Un aplauso generalizado interrumpe el final de una frase que busca contagiar al auditorio Carlos Berra de la Sociedad Rural San Francisco, con una gran cantidad de mujeres escuchando, más algunos hombres. La escena se produjo en el marco de Todoláctea, la muestra el sector lechero que se realizó desde el martes 7 al jueves 9 en la ciudad del departamento San Justo.
Marisa Boschetti, tambera de la localidad de Alicia –ubicada al sur del departamento del este provincial– se para frente a todos para contar su experiencia en el sector, no solo como productora láctea sino además como integrante de Federación Agraria Argentina (FAA).
“Está bueno que las mujeres tengamos nuestras producciones y a nuestro nombre”, aseguró previo al cumplido.
Boschetti posee un pequeño tambo en su lugar donde pasa los fines de semana, ya que el resto de los días se radica en Rosario para cumplir su labor como secretaria de Finanzas de Federación Agraria.
“La 125, en 2008, a muchos nos sembró la semillita del gremialismo para defender nuestros derechos”, aclaró para explicar cómo decidió meterse aún más en un rubro plagado de hombres.
Sin embargo, en la industria láctea en general, y en los tambos particularmente, existe mayor presencia de mujeres respecto de otras actividades agropecuarias, lo que es un dato alentador en la promoción de igualdad de derechos.
El dato es relevante, lo que motiva la realización de encuentros que promueven reflexiones, propuestas e intercambios. Uno de ellos se dio este miércoles en Todoláceta 2024, la muestra donde se exhibe todo el potencial lechero del país.
¿Qué roles ocupan y cómo? ¿Son escuchadas en las mesas de dirigencia? ¿El Estado las observa?, fueron algunos disparadores del “Encuentro Nacional de Mujeres Tamberas 2024″ que se desarrolló en el predio de la entidad ruralista.
La necesidad de animarse
En otra parte de su charla, Boschetti valoró la gestión de Carlos Achetonni al frente de FAA, indicando que el organismo decidió en 2018 dar un giro importante poniendo dentro de la conducción a las mujeres.
“En primer momento tuve miedo, solamente había un solo cargo que era ocupado por mujeres y que era la Secretaría de Mujeres. Fue ahí que me ofrecieron ser secretaria de Finanzas. Recuerdo al día de hoy cuando mi marido me dijo ‘el tren pasa sola una vez’”, narró.
Tras ello, Boschetti animó a las mujeres a animarse a pelear por lugares destacados: “Los espacios debemos empezar a ganarlos, muchas veces a los codazos y bastante fuertes (dijo sonriendo), pero la satisfacción que genera hace que uno minimice los sinsabores que pueda tener en momentos como el actual. Si las mujeres no nos comprometemos y no exigimos los lugares, nadie nos va a abrir las puertas”, aseguró.
El caso Neuquén
Amalia Sapag, secretaria de Producción de la provincia de Neuquén, también arribó a San Francisco para contar su experiencia sobre lo que hace su cartera para acompañar desde la gestión pública a las mujeres en la actividad rural.
En este marco, valoró el trabajo compartido con la agrupación Mujeres Rurales Argentinas: “Es lindo ver cómo trasciende y perdura, cómo una actividad compleja como la lechería anima y potencia a las mujeres a que se desarrollen y se hagan escuchar para que los funcionarios estemos a la altura de las circunstancias y no despegados de la realidad”.
La funcionaria pidió además que haya trabajo articulado entre los sectores público y privado para visibilizar planteos y darles fuerza.
“Los funcionarios públicos debemos ser facilitadores de las organizaciones, fortalecerlas y no debilitarlas. Primero porque nos facilitan el trabajo como gobierno local, provincial o nacional y luego para dar en la tecla con la política pública necesaria”, explicó.
Cuestión de estereotipos
Otra de las disertantes fue Lucrecia Pacilio, del Inta Rafaela y el Conicet, quien mostró un trabajo de investigación realizado el año pasado donde relevó en tres departamentos santafesinos (Castellanos, San Martín y San Cristóbal) el trabajo en el tambo y las tareas de cuidado, poniendo énfasis en el rol de la mujer.
Entre las conclusiones, sostuvo: “Las tareas productivas en el tambo están designadas según estereotipos de género. Y algunos de esos están basados en la creencia de que las mujeres nacieron para hacer algunas cosas y los varones otras; no hay ningún sustento biológico, sino que es cultural”.
Por último, aclaró que los estereotipos “son heredados y aprendidos en la vida, y reproducidos por costumbre o por la misma rutina en la vida cotidiana”.
Por el panel pasaron además Cristina Silva (Cooperativa Sarandí Misiones), Liliana Oustry (Caso MRA), y Lidia Noemí Sánchez.
