Según un estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet, existen 14 factores de riesgo vinculados al desarrollo de Alzheimer y otras demencias. Sin embargo, cinco destacan por su impacto en la prevención.
José Abellán, especialista en cardiología, enfatiza que la intervención temprana es fundamental, ya que casi la mitad de los casos se podrían prevenir si se adoptan hábitos saludables desde la mediana edad.
1. Evitar el alcohol
El alcohol mata neuronas y acelera el deterioro cognitivo. No hay una cantidad segura, explica el cardiólogo.
Reducir su consumo no sólo protege el cerebro, sino que también mejora el rendimiento mental incluso en edades avanzadas.
2. Combatir la soledad
El aislamiento social eleva el riesgo de deterioro cognitivo y podría estar detrás de hasta un 4% de los casos.
Mantener vínculos, participar en actividades comunitarias o conversar con familiares y amigos funciona como medicina para el cerebro, según Abellán.
3. Dejar de fumar
El tabaco daña los vasos sanguíneos cerebrales y acelera la neurodegeneración. Abandonarlo, incluso en edades avanzadas, puede prevenir cerca del 5% de los casos de demencia.
4. Cuidar la salud sensorial
La pérdida auditiva en la mediana edad es el factor prevenible con mayor peso: hasta un 8% de los casos podrían evitarse con revisiones periódicas y uso de audífonos si es necesario.
Corregir problemas de visión y proteger los ojos también contribuye a reducir riesgos.
5. Mantener un estilo de vida saludable
Una alimentación equilibrada, ejercicio regular y control del peso ayudan a proteger el cerebro.
La actividad física, en particular, estimula el crecimiento neuronal, mejora el sueño y disminuye el estrés, previniendo más del 3% de los casos.
Depresión y salud mental: un factor clave
Abellán recuerda que la depresión no tratada aumenta el riesgo de Alzheimer, por lo que detectarla y tratarla debería formar parte de cualquier estrategia de prevención. “Tu cerebro no es reemplazable, cuidalo”, concluye.
Los expertos destacan que actuar sobre estos factores no garantiza la prevención absoluta del Alzheimer o la demencia, pero sí puede reducir significativamente la probabilidad de desarrollarlos. Caminar más, socializar, escuchar mejor y mantener hábitos saludables puede marcar la diferencia a largo plazo.