El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, justificó la decisión del Gobierno nacional de mantener intervenido el mercado de la carne vacuna, a través de una restricción parcial de las exportaciones, en que los aumentos de precios de la carne vacuna “no tienen ninguna justificación en los costos de producción de la cadena”.
Sin embargo, un informe elaborado por la consultora Agroideas, y citado por la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), desmiente de manera tajante esta afirmación.
Por el contrario, los principales insumos que inciden en el valor de la carne, subieron en los últimos tres años mucho más que el precio que pagan los consumidores.
Según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), entre enero de 2018 y abril pasado, el valor promedio abonado en el mostrador por un kilo de carne vacuna se incrementó 365 por ciento, de 140 pesos a 652 pesos.
Esta suba fue inferior a la de los principales insumos:
- Terneros. Los animales para invernada se encarecieron 410 por ciento, de 42 pesos por kilo a 214 pesos. Es decir, aumentaron un 12,3 por ciento más que el valor final de la carne.
- Novillitos. La hacienda liviana para consumo pasó de 34 pesos a 190 pesos, lo que implica un incremento del 457 por ciento, 25 por ciento superior al incremento del asado.
- Maíz. El grano que se utiliza para engordar los ejemplares vacunos pasó de 3.116 pesos la tonelada a 18.720 pesos: es un 501 por ciento de incremento en 18 meses, 37 por ciento más que lo que subió la carne en el mostrador.
