Durante el primer mes del año, el promedio de los tambos nacionales tuvo una rentabilidad apenas positivas: 0,81%, de acuerdo con un informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla).
Con un precio promedio de 70,53 peso por litro de leche, y un costo de producción que fue de 69,93 pesos por cada litro, la ecuación es positiva; pero a nivel de las regiones donde se encuentra distribuida la producción láctea, la realidad es diferente.
Según la Ocla, la tasa de rentabilidad promedio en enero de 2023 continuó en el cuadrante positivo con el 0,81%. En el período que arrancó el diciembre de 2016, la tasa de rentabilidad promedio fue del 1,8% con un máximo del 8,4% y un mínimo de -1,7%. La última vez que el tablero de resultados del tambo promedio en el país dio rentabilidad promedio negativa fue entre abril y mayo del año pasado.
No obstante, el período analiza muestra algunos matices. “Desde marzo de 2021 y hasta marzo 2022 el precio al productor (aunque con altibajos) superó al costo de producción de leche (relación superior a 1), pero en ningún momento alcanzó al precio de equilibrio, que exige una rentabilidad sobre el capital operado del 5% anual, ya que la rentabilidad promedio de ese período fue del 1,6% con extremos entre 0,0% y 3,3%. En abril y mayo el costo prácticamente iguala al precio percibido y genera tasas de rentabilidad levemente negativas (-0,2% y -0,5%).
A partir de junio pasado y hasta enero último, la rentabilidad vuelve a ratios positivos, cubriendo el costo de Producción, con ratios muy bajos y muy lejos del precio de equilibrio. sostiene el informe.
La rentabilidad del tambo: ¿qué pasa por regiones?
Sin embargo, cuando se analiza la tasa de rentabilidad en función al tamaño de los tambos y la región de producción, existe una gran dispersión en la tasa que se puede lograr respecto al capital promedio operado.
Además, hay una diferencia estructural, respecto a la rentabilidad obtenida entre las regiones productivas, que tienen mucha vinculación con la escala y la incorporación de tecnologías de insumos y procesos que determinan muchas diferencias en la eficiencia y la productividad.
En las tres regiones productoras de Córdoba (nordeste, sur y la cuenta de Villa María), sólo los establecimiento grandes (más de 10 mil litros diarios de leche de producción) están por encima de la línea de flotación.
En cambio, los tambos medianos y chicos pierden hasta 3% durante el mes pasado en cuencas como la del nordeste provincial.
De acuerdo con la estratificación que sigue adelante el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea), los tambos grandes son aquellos que aportan más de 6.000 mil litros diarios; los medianos, entre 2.500 y seis mil litros diarios, y los pequeños, menos de 2.500 litros por día.
“A grandes rasgos, en la cuenca nordeste de Córdoba predominan los establecimiento chicos, en la cuenca sur tiene preponderancia medianos y grandes y en la de Villa María, día a día van tomando mayor protagonismo los grandes con las nuevas incorporaciones de encierre y automatización”, asegura Jorge Giraudo, director Ejecutivo del Ocla.
Las regiones de la provincia de Buenos Aires, “abasto norte” y “mar y sierra”, son las únicas –de las 10 regiones productoras de leche en el país– donde los tres niveles de tambos mostraron en enero número positivos.
Durante el primer mes del año, la producción promedio de leche de un tambo en el país fue de 3.022 litros por día. Los establecimientos de la provincia de Buenos Aires alcanzaron un promedio de 3.928 litros y los de Córdoba, 3.478 litros diarios. Sólo los tambos en esas provincias superaron el promedio relevado a nivel nacional.
Santa Fe completa el podio, con un promedio de leche producida por establecimiento de 2.577 litros, mientras que La Pampa, con 2.477 litros; Entre Ríos. 1928 litros y Santiago del Estero, 1.712, completan la lista de cuencas nacionales.
Precios a nivel mundial, en baja
Rabobank pronostica que los precios de los lácteos continuarán con una tendencia a la baja en el primer trimestre de 2023 en medio de la falta de demanda de importaciones chinas debido a la reducción de existencias nacional anticipada.
Sin embargo, el reporte de la entidad financiera pronostica un renovado interés de compra a partir del segundo trimestre de 2023, lo que debería resultar en mayores importaciones chinas para la segunda mitad de 2023 y brindar apoyo a los mercados lácteos mundiales.
Según los analistas de Rabobank, la reciente subasta de Global Dairy Trade (GDT) del 17 de enero fue un evento relativamente tranquilo. Desde principios de agosto, solo 4 de las 11 subastas de la GDT han terminado más alto que el evento anterior.
