epidemia, de las ciencias médicas y sociales y de las organizaciones de la sociedad civil que llevaron una robusta transdisciplina que es un ejemplo histórico”, relató Roland en la revista Info Adherencia.
Los próximos desafíos
¿Cuál es el panorama de la epidemia a futuro? ¿Aumentarán los casos, tal como viene sucediendo con la sífilis en el país?
Más de 30 organizaciones de la sociedad civil se reunieron en vísperas del primero de diciembre, para denunciar “el recorte presupuestario que el presidente Javier Milei pretende imponer para el año próximo” en el cumplimiento de la ley 27675, así como “la falta de insumos esenciales en todo el país, desde preservativos, hasta reactivos y medicamentos para enfermedades oportunistas”, informó la organización Act Up.
Las organizaciones convocaron a una “gran asamblea popular” en cada rincón del país para el próximo lunes primero de diciembre.
Además en Córdoba habrá una reunión entre activistas de organizaciones sociales y legisladores de distintos bloques para la presentación de un proyecto de nueva ley provincial de VIH, hepatitis virales e ITS.
Finalmente está previsto que el Ministerio de Salud de la Nación actualice las cifras de la epidemia.
Posible tendencia al alza
Los últimos reportes indican que los casos de VIH se mantuvieron estables en Argentina, pero los valores de los últimos tres años “sugieren una posible tendencia al alza”.
Según datos provisorios a los que tuvo acceso La Voz, en 2024 se detectaron 6.692 nuevos casos, un 6% por encima de los 6.311 reportados en 2019. La tasa de notificación se ubicó en 14,2 casos cada 100 mil habitantes, una décima más alta que el valor hallado en 2019, previo a la pandemia de Covid-19.
Para Roland, el Estado es el principal protagonista en la lucha contra la negación y estigma. “Se debe garantizar el control de las infecciones de transmisión sexual, la promoción del preservativo, la profilaxis medicamentosa, el acceso a las pruebas diagnósticas y la eliminación de la transmisión materno-infantil”, sostuvo.
Por su parte, Vega informó que Nación recortó la entrega de preservativos, reactivos para diagnósticos y medicación para las llamadas “enfermedades oportunistas”. Sin embargo, mantuvo la provisión de tratamientos antirretrovirales.
Agregó que la Provincia está comprando los insumos que antes recibía del Gobierno nacional y se preguntó cómo harán las jurisdicciones que no cuentan con presupuestos para afrontar el programa y qué pasará si se profundizan los recortes.
Por su parte, Bouchet destacó los avances tecnológicos y la participación de la sociedad civil durante estas cuatro décadas pero fue cauteloso a la hora de hacer un diagnóstico sobre lo que puede pasar a futuro.
